El Jefe del Departamento para el Desarrollo Sustentable de Zonas Costeras, del Centro Universitario de la Costa Sur, de la Universidad de Guadalajara, asegura que actualmente las playas de la Costa Sur de Jalisco no padecen esta problemática, es decir, están libres de sargazo.
Por: Esther Armenta
Costa Sur, Jalisco; 27 de junio de 2019. (Letra Fría) La microalga, conocida como sargazo, protagoniza la contaminación de las playas del Caribe mexicano, producto del calentamiento global y la presencia de nutrientes que aceleran su reproducción, en los océanos.
De acuerdo con el Dr. Jorge Arturo Rojo Vázquez, Jefe del Departamento para el Desarrollo Sustentable de Zonas Costeras, del Centro Universitario de la Costa Sur, de la Universidad de Guadalajara, actualmente las playas de la Costa Sur de Jalisco no padecen esta problemática, es decir, están libres de sargazo.
A la declaración hecha por el jefe de departamento, se suma la investigadora del Centro Universitario de la Costa Sur, Eva Rose, quien señala que en este momento, las algas no son un problema para la región costera de Jalisco.
Para que el sargazo se produzca de manera exponencial deben existir ciertas condiciones: calentamiento del agua marina, así como la ralentización del oleaje y las corrientes, además de la acumulación de abundante materia orgánica residual, que es rica en fosfatos y nitratos. En la Costa Sur no está en estas condiciones, por ello está libre de sargazo.
Mientras, en Quintana Roo, la Red de Monitoreo del Sargazo, un observatorio ciudadano, muestra una “mancha de 550 kilómetros de diámetro y se encuentra a casi 1000 kilómetros de las costas de Quintana Roo”, se lee en la cuenta de Facebook de la Red de Monitoreo de Sargazo de Cancún.
Para las playas del sur de México, como Cancún y Tulum, la aparición de sargazo representa pérdidas económicas por la disminución de turismo en playas de apariencia café y mal olor provocados por la microalga, además de daños en el ecosistema marino.
La destrucción de los manglares también propicia la producción excesiva del sargazo, aseguran investigadores.
MA/AJEM