Nacemos, crecemos y morimos en un mundo que pesa más en plástico que en mamíferos y donde cada uno de nosotros come no menos de 5 gramos de plástico por semana. Desde hace al menos setenta años hay pruebas de la capacidad
La basura tirada en las calles y en las montañas de la Costa Sur, en su mayoría plásticos, descienden al mar. Una vez en el océano, el plástico no tiene tiempo definido para degradarse, podrían ser meses u años los que tarden