La resistencia individual y colectiva por recuperar el vínculo filial materno que les fue arrebatado, ha llevado a estas mujeres a reconocer, documentar y denunciar las violencias institucionales que obstruyen los múltiples procesos judiciales para recuperar a sus crías.
Anayeli tenía 15 años cuando fue obligada a casarse con un joven de su comunidad. Anayeli no eligió a su pareja, fue su madre quien decidió con quién uniría su vida.
Somos testigos de las múltiples necesidades que aquejan a sociedades como la nuestra, de las limitaciones económicas y su bagaje cultural.