Rieleras y juanes una persona con discapacidad es un ser humano que como cualquier otro tiene derecho a disfrutar y desarrollarse en la vida en sus diversos ámbitos, pero que enfrenta una serie de dificultades porque este mundo no está construido ni planeado socialmente para ellas y ellos. El reto de la sociedad está entonces en hacer el mundo, sus estructuras, instituciones y acciones sociales, para que las personas con discapacidad puedan participar de él de manera plena.
La inclusión es un proceso continuo, que busca incrementar la participación de todas las personas en diferentes contextos, promoviendo valores y sistemas que permitan la participación activa y significativa de todos los individuos. Es un principio que abarca la mejora de todos los aspectos como educación, deporte, trabajo u ocio basados en la promoción de la participación, el respeto por las identidades de las personas y la eliminación de barreras que impiden la participación plena.
Los valores inclusivos son principios fundamentales que guían las acciones y actitudes dentro de un marco educativo y social, promoviendo la igualdad, el respeto a la diversidad y la participación activa de todos los individuos. Estos valores representan las cualidades y principios que deben estar presentes en las relaciones, las instituciones y las comunidades para fomentar un entorno inclusivo, justo y respetuoso.
La igualdad, la participación, la comunidad, el respeto a la diversidad y la sostenibilidad contribuyen a crear estructuras, procedimientos y actividades que facilitan la inclusión pues a través de ellos se promueve la justicia y la dignidad de todas las personas, mientras que otros valores como la confianza, la empatía, el amor, la honestidad y la esperanza también son considerados esenciales para sostener una cultura inclusiva para la calidad de vida de las personas.
Es por eso que esta Adelita reflexiona sobre la educación inclusiva como un proceso que promueve la participación plena de los y las estudiantes, valorando su diversidad y eliminando las barreras que puedan impedir su aprendizaje y desarrollo. Es una labor compartida que involucra a toda la comunidad educativa en la reflexión, la acción y la creación de un entorno que facilite el desarrollo de habilidades, relaciones y la participación activa de los y las jóvenes, en igualdad de condiciones y sin discriminación.
La experiencia docente me ha permitido entrar en contacto con estudiantes con discapacidades, algunas de tipo motriz, otras vinculadas con lo cognitivo, la percepción visual o auditiva. Cada persona me ha representado un reto, pero también un aprendizaje que le ha permitido a esta profesora universitaria crecer en la capacidad creativa para promover la construcción de conocimiento, ese que es valioso para asomarnos a la visión del mundo que tiene alguien desde una silla de ruedas, o desde la fragmentación y concentración del pensamiento autista, o de quien usa un aparato para magnificar sonidos o unos lentes para ajustar la mirada a esta realidad que no siempre es evidente.
