Autlán de Navarro, Jalisco.- En un ambiente de cooperación, compañerismo y alegría la tarde noche de este miércoles 24 de junio, la dirección de la Reserva de la Biósfera Sierra de Manantlán presentó la “Guía de Aves de la Reserva de la Biósfera Sierra de Manantlán”, como resultado de un esfuerzo colectivo de muchos años, observación e intención por conservar la naturaleza.
Detrás de esta publicación, está el trabajo y apoyo de la Reserva de la Biósfera Sierra de Manantlán; académicos, investigadores y estudiantes del Centro Universitario de la Costa Sur (CUCSur); la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP); integrantes de los comités de monitores de diversas comunidades y el financiamiento del Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza.
Además de otras instituciones aliadas, que también colaboran con el trabajo constante que realiza la Reserva de Manantlán.
Para la presentación estuvieron en el presídium:
- Carlos Alberto Gallegos Solorzano, director de la Reserva de la Biósfera Sierra de Manantlán.
- Jorge Amador González Pelayo, coautor de la guía de aves.
- Sarahy Contreras Martínez, investigadora del CUCSur, especialista en colibríes y coautora de la guía.
- Elionardo Elías Bartolo, representante del Comité de vigilancia y monitoreo comunitario de El Vigía, de la comunidad de Cuzalapa y autor de la fotografía de la portada de la guía.
Esta guía representa un elemento fundamental por varias razones que durante la presentación destacaron algunos de los autores que tomaron la palabra, es otro más de los resultados del trabajo interinstitucional y en colaboración directa con las comunidades; constituye un referente muy detallado de las aves que habitan la Sierra de Manantlán y una herramienta de apoyo básica para quienes trabajan en la formación de consciencia para la conservación.
La guía tiene información detallada sobre 180 de las 392 especies que habitan Manantlán.
El resultado de 10 años de trabajo conjunto
El director de la Reserva de Manantlán, Carlos Gallegos, destacó que las fotografías incluidas en la publicación son cien por ciento tomadas en el lugar, muchas de ellas por los monitores y los demás coautores y colaboradores de esta publicación, que después de 10 años de trabajo vio la luz.
Incluso compartieron de manera muy especial la historia de Elionardo Elías, monitor y vigilante ambiental de la comunidad de El Vigía, en Cuzalapa, quien por su propio conocimiento de su entorno ha podido captar fotografías de las aves más difíciles de capturar, como es el caso del águila elegante (Spizaetus ornatus) que viene en la portada de la publicación.
Con una alegría desbordante y difícil de disimular, Jorge Amador González Pelayo expresó la satisfacción de haber logrado cristalizar esta publicación con estas aportaciones colectivas y manifestó que está latente el reto de conseguir el registro de las 392 aves para hacer una segunda edición más completa y con un lenguaje sencillo, con la intención de que cualquier persona pueda consultarla y le sea de utilidad.
En la narración de los antecedentes de esta publicación, salieron a colación nombres de personas dedicadas a la preservación y cuidado del medio ambiente, que muchos de ellos asistieron a la presentación como parte de ese gran equipo que quizá no está mencionada, pero aportó su granito de arena al proyecto.
“La parte de esta guía que me encanta es que no todas las fotos son mías, hay fotos de Cruz, de Oscar Sánchez, de los monitores comunitarios, pero las fotos más difíciles, son de «Lion» por ejemplo, el águila elegante… aves que son raras, hasta le echamos carrilla le decimos que el águila elegante él la cuida en su casa y va y la echa al monte”, narró Jorge Amador.
Un conocimiento tradicional de las aves en las comunidades
Durante su intervención, la académica y amante de las aves, Sarahy Contreras destacó también la importancia del conocimiento tradicional que existe en las personas de las comunidades, que son quienes están más familiarizados con la existencia de la flora y fauna en sus entornos y que hoy en el caso de las aves de Manantlán se traduce en la publicación de una primera guía.
“Es una guía que representa una historia y es un momento icónico, porque cuando se genera una guía como esta lo respaldan muchísimos años de conocimiento y eso es lo que yo les quiero compartir… el conocimiento tradicional de las aves en las comunidades siempre ha existido y entonces cuando se crea la Estación Científica las Joyas y se decreta la Reserva de la Biósfera Sierra de Manantlán, nosotros nos damos cuenta que se impulsa el conocimiento de una manera increíble”.
Sarahy destacó, que el conocimiento de las aves que tiene la Reserva de Manantlán es de los más importantes a nivel nacional y de los pocos a nivel estatal, el otro es en la UNAM, con la Reserva de la Biósfera Chamela-Cuitzmala.
Dentro de sus agradecimientos Sarahy mencionó a quienes denominó como sus maestros, entre quienes están: Eduardo Santana Castellón, Salvador García Ruvalcaba y Oscar Palomera que la inspiraron, le heredaron un conocimiento y la labor de formar una nueva generación que sepa de las aves.
Algunas de las riquezas de las aves de Manantlán
La especialista compartió algunos de los conocimientos que tiene acerca de las aves de Manantlán, donde viven temporalmente 88 especies migratorias que vienen de Alaska, Estados Unidos, Argentina y Canadá; en esta zona confluyen dos zonas biogeográficas es decir hay 97 especies con límites de distribución continental, lo que significa que esta zona es el límite para aves que viajan del norte y del sur.
En estos bosques tropicales conviven 144 especies endémicas de México, de las cuales 48 son endémicas son de la región del occidente del país.
“Miro muchos especialistas y yo no me lo creo”: Elionardo Elías

Elionardo es poblador de la localidad de El Vigía, no es fotógrafo de profesión, pero sí muy observador y amante de la naturaleza, esas dos riquezas le dieron la posibilidad de participar en esta guía.
Al tomar la palabra, recordó la ocasión en que vio por primera vez un águila elegante, estaban trabajando haciendo guardarrayas de prevención, reconoció el sonido del águila elegante y cuando llegó la hora del lonche se fue caminando hasta donde la tenía ubicada y ahí estaba en su nido; de ahí surgió la fotografía de la portada.
“Muchas gracias por la invitación, miro aquí muchos especialistas y yo no me lo creo, cómo va a estar mi foto ahí, no pues gracias por tomarnos en cuenta a los monitores comunitarios”, expresó Elionardo.
Después de las palabras de los coautores, el micrófono lo tomaron los asistentes donde prevalecieron las muestras de agradecimiento, las felicitaciones y la motivación para seguir trabajando y que llegue efectivamente la publicación de una segunda edición con la totalidad de las aves de la sierra.
El libro va a distribuirse principalmente entre los ejidos y los comités de monitoreo, también como parte de la presentación, se rifaron algunos ejemplares entre los asistentes y compartieron otros más con docentes e investigadores del CUCSur. La intención es que estas guías tengan el mayor uso posible.