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Del padre Mateo Tapia, un personaje relevante de Autlán

Guillermo Tovar Vázquez nos cuenta sobre la vida y el legado del sacerdote Mateo Tapia, uno de los líderes más respetados de la comunidad de Autlán, muy activo durante buena parte del siglo XX.

Templo de la Purísima, del que Mateo Tapia fue encargado. Foto: Guillermo Tovar.

El sacerdote Mateo Tapia fue uno de los líderes más respetados de la comunidad de Autlán, muy activo durante buena parte del siglo XX. Era de Ahuacapán, donde nació el 21 de septiembre de 1885, hijo de los señores Feliciano Tapia y Antonia Olvera.

Seis días después lo bautizó en el templo parroquial de Autlán el presbítero Justo Urtiz, cura sustituto de esa parroquia y quien, entre otras cosas, había sido el encargado de celebrar la ceremonia de colocación de la primera piedra del templo de El Grullo, en el año 1876.

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Ya grande, con 32 años de edad, el obispado de Colima lo designó al primer encargo de su carrera eclesiástica, como capellán de su natal hacienda de Ahuacapán.

Según el nombramiento que se le otorgó, cuya copia obra en el archivo de la parroquia del Divino Salvador, a inicios del año 1917 el hacendado de Ahuacapán, Carlos Valencia, le dirigió un escrito al obispo Amador Velasco para pedirle que nombrara precisamente a Mateo Tapia como capellán de su hacienda, lo que fue concedido mediante nombramiento fechado el 5 de julio de 1917, hoy hace 107 años.

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Según el nombramiento, no solo se tomó en cuenta la petición del hacendado, sino también el juicio de los sinodales, que fue favorable al recién ordenado padre Tapia. De manera que fue Ahuacapán su primer destino eclesiástico.

Pero no estaría mucho tiempo en la antigua hacienda. El 28 de marzo de 1919 el obispo de Colima, Amador Velasco, firmó un documento en el que adscribe a Mateo Tapia a la parroquia de Autlán, en calidad de auxiliar del párroco Esteban Lara, para cubrir la vacante que dejara a su muerte el padre Miguel Corona.

Este nombramiento tenía carácter provisional, aunque estaba escrito en un tono algo áspero: se le aclaraba al receptor que, luego de los ejercicios espirituales, se enviaría a la parroquia un sacerdote que “puede servir más y mejor que usted”.

Sin embargo, Mateo Tapia sí permanecería mucho tiempo en Autlán, manteniendo una constante actividad que permite que todavía se le recuerde entre las personas que lo conocieron, ya sea como auxiliar de los párrocos, como capellán del templo de la Purísima o en el templo de Las Montañas.

Fue en este último barrio donde dejó un mayor legado: según el doctor Rubén Villaseñor Bordes, en 1942 abrió una escuela primaria para niñas, bajo la dirección de la profesora Anastasia Cisneros, que es el primer antecedente del actual Colegio Tepeyac.

Poco después, en 1945, realizaría la reparación del templo de Las Montañas, luego de los daños sufridos durante la Cristiada, y la construcción de la capilla que tiene anexa en el costado oriente.

También le tocó estar presente en momentos importantes: bendijo, a invitación del párroco Luis Gallardo Alcaraz, el órgano tubular que, destruido, se encuentra todavía en el coro de la parroquia; en 1954 se celebró el “Año Mariano Universal”, por disposición del papa Pío XII, y existen evidencias de la participación que tuvo Mateo Tapia en las actividades que en, ese marco, se organizaron en Autlán: la colocación de la primera piedra del templo del Perpetuo Socorro, el 8 de diciembre, y una misa concelebrada por varios sacerdotes en La Purísima, de la que quedó constancia en una placa de mármol que todavía puede verse junto a una de las entradas.

Mateo Tapia fue, además, uno de los más activos promotores de la fundación en Autlán del convento de las Madres Adoratrices.

Junto con el párroco Luis Gallardo, el 10 de julio de 1957 Tapia solicitó por escrito al obispo de Colima, Ignacio de Alba, el permiso para la fundación, iniciando así una serie de gestiones que culminarían exitosamente el 25 de junio de 1958, fecha en que comenzó su vida el convento en su primer domicilio, en Javier Mina no. 99.

El padre Tapia también fue director de la Asociación de Hijas de María y dirigía a los coros que participaban en las actividades religiosas de la Purísima y Las Montañas. Incluso, habría llegado a componer piezas religiosas para coro, según recuerdan las señoras Esperanza y Dolores Martínez Guzmán, quienes formaron parte de esos coros.

Pero, además de los trabajos que quedaron documentados en diferentes repositorios, la personalidad y algunas actividades de Mateo Tapia siguen vigentes en la memoria de quienes convivieron con él.

La señora Carmen Rubio Martínez, con quien he tenido el gusto de platicar en varias ocasiones sobre la vida en el Autlán de mediados del siglo XX, recuerda que Mateo Tapia era un gran orador, capaz de conmover desde el púlpito a sus oyentes, usando a veces de una cierta ironía y, sobre todo, de su carácter fuerte y “regañón”.

El ascendiente sobre sus feligreses queda patente en una peregrina solicitud que le hiciera, todavía en la década de 1950, una vecina del barrio de Los Arquitos en una ocasión en que, como ha ocurrido recientemente, el temporal de lluvias se tardaba en llegar: le pidió al padre Tapia que saliera a recorrer los campos, rumbo a Ayutita, llevando consigo la custodia y todos los ornamentos sagrados, con la finalidad de pedir que se soltara, por fin, el agua. El padre accedió, aunque solo llevaría su estola y una ostia consagrada.

Mateo Tapia vivió sus últimos años en el barrio de Las Montañas. Pocos meses antes de su muerte, según doña Carmen, el padre ya retirado acudió con el “muertero” Miguel Gómez para mandar hacer el ataúd que ocuparía, con unas especificaciones muy precisas: debía medir 65 centímetros de ancho y dos metros de alto, más grande de lo normal, tenía que ser de cedro rojo, de dos paneles, sin tapicería, asas ni otro terminado moderno.

Cuando estuvo listo, fue a probárselo al establecimiento de don Miguel, donde el ataúd quedó en depósito hasta que llegara el momento de utilizarlo.

Esto pasó, por fin, el 12 de agosto de 1971, cuando don Mateo Tapia falleció en el domicilio de Aldama no. 11, en Las Montañas.

Sus restos fueron depositados, supongo que en el cajón que le hizo don Miguel Gómez, en una tumba del panteón de los Dolores, muy cerca de la entrada de la esquina de Matamoros y González Ortega. La tumba todavía existe, construida en un estilo muy elegante, pero ya en ruinas.

Fuentes:

  • Archivo de la Parroquia del Divino Salvador. Libro de gobierno no. 6, F. 38
  • 50 aniversario fundacional. Monasterio del Divino Salvador. 2008, Autlán
  • Entrevista con la señora Carmen Rubio Martínez. 4 de julio de 2024.
  • Entrevista con las señoras Dolores y Esperanza Martínez Guzmán. 1 de mayo de 2015.
  • Gutiérrez Lugo, Bertha Alicia. Templos del municipio de Autlán de Navarro, 2004, Amate Editorial. Guadalajara.
  • Medina Lima, Ernesto. Autlán en el siglo XX, 2008, Gobierno de Autlán.
  • Villaseñor Bordes, Rubén. Autlán, 1988, Unidad Editorial del Gobierno de Jalisco. Guadalajara.
  • Registro de bautizo de Mateo Tapia. Consultado en FamilySearch: «México, Jalisco, registros parroquiales, 1590-1979», , FamilySearch (https://www.familysearch.org/ark:/61903/1:1:6Z88-BQ4M : Fri Mar 15 01:49:39 UTC 2024), Entry for Mateo Tapia and Justo Urtiz, 27 de septiembre de 1885.
  • Registro de defunción de Mateo Tapia. Consultado en FamilySearch: «México, Jalisco, Registro Civil, 1857-2000», , FamilySearch (https://www.familysearch.org/ark:/61903/1:1:QG7L-NG7S : Fri Mar 08 08:55:28 UTC 2024), Entry for Mateo Tapia Olvera and Feliciano Tapia, 13 de agosto de 1971.

Cronista honorario de Autlán por la Asociación de Cronistas Municipales del Estado de Jalisco desde 2015 y cronista municipal desde 2018. En abril de 2017 ingresó a la Benemérita Sociedad de Geografía y Estadística del Estado de Jalisco con el trabajo La construcción de la carretera Autlán-Purificación en 1930.
Correo: culturautlan@gmail.com

1 Comment

  1. Uyyyyy! Imponía su corpulenta sombra , ya con eso levantar la mirada y verlo ya significaba Valor !! Hasta le dejaba la pared ! Confesarme con el ! Nunca . Estaba niña también eso cuenta . Pero era un ser muy apreciado y respetado por la gente de Autlán . Iba al Colegio . Pero su parroquia o sería templo La Purisíma ! La mantenía súper pulcra . Tal vez mis hermanas mayores lo conocieron mejor . Yo y mis amigas le huíamos .

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