Armería, Colima.- La asociación civil Defensores del Medio Ambiente y Recursos del Mañana (DEMAREM), ha documentado cómo las oficinas centrales del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) no han dado respuesta a las peticiones para preservar el patrimonio histórico de la Isla Cocodrilos y los alrededores de la Laguna de Cuyutlán.
Ante el desinterés de las autoridades federales por escuchar a los pobladores de Armería y Cuyutlán, ellos han levantado la voz para defender desde todos los frentes posibles el patrimonio biocultural de esta zona ante el megaproyecto: “Desarrollo del Puerto Nuevo Manzanillo, en el vaso II de la Laguna de Cuyutlán, Colima”, anunciado como estratégico incluso por la presidenta de México, Claudia Sheinbaum en su más reciente informe de gobierno.
El tema que ahora ponen sobre la mesa los pobladores, es el hecho de que las oficinas centrales del INAH, no han dado una respuesta ni siquiera a su propia delegación en el estado de Colima, respecto a los hallazgos prehispánicos localizados en la Isla Cocodrilos y los alrededores de la laguna.
“El INAH Federal no atiende los reportes, no destina recursos ni siquiera contesta los oficios que han sido enviados por arqueólogos, asociaciones, ciudadanos e incluso por el mismo INAH Colima”, se lee en una publicación hecha por la asociación civil en redes sociales.
Desde el pasado 29 de agosto, representantes de DEMAREM entregaron a la delegación INAH Colima un oficio donde informaban de los hallazgos localizados en esta zona, junto con evidencias fotográficas, solicitando que se garantizara la protección de esta zona donde han encontrado tumbas, y hasta estructuras arquitectónicas en buen estado de conservación.

Inclusive la sociedad civil organizada hizo notar que la presencia de estos vestigios ni siquiera están mencionados dentro de la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) que justifica la obra.
Una exigencia ciudadana a favor de la laguna
De parte de la organización DEMAREM y de los pobladores de las comunidades de Armería y Cuyutlán, hicieron un llamado urgente a evitar la destrucción del patrimonio histórico y exigen al INAH a nivel central que atienda las peticiones hechas ya por escrito para darle la importancia y protección que merecen estos vestigios.
Desde principios del 2024, pobladores de estas comunidades en Colima, se han visto en la necesidad de mantener una lucha constante por la defensa del patrimonio biocultural de la laguna de Cuyutlán, que beneficia no sólo a los alrededores de la zona sino al medio ambiente en general, a los productores locales de sal y a los habitantes de esta región.