/

De «los continuos terremotos que se han experimentado en este pueblo»

Guillermo Tovar Vázquez hace un recuento de algunos de los terremotos fuertes de que se tiene registro en Autlán, como un recordatorio de la necesidad de estar preparados en cualquier momento para una situación de este tipo.

Imagen: Cortesía

La de hace 40 años no fue una mañana tranquila para los autlenses, así como para los habitantes de buena parte del territorio mexicano. Muchos despertamos ese 19 de septiembre de 1985 alertados por los gritos de quienes sentían las primeras sacudidas de la tierra; esa fecha ha quedado asociada en el imaginario colectivo al terremoto y a las imágenes de los daños que causó en muchas ciudades del país, señaladamente en la capital, donde se concentró la mayor parte de las afectaciones y de las víctimas.

Pero hay más efectos de este sismo: para algunas personas, la reacción de los habitantes de la Ciudad de México ante la inoperancia de las instituciones habría marcado el nacimiento de una sociedad organizada, además de la conciencia de la importancia de la protección civil.

Anuncios

JRA

Treinta y dos años después, el 19 de septiembre de 2017, vendría un nuevo terremoto cuyas afectaciones también fueron mayores, lo que hizo que se propalara en las redes sociales la especie de que es el mes de septiembre en el que ocurren la mayor cantidad de terremotos devastadores en nuestro país. Con la intención de desmentir esto y como un recordatorio de la necesidad de estar preparados en cualquier momento para una situación de este tipo, va en este espacio un recuento de algunos de los terremotos fuertes de que se tiene registro en Autlán.

Don Ernesto Medina Lima dejó un valioso escrito fechado en octubre de 1998 y titulado Los principales eventos sísmicos de Autlán, en el que, recurriendo a “libros, archivos y viejos papeles”, describe de forma minuciosa algunos de los terremotos que se sintieron en Autlán entre el siglo XVIII y el 9 de octubre de 1995. A este texto, publicado en el libro Crónicas de Autlán de la Grana, Jalisco, remito a mis lectores para conocer a detalle estos eventos, aquí solo mencionaré de manera superficial algunos de ellos:

El primero de esta relación ocurrió el 22 de diciembre de 1749, con réplicas en los siguientes tres meses.

El 21 de mayo de 1757 estuvo en Autlán, en visita pastoral, el obispo de Guadalajara fray Francisco de San Buenaventura Martínez de Tejeda, quien en el acta respectiva anotó que la parroquia de Autlán se encontraba funcionando en un jacal dentro del camposanto, debido a que la iglesia parroquia se encontraba amenazando ruina debido “a los continuos terremotos que se han experimentado en este pueblo y provincia en el presente año”.

Otro terremoto que afectó gravemente a la parroquia fue el del 31 de mayo de 1818, cuando se cayó parte de su campanario. Todas las campanas se bajaron, dejando en su lugar solo una esquila, y todas las actividades de la parroquia se pasaron al templo de Las Montañas.

En 1847, el 11 de octubre, se sintió otro fuerte terremoto en Autlán, que provocó que el párroco José Antonio Macías, con autorización del obispo Diego Aranda y Carpinteiro, proclamara a san Francisco de Asís como patrono de Autlán contra los temblores, patronato que de muy poco ha servido.

Hasta aquí la relación de don Ernesto, que desde luego no incluye todas las ocasiones en que los autlenses sintieron con fuerza el movimiento de la tierra. Fue hasta finales del siglo XIX que se contó en México con un sismógrafo, aparato capaz de medir la intensidad de estos movimientos y que permitió llevar un registro más preciso de los terremotos y de su localización.

El Servicio Sismológico Nacional (SSN), adscrito al Instituto de Geofísica de la UNAM, cuenta con un sitio web muy completo, en el que podemos encontrar información muy variada sobre la historia sismológica del país, entre muchos otros datos. Hay, por ejemplo, una lista de los terremotos fuertes, es decir, de más de 5.5, de la que comparto los siguientes datos:

En el año 1900, con unos pocos meses de diferencia, hay registro de dos terremotos fuertes en el mismo punto, cercano a la presa Cajón de Peñas, en Tomatlán, a 71 kilómetros al noroeste de Autlán. El primero ocurrió a las 00:33:30 horas del 20 de enero, con magnitud de 7.4 y una profundidad de 33 km, mientras que el segundo fue el 16 de mayo a las 14:12 horas, con la misma profundidad. De ninguno de ellos se conoce alguna relación de daños en Autlán.

El SSN tiene registro de un terremoto de magnitud 7.6 con epicentro frente a las costas de Lázaro Cárdenas, Michoacán, el 7 de junio de 1911 a las 5 de la mañana, que sí se sintió en Autlán según la crónica de don Ernesto, aunque sin registro de mayores daños, lo mismo que el del 21 de abril de 1921, con epicentro al sur de Coalcomán y magnitud de 6.5, a las 14:01 horas.

Pero el mayor y más catastrófico de los terremotos que registra la historia de Autlán ocurrió la madrugada del 3 de junio de 1932, a las 4:36:52 horas, con epicentro a 4 kilómetros al sureste de Casimiro Castillo y magnitud de 8.2, según el SSN. En la crónica de don Ernesto Medina Lima se refieren 300 casas caídas totalmente en Autlán, la mayoría por el barrio del Coajinque, varios centenares más caídas parcialmente, junto con los portales Morelos y Juárez, además de un número importante de fincas con daños estructurales en diversos grados, entre ellas algunas con valor simbólico: el templo de la Purísima, que hasta hoy no ha podido recuperar su campanario, el Hotel Valencia, el Palacio Municipal, el mercado, el rastro, la Sociedad Mutualista de Empleados, Obreros y Artesanos y el templo de Los Arquitos.

El terremoto de ese 3 de junio duró más de cuatro minutos y sus réplicas se sucedieron durante meses, incluyendo una muy fuerte el 18 de junio, de intensidad semejante al primer temblor y que tuvo la particularidad de que, según la conseja popular, había sido pronosticado por el sacerdote Severo Díaz Galindo. Ante esta situación, muchos autlenses optaron por dormir en los patios de sus casas o en otros espacios abiertos. Y no era para menos: según don Ernesto “en el informe que la Presidencia Municipal rindió a la autoridad federal el día 22 por conducto del Jefe de la Oficina Federal de Hacienda en Ciudad Guzmán dice que en Autlán sólo quedó un 5% de casas habitables, encontrándose 45% en estado ruinoso y el resto, o sea 50% caídas o demolidas”.

Los autlenses lograron sobreponerse a esta dramática situación y, tres años después, estaban celebrando la primera Feria Pro Autlán, a la que vinieron por primera vez expositores, conferencistas y productores del campo para mostrar sus productos y los principales avances técnicos sobre esta actividad.

No pasaba aún una década de este terremoto cuando, el 14 de abril de 1941, poco después de la 1 de la tarde, se sintió uno más, de magnitud 7.6, aunque de una duración mucho menor. El del 19 de septiembre de 1985, que se sintió con mucha mayor severidad en Ciudad Guzmán y en la capital del país que en Autlán, tuvo su epicentro a 45 km al noroeste de La Mira, Michoacán, con magnitud de 8.1.

El que sí dejó graves daños, solo por debajo de los del temblor de 1932, fue el terremoto del 9 de octubre de 1995, el de mayor intensidad que ha conocido la presente generación de autlenses. Según el SSN, este terremoto comenzó a las 9:35:54 horas, con epicentro a 10 km al sureste de Manzanillo y sus huellas fueron visibles en Autlán durante años: hubo 1,437 fincas afectadas en todo el municipio, según cifras oficiales, entre ellas algunas que tuvieron que ser reconstruidas, como las escuelas Francisca García Mancilla y Amador Velasco y el edificio Hanón, cuyo tercer nivel fue demolido y se tuvo que reforzar el resto de su estructura; otros estuvieron inhabilitados por un tiempo, por lo menos parcialmente, como el de la Escuela Preparatoria Regional de Autlán y la parroquia del Divino Salvador, entre otros.

Estas reconstrucciones implicaron un cambio significativo en la imagen de Autlán, pero lo peor fue la afectación en el patrimonio de quienes vieron dañadas o destruidas sus casas o negocios, lo que resultó en un impacto muy fuerte en la economía de la región. Todavía hay quien recuerda con miedo sus impresiones de esa mañana: el asombro al ver moverse como si estuvieran hechos de plastilina los muros de sus casas, la desesperación impresa en los gritos de los vecinos y en los aullidos de los perros del barrio, los rezos ansiosos de quienes esperaban algo del cielo…

Casi ocho años después, el 21 de enero de 2003, poco después de las 8 de la noche, vendría el primer gran terremoto de este siglo a 46 km al suroeste de Armería, Colima, y magnitud de 7.6. Según el Centro Nacional de Prevención de Desastres, Autlán fue el tercer municipio con más afectaciones por este sismo en el Estado de Jalisco, con un total de 647 casas dañadas, aunque solo dos de ellas fueron declaradas pérdida total.

A la hora del terremoto todavía había clases en el Centro Universitario de la Costa Sur y, aunque sus edificios no sufrieron daños mayores, sí hubo casos de crisis nerviosas, principalmente entre alumnos que se encontraban en segundos y terceros pisos.

Nada podemos hacer frente a la tremenda fuerza de la naturaleza, pero podemos prevenir al menos parte de los daños estando preparados siempre para afrontar una situación como esta.

Fuentes:

  • Medina Lima, Ernesto. Los principales eventos sísmicos de Autlán, publicado en el libro Crónicas de Autlán de la Grana, Jalisco.
  • Informe técnico El sismo de Tecomán del 21 de enero de 2003 (Me 7.6). CENAPRED, Noviembre 2003.
  • Sismos Grandes. Servicio Sismológico Nacional, consultado el 18 de septiembre de 2025 en http://www2.ssn.unam.mx:8080/sismos-fuertes/
terremoto

Cronista honorario de Autlán por la Asociación de Cronistas Municipales del Estado de Jalisco desde 2015 y cronista municipal desde 2018. En abril de 2017 ingresó a la Benemérita Sociedad de Geografía y Estadística del Estado de Jalisco con el trabajo La construcción de la carretera Autlán-Purificación en 1930.
Correo: [email protected]

Deja una respuesta

Your email address will not be published.

MEDIOS AMIGOS

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos y para mostrarte publicidad relacionada con sus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos de navegación. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Configurar y más información
Privacidad