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San Gabriel, tierra de temblores, de magia y embrujo | Desde El Llano rulfiano

José de Jesús Guzmán Mora, cronista de San Gabriel, Jalisco, en su Columna DESDE EL LLANO RULFIANO, escribe acercade los temblores que han azotado al antiguo pueblo gabrielense desde el siglo XVII.

Por José de Jesús Guzmán Mora, Cronista de San Gabriel, Jalisco.

Autlán de Navarro, Jalisco, 3 de julio de 2022. (Letra Fría). El antiguo pueblo de San Gabriel, Jalisco, está situado al noreste de los volcanes de Colima en un valle fértil, con un clima agradable y habitado por gente que se caracteriza por su hospitalidad y buena educación. 

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Bien, pues este pueblo aún con sus particularidades, su abundante historia, su gran número de hijos ilustres, su destacada arquitectura y su otrora aristocracia y riqueza, no está libre, y nunca lo ha estado, de sufrir los embates, furia y destrozos de los temblores de tierra, algunas veces ocasionados por el reacomodo de las placas tectónicas; y otras, por la fuerte erupción del volcán “El Colima”, distante de San Gabriel, unos 25 kilómetros aproximadamente, en línea recta.

Antes de fundarse el pueblo de San Gabriel, ocurrieron algunos temblores que vale la pena recordar. 

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Un poco después de la conquista española estas tierras conocidas con el nombre de Provincia de Amula, fueron visitadas durante cuatro o cinco días, en  el  año  de  1525  por  Francisco  Cortés de Sanbuenaventura, pariente de Hernán Cortés; no hubo rechazo de parte de los sojuzgados, al contrario, “… los indios le rindieron vasallaje y construyeron una gran casa para él y sus soldados”. Enseguida los conquistadores continuaron su largo camino rumbo otros pueblos, y finalmente a Nayarit.

Entre 1533 y 1539, evangelizó estas tierras el Padre fray Juan de Padilla, teniendo como sede de sus misiones el antiguo pueblo de Zapotlán. 

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El Padre fray Antonio Tello refiere que fray Juan de Padilla, dejando Tetlán, tomó a su cargo la evangelización del Sur de Jalisco, y pasó “… a ver a los indios de la Provincia de Ávalos y Zapotlán donde gastó mucho tiempo en la predicación y enseñanza de aquellas provincias y en la de Zapotitlán”, a las cuales habrá que añadir la de Amula y la de Tuxpan, donde logró bautizar y convertir al gran cacique Cuixaloa.

Continúa diciendo que fray Juan de Padilla llevó por compañero en estas misiones surianas “… al P. Francisco de Pastrana, religioso lego, y este bendito Padre, estando en Zapotlán, acudía a la conversión de la Provincia de Amula y de Zapotitlán y a las de Colima”. 

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También asienta que fray Juan de Padilla, para dar a conocer la fe católica entre los indios de la Provincia de Amula fundó el poblado de San Pedro en 1535, mismo que se situaba entre el pueblo de Amula y el de Zapotitlán, muy cerca de las faldas del volcán de Colima.  Sin embargo, en el año de 1539 y debido a un fuerte temblor de tierra, el lugar fue destruido, por lo que el culto religioso y las autoridades civiles se asentaron en Amula, hoy Sayulapa, (muy cerca de la actual comunidad y ex hacienda de El Jazmín), y que a la postre se convertiría en una de las tres cabeceras principales, junto con Tuxcacuesco y Cusalapa. Sigue exponiendo el cronista Tello que…

 “… bautizaron y catequizaron infinitos indios y vinieron corriendo hasta Colima, y bautizaron todos los pueblos del Valle de Alivia, los de Chiamila, Comala, Tecolapa, Tuxpan y Tamazula”.

La ardua y titánica labor de aquellos celosos padres franciscanos radicaba en que a su paso por los diversos pueblos de indios iban… 

 “… erigiendo templos, derribando ídolos, y levantando cruces, dando a conocer a estas gentes el verdadero Dios, predicando, catequizando y bautizando, y para más aficionarles y enseñarles, les daban imágenes de Cristo Nuestro Señor y de la Virgen Santísima y de los Santos que les dieron por patronos y titulares, para que acudiesen a su culto y veneración”.

Otro temblor que se sintió muy fuerte fue el ocurrido el día 14 de abril de1574, este sismo es considerado como el segundo terremoto debidamente documentado en el Estado de Colima. 

A finales de 1575 y comienzos de 1576 comienzan las erupciones violentas del volcán de fuego “El Colima”, acompañadas de ligeros temblores y lluvia de ceniza, sucesos que se repetirán en los siguientes años. 

En el año de 1576, según las palabras de fray Antonio Tello ocurrió “…una fuerte erupción que causó notables estragos”, de parte de dicho volcán.

Hay una leyenda que se ha trasmitido de generación en generación, de la cual subsisten tres versiones acerca de la fundación del pueblo de San Gabriel, pero todas ellas coinciden que fue motivada por el éxodo masivo de los habitantes del antiguo pueblo de Amula, cuando en 1576 ocurrieron varios temblores ya que el volcán hizo erupción explosiva con abundante caída de ceniza, actividad sísmica, ocasionando pérdidas humanas y materiales… “fue tanto el ruido de las piedras que aventó, que muchos murieran de espanto”, asentó en 1653 el cronista fray Antonio Tello.

El Padre Crescenciano Brambila en su obra “El Obispado de Colima”, escrita en 1964, dice acerca de la fundación que…

 “La historia de San Gabriel está unida a la de su patrón. Hay la tradición legendaria de que, cuando en 1576 los indios salieron de Amula se trajeron el Crucifijo que veneraban ahí. Hicieron posada a la sombra de un mezquite que estaba en donde se apartaban los caminos que llevaban a Sayula y Jiquilpan, a donde ellos pretendían avecindarse. Pero cuando quisieron emprender su camino, vieron con asombro que el Santo Cristo, estaba tan pesado que nadie podía, ni siquiera moverlo. Interpretaron esto como que era voluntad de Dios que ahí se establecieran y así lo hicieron”.

A sugerencia del sacerdote franciscano de Zapotitlán fray Diego Pérez, decidieron quedarse a levantar sus propias viviendas y una ermita para su sagrada esculturay fundaron así el pueblo de San Gabriel; era evangelizador en aquella época fray Alonso de Peraleja. En otro momento el Padre Brambila, asienta que… 

“… en 1576 ya existía San Gabriel y Jiquilpan y desde 1579 fue asistencia franciscana del Convento de Zapotitlán y al desaparecer (sic) éste pasó a depender de Tuxcacuesco hasta que en 1803 se le dio el título de Vicaría fija…”

Una vez fundado San Gabriel y durante varios años no hubo sucesos que lamentar; sin embargo, un temblor digno de considerarse fue el que tuvo lugar el día 9 de noviembre de 1606, provocando cierto temor entre los habitantes de San Gabriel, Zapotlán y la región. 

Pocos sucesos hay que contar durante el siglo XVIII, que hubieran perturbado la vida de los pocos gabrielenses.

Durante el siglo XIX sí ocurrieron hechos relevantes ocasionados por la furia de la naturaleza; uno de ellos fue el terremoto del 25 de marzo de 1806, a las cuatro y media de la tarde, ocasionado por la erupción del volcán “El Colima” que duró tres minutos, fue llamado “El terremoto de la Encarnación” ocasionando que los templos de la región se derrumbaran, especialmente los de los pueblos de Tuxcacuesco y Tonaya; en nuestro pueblo debe haberse dañado la humilde construcción del templo, el temblor se repitió a las ocho y media de la noche. 

Doce años más tarde, el día 31 de mayo de 1818, ocurrió un terrible sismo a las tres de la mañana que duró casi dos minutos, tuvo una magnitud de 7.0 grados en la escala de Richter, destruyó considerablemente el pequeño templo de San Gabriel, que había mandado construir en 1790 el Padre José Ma. Covarrubias, por lo que tuvo que construirse por órdenes del primer Párroco don Mariano Carlos de Godoy “… una capilla provisional en el medio de la plaza…” allí estuvo hasta 1836, fecha en la que se terminó de construir el nuevo templo. De ese sencillo templo se conserva solo la nave principal. 

También hubo varios estragos en Tuxcacuesco, Sayula, Autlán, Tamazula, Mazamitla, Zapotiltic, Tuxpan, Tala, Ameca, Cocula, Zacoalco y Santa Ana Acatlán. 

Según don Ignacio Dávila Garibi en su “Historia de la Iglesia en Guadalajara” diceque en el oficio que don José de la Cruz, Comandante Militar de la Nueva Galicia, envió al Virrey Apodaca notificándole lo sucedido, manifestó lo siguiente:

“El  Subdelegado  Comandante  de  Tuxcacuesco, que  reside en San Gabriel,   me dice con fecha 31 del mes de mayo, en carta escrita a  las  siete  de  la  noche,  que  el  terremoto  experimentado aquella mañana había echado al suelo todos los edificios del pueblo de Tuxcacuesco;  que lo mismo había acontecido en el pueblo de Zapotitlán;  que en el de San Gabriel no se advertía mayor daño y que no había tenido hasta aquella hora noticia de los demás pueblos”.

Al iniciar el siglo XX y específicamente el viernes 19 de enero del año 1900, a las 11:45 de la noche, en la antevíspera de las fiestas patronales, ocurrió un fuerte temblor, por lo que el templo dedicado al Señor de Amula, se vio seriamente dañado en el frontis y el remate de su torre; en vista de ello el señor Cura don Gabino Ruiz (de Velasco), con ayuda de la autoridad política emprendió su restauración. 

Fueron tantos los daños que…

“… en 1901, se mandó hacer el Atrio y se amplió la Capilla del Refugio, que fue provista de una bóveda más, y debajo de ella el coro, así como una torre al estilo moderno de aquella época. También se renovó totalmente el Altar Mayor de la citada Capilla y se construyó, adjunto, una más pequeña dedicada a San Vicente de Paúl”

La fisonomía actual del templo parroquial y de la capilla de la Virgen del Refugio es de aquella fecha, en realidad muy poco han cambiado en los últimos ciento veinte años.

Con una vida ajetreada, llena de incertidumbre, transcurrirían en San Gabriel los siguientes años, ya que estallaría en 1910 la Revolución Mexicana, que por estas tierras tuvo una gran influencia; enseguida daría comienzo en 1926 la Guerra Cristera que ocasionó que mucha gente adinerada abandonara su pueblo de origen.

Para colmo de males el día viernes 3 de junio de 1932, en la madrugada se dejó sentir lo que la gente llamó “…el temblor grande”; su magnitud fue de 8.4 grados en la escala de Richter y fue el sismo más intenso registrado en México en el siglo XX. 

Los temblores continuaron frecuentemente hasta el día 22 del mismo mes. Este fuerte sismo ocasionó que las torres de la capilla del Refugio y del templo parroquial se vieran seriamente dañadas; por lo que años más tarde en 1935, el señor Cura don Yreneo Monroy Nuño, a través del Arzobispado de Guadalajara, solicitó a la Dirección General de Bienes Nacionales que fuesen reparadas.

Capilla del Refugio y Templo Parroquial, dañados por el sismo de 1932.

Así transcurriría una década más en la vida de los atribulados gabrielenses que veían cómo poco a poco este pueblo se iba quedando solo; fueron tantas las malas noticias por el éxodo de sus habitantes que aquéllo era como un pueblo fantasma. 

Juan Rulfo, un día dijo: “Soy de un pueblo que ha perdido todo, hasta el nombre” y efectivamente… en 1934 cambió de nombre, llamándose Cd. Venustiano Carranza, sin que la ciudadanía lo solicitara, con el consiguiente malestar de la población.

El martes 15 de abril de 1941, ocurrió un fuerte temblor, como a la una de la tarde con quince minutos, tan fuerte como el de junio de 1932; en San Gabriel se improvisaron campamentos al aire libre para que la población pudiera pasar la noche sin contratiempos, se derrumbaron las pilastras ornamentales de la Capilla del Refugio y la parte más alta de su torre, las del cuerpo superior de la torre parroquial, el enjarre o aplanado interior de algunas bóvedas del templo, hubo cuarteaduras en la nave del coro parroquial, sumamente dañado resultó el templo del Santuario, además del desprendimiento total de la cornisa del Portal Ocampo, así como de algunas de las casas frente a la antigua Plaza del Comercio. 

Una vez informado por el señor Cura don Salvador Santacruz de los daños materiales ocurridos en esta comunidad, el Arzobispo de Guadalajara don José Mariano Garibi Rivera envió $ 300.00 pesos recomendándole al párroco que dicha cantidad fuese destinada prioritariamente “… para que los distribuya entre los damnificados por el último sismo, de acuerdo con las necesidades de las personas”.

Un sismo más que sorprendió a propios y extraños fue el que ocurrió el martes 30 de enero de 1973, a las tres de la tarde, en esa ocasión resultaron afectadas 17 viviendas, de las cuales 4 quedaron inservibles, las campanas del templo comenzaron a repicar solas por el movimiento oscilatorio de la corteza terrestre. El 70% de las viviendas sufrieron daños en sus muros o en los techos.

Los días jueves 19 y viernes 20 de septiembre de 1985, ocurrieron sendos temblores que ocasionaron daños muy considerables en algunas viviendas en San Gabriel, estos temblores tuvieron gran repercusión en México, D. F., en Zapotlán el Grande y en las costas de Colima.

Una década más tarde, a raíz del sismo del lunes 9 de octubre de 1995 ocurrido por la mañana y hasta el 24 de diciembre del mismo año, se decidió que por los daños sufridos en el templo parroquial, éste permaneciera cerrado, esas fueron las recomendaciones de la autoridad en materia de Protección Civil. 

San Gabriel y su centro religioso.

Con el trabajo de personas especializadas, de las autoridades municipales, que apoyaron económicamente para la adquisición de la pintura, así como los donativos de los hijos ausentes, de la labor del Patronato de Obras Materiales, se rehabilitó nuevamente el templo parroquial con el reforzamiento de la torre a base de vigas de acero y se colocó nueva pintura en el interior y exterior del templo, terminándose las obras materiales en marzo de 1996. 

En 1997 se rehabilitó el reloj público con inversión del H. Ayuntamiento Constitucional. En tanto se realizaban las obras de remozamiento, los cultos religiosos se oficiaban en el templo del Santuario, en la capilla de la Sangre de Cristo y al aire libre en la Plaza Revolución, hoy Plaza Juan Rulfo. 

El martes 21 de enero de 2003, ocurrió un fuerte terremoto a las 8:06 de la noche con una magnitud de 7.6 grados en la escala de Richter que sacudió violentamente la región Sur de Jalisco, Colima y Michoacán. 

En San Gabriel resultó dañado el templo del Señor de la Misericordia de Amula en tres de sus cúpulas y en la torre parroquial, por lo que estuvo cerrado parcialmente y se tomó la determinación de no tocar las campanas, sino en casos muy especiales. También resultaron dañadas varias escuelas y un sinnúmero de casas, afortunadamente no hubo víctimas mortales que lamentar. 

El 18 de abril de 2014, en viernes santo, a eso de las 9 de la mañana con 27 minutos, se sintió en San Gabriel un fuerte temblor de tierra, no hubo daños materiales que lamentar, ni pérdida de vidas humanas. Después de unos minutos volvió la calma y la comunidad católica representó el Viacrucis. A decir de los expertos el epicentro se localizó en Tecpan, Guerrero.  

Vaya sustos que ha sufrido la población por los últimos cinco temblores.

Muchos pueblos de Jalisco y Colima tienen un Santo protector contra temblores, inundaciones, erupciones volcánicas y todo tipo de desastres naturales; en San Gabriel el Señor de la Misericordia de Amula, está considerado como extraordinariamente milagroso; durante su permanencia en esta población ha librado a sus habitantes de los actos belicosos durante la guerra de independencia, o del cólera morbus que azotó a esta región en 1850. 

Por esas razones y muchos otros milagros fue juramentada, en 1865, una fiesta anual en su honor; dicho juramento fue hecho por las gentes más prominentes de su tiempo con la iniciativa del señor Cura don Manuel Echeverría y Castillo. 

Hoy, la feligresía católica acude a su misericordia, a su bondad y protección, para seguir viviendo en paz y con plena armonía espiritual. 

REFERENCIAS:

Historias compartidas de temblores, Memoria del Cuarto Coloquio Regional de Crónica, Historia y Narrativa, celebrado en Ciudad Guzmán, Jal., en enero de 2015. Tema: “San Gabriel, tierra de temblores, de magia y embrujo”. Gobierno Municipal de Zapotlán el Grande, Jalisco, junio de 2015.

MA/MA

Profesor, músico y cronista municipal, originario de San Gabriel, Jalisco.

El 1° de septiembre de 1994, recibió el nombramiento de “Cronista de la ciudad”, de manos de la autoridad municipal.

Es miembro Cofundador de la Asociación de Cronistas Municipales del Estado de Jalisco, A. C., desde el 19 de octubre de 1996.

Primer cronista vitalicio de San Gabriel, desde el 28 de julio de 2010.

En noviembre de 2011 se integró a la Asociación de Cronistas Municipales del Occidente de México, formada por Jalisco, Colima, Michoacán y Nayarit.

Con treinta y cinco años de servicio en el magisterio estatal en primaria y secundaria, es maestro jubilado desde el 1° de junio de 2011.

Ingresó como consocio a la Benemérita Sociedad de Geografía y Estadística del Estado de Jalisco, Capítulo Sur, el 15 de octubre de 2016 con el tema: “La hacienda de Nuestra Señora de Guadalupe del Salto del Agua”.

De 2009 a 2021 fue el responsable del Archivo Histórico Municipal de San Gabriel, Jalisco.

Ha publicado una treintena de libros con temas históricos, genealógicos y monográficos. Ha participado en la prensa jalisciense, en revistas locales y en programas de radio y televisión estatal, nacional y del extranjero.

Correo: cronistademipueblo1994@hotmail.com

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