En marzo de 2023 el Instituto de Información Estadística y Geográfica de Jalisco (IIEG) publicó en sus redes sociales un interesante plano de la ciudad de Autlán, levantado en agosto de 1885 por la Comisión de Revalúo, un documento que, a 140 años, nos proporciona mucha información sobre cómo ha cambiado nuestro pueblo en este lapso. Este plano, que incluye un recuadro con un mapa del cantón de Autlán, se encuentra en la mapoteca Manuel Orozco y Berra de la SAGARPA.
Lo primero que llama la atención del plano de la ciudad de Autlán es lo cercanos que estaban los límites de su mancha urbana con respecto al centro: por el norte, el límite era lo que hoy es la calle de Placeres y que entonces aparecía solo como un corto camino que conectaba al que conducía a Ayutita y que hoy es la calle Mutualismo con la actual calle de Altamirano, que entonces era la salida hacia Unión de Tula.
Más hacia el norte no había más que campos de cultivo, en lo que hoy son los barrios de La Paloma y La Garita. Pero, para llegar a este límite norte había que pasar por un espacio despoblado, que corresponde a la cuadra de la calle Abasolo que actualmente está entre Leandro Valle y unos metros antes del nacimiento de la calle Altamirano, espacio en el que, según la simbología del plano, había unas huertas. De hecho, casi toda la extensión de la actual calle de Abasolo, entre Carrillo Puerto y Placeres estaba ocupada, en su acera oriente, por huertas.
El oriente, el límite era el camino que llevaba hacia Unión de Tula y que hoy es la calle de Clemente Amaya. Sin embargo, esta vía solo estaba habitada al sur de lo que hoy es la calle de Carrillo Puerto, y eso solo en su costado poniente, puesto que del lado contrario solo había campos de cultivo: el antiguo edificio de la prepa, el hospital del IMSS y el fraccionamiento Puerta de la Costa están asentados en terrenos que en 1885 ya estaban fuera de la zona urbana.
La última calle hacia el sur era la que hoy se conoce como José Antonio Torres y su continuación, Donato Guerra. Los autlenses que vivían más cerca del Coajinque eran los que estaban en lo que hoy es el cruce de Donato Guerra y Manuel Doblado y tenían que caminar algunos metros para llegar a la orilla del arroyo, que hoy parte en dos a la ciudad. Por el poniente, la urbanización llegaba hasta lo que hoy es la calle de Francisco Zarco, aunque ésta se componía apenas de una cuadra, entre lo que hoy son las esquinas con Corona Araiza y con Pedro Moreno.
Según este plano, la ciudad de Autlán contaba hace 140 años con solo dos templos, que son la parroquia del Divino Salvador y el de Las Montañas. Faltaban ocho años para que se colocara la primera piedra de lo que hoy es la Catedral y trece para que comenzara la construcción de la Purísima, que son los dos templos que siguen en antigüedad. Pero ya existía el panteón que hoy se llama de los Dolores, ubicado entonces a la orilla del pueblo y que ya había cumplido sus primeros 50 años. Era el único cementerio en Autlán, por entonces.
La forma que en estaba organizado el espacio del centro de la ciudad es muy interesante. Ya aparecen marcados como plazas públicas lo que ahora son los jardines Hidalgo y Constitución y edificadas las cuadras en las que actualmente se encuentran los portales del centro. La del portal Juárez, que también alberga a las oficinas del SAT, se construyó sobre parte de lo que había sido el cementerio de la parroquia, que había dejado de funcionar hacía relativamente poco tiempo, en 1831.
Todavía no existía el mercado, que se construyó en el espacio conocido popularmente como “plaza de toros” porque ahí se levantaba cada año la plaza de madera para el Carnaval. Sin embargo, en el plano ese lugar está delimitado con pequeños rectángulos, que podrían significar la presencia de construcciones temporales, como puestos de madera. La calle frente al templo de la Purísima aún no se abría, por lo que esa manzana desde lo que hoy es el templo hasta las oficinas de Telmex, sin interrupción.
Los ejes de la ciudad ya eran las actuales calles de Hidalgo y Pedro Moreno de oriente a poniente y las de Borbón y Guillermo Prieto de norte a sur. Estos ejes marcaban las fronteras entre los cuatro cuarteles en que se dividía la ciudad y, a partir de sus cruces, cambiaban los nombres de las demás calles.
La nomenclatura urbana también es un dato curioso: ninguna calle llevaba el nombre que lleva en 2025; aunque ya había calles que se llamaban Hidalgo, Morelos, Encarnación Rosas o Nicolás Bravo, no se corresponden con las que hoy llevan esos nombres, a excepción de la calle Mina, que es la misma que hoy se llama Xavier Mina.
En el plano, algunas calles están identificadas con sus nombres tradicionales, como la Calle de las Parejas (Corona Araiza), la de la Centella (Guillermo Prieto) o la del Campo Santo (González Ortega), mientras que otras ya llevan nombres del panteón cívico mexicano, como Guadalupe Victoria, hoy Jesús Carranza, Vicente Guerrero, que hoy se llama Guadalupe Victoria, o Morelos, que hoy es Carrillo Puerto.
Un detalle interesante con esta nomenclatura es que sus autores procuraron que al cambiar el nombre de una calle en el cambio de cuartel, el siguiente nombre estuviera estrechamente con el anterior. De esta forma, nos encontramos con combinaciones como Calderón y Allende para las que hoy son Encarnación Rosas y Aldama; Mezcala y Encarnación Rosas para lo que hoy es Zaragoza y Juárez; Tacuba y Guatimotzin para Donato Guerra y José Antonio Torres e Iguala e Iturbide para Reforma y Constitución.
Era una ciudad pequeña desde la que se gobernaba un territorio muy grande: el sexto cantón de Jalisco. Como dije antes, el plano incluye un mapa del cantón, con el territorio que le quedó a partir de 1867, cuando se le segregó el departamento de Mascota. Aún así, el cantón abarcaba toda la actual Costa Sur de Jalisco con la totalidad de la Sierra de Cacoma y la de Manantlán, así como los pueblos arribeños hasta el actual municipio de Atengo.
Por el norte, su límite era el pueblo de San Pedro la Chale, que hoy forma parte de Atengo, y el contorno de su frontera se podría dibujar siguiendo la ubicación de los pueblos de Tenamaxtlán, Colotitlán, San Buenaventura (municipio de El Limón), Chacala (municipio de Cuautitlán de García Barragán) y Piedra Blanca, en la frontera con Colima a la orilla del mar. Siguiendo el litoral hacia el norte, justo al cruzar el río Purificación, inicia la línea fronteriza con el cantón de Mascota, misma que rodea la sierra de Cacoma y pasa cerca del Alcíhuatl de poniente a oriente, sube hacia el norte hasta el Cilacayote y tuerce de nuevo al oriente hasta Cuautla.
Desde aquí vuelve a subir hasta llegar de nuevo a San Pedro la Chale. Entre los pueblos más importantes del cantón, según este mapa, están Unión de Tula, Tenamaxtlán, Ejutla y Cihuatlán, lo cual no es ninguna sorpresa en nuestros días, al tratarse todavía de cabeceras municipales. Sin embargo, aparecen como poblaciones de categoría lugares como Tepospizaloya y Tepantla, al mismo nivel que Ayutla o Purificación y mayor que Cuautla o Atengo.
Aparecen en este mapa lugares que poco después se despoblarían, como Zacapala y Manantlán y ya despuntan lugares como El Grullo y Lo Arado. Estos mapas son un buen retrato de la región al inicio del Porfiriato, un periodo que significó un importante desarrollo material y cultural en estos lugares.
Fuente:
- Plano de la ciudad de Autlán y croquis del sexto cantón. Comisión de Revalúo, 1885. Mapoteca Manuel Orozco y Berra, Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera, (SAGARPA). Colección General. Publicado por el Instituto de Información Estadística y Geográfica de Jalisco.
