Los teléfonos celulares de miles de personas en todo el mundo abrieron una ventana para observar que en la centenaria Basílica de San Pedro, en Roma, el 7 de septiembre el Papa León XIV canonizó a Carlo Acutis, “el influencer de Dios”.
Basta un poco de atención para encontrar infinidad de similitudes entre los desafíos de la vida social y las situaciones igual de retadoras que ocurren en un salón de clases, que suele ser un microcosmos representativo de la comunidad donde existe.
Quisiera advertir que esta es una columna muy personal, fruto de un ejercicio que acostumbro realizar en la víspera de cada arranque de ciclo escolar: consiste en regalarme 30 minutos de silencio y soledad para dejar fluir las ideas y sobre todo