Anayeli tenía 15 años cuando fue obligada a casarse con un joven de su comunidad. Anayeli no eligió a su pareja, fue su madre quien decidió con quién uniría su vida.
Dos hombres comenzaron a vigilar y seguir a María Isabel Cruz Bernal y Belinda Aguilar, mujeres buscadoras de personas desaparecidas, junto con su familia en Culiacán.
Con emotivas dinámicas y una sincera eucaristía, las familias fueron reconocidas por su labor humanitaria en el estado con mayor número de personas desaparecidas en el país.