Rieleras y juanes, dicen que la moneda siempre tiene dos caras, pero estas trenzas consideran que el refrán se queda corto, pues a la realidad multiforme un par de aspectos son limitados. Ya antes esta Adelita ha mencionado que los periodistas más comprometidos con la sociedad hemos de admitir que la objetividad total no existe y que lo más sano para un ejercicio ético es empezar por aceptar que en el ejercicio periodístico es mejor partir de la idea que buscaremos ser lo menos subjetivos posible.
En términos de quienes hemos apostado por el periodismo de derechos humanos, o periodismo de paz, la subjetividad implícita en la actividad humana y por ende extendida a los seres humanos que hacen periodismo, es una aceptación que constituye un primer paso para su ejercicio.
Y es que un segundo escalón constituye que la línea editorial que hemos de seguir está alejada de los informantes institucionalizados y con poder de siempre, para buscar a las personas de a pie que protagonizan las realidades problemáticas, cada quien desde sus espacios e intereses particulares.
Otro aspecto de este tipo de periodismo es el enfoque de historias cuya descripción de las realidades generan la identificación y empatía de las personas. Que se entiendan que sucedido a otros en sus propias circunstancias y las decisiones que toman, no está alejado de lo que cada quién haría si estuviera a su lugar. ¿Cuántas narraciones de migración no buscada tienen origen en sucesos que nadie está exento de protagonizar?
Paz y soluciones
El periodismo de paz también comparte características con el periodismo de soluciones. Hay quien puede decir que son sinónimos o variantes, sobre todo porque el periodismo de derechos humanos no se centra en las problemáticas o conflictos, pues si bien les alude como un contexto, lo principal de sus abordajes es cómo las comunidades y las personas han encontrado resquicios de luz en medio de panoramas oscuros, y entonces muestran caminos para, quizá no resolver la problemática, pero si para vivirla de una mejor manera. Aunque no crean, la creatividad y capacidad inventiva humana nos da sorpresas también agradables.
Otra diferencia entre el periodismo de este tipo y el tradicional es la concepción de la exclusiva que consigue el periodista solitario para evolucionar hacia el periodismo colaborativo. Esto por al menos dos circunstancias: porque los contextos de peligro para el ejercicio informativo muestran la pertinencia del trabajo en equipo; y porque los avances en materia de digitalización de procesos y contenidos permite que los periodistas de diferentes lugares y los informantes también de otras partes del mundo se conecten, y entonces se haga posible identificar realidades similares en otros contextos con cierto paralelismo y eso enriquece la información en beneficio de más personas.
La colaboración entre periodistas de diferentes medios es también producto de la visión del periodismo de paz, de ahí la existencia de las redes de medios aliados, no solo en la presentación de historias, pues también lo son en la comprensión de que las problemáticas sociales son tan acentuadas que merecen la suma de las capacidades de tantos y tantas periodistas convencidas de que esta sociedad necesita todo el valor y capacidad de investigación y análisis posible.
