Los adolescentes me caen rebién. A diferencia de otros adultos que se desesperan al convivir con ellos, a mi me ilusiona la contundencia con que emiten sus juicios y su aparente despreocupación de la vida.
Hago énfasis en que su indiferencia es solo fingida, el hecho de que se interesen en cosas que a los adultos no, no significa que el mundo les importe un cacahuate. Ellas, ellos y elles, tienen una serie de preocupaciones sobre la vida pública.
Es decir, aunque los adultos no lo crean, los morros tienen una agenda política propia.
Lo anterior lo puedo afirmar con toda certeza, porque columnas atrás les expliqué que basado en las orientaciones de la Nueva Escuela Mexicana y por la certeza de que las escuelas son también un espacio de reflexión de la vida en común, haría lo posible por politizar las clases.
Habrá gente de ideas limitadas que asuman que politizar es abrazar una bandera, como si la política fuera futbol. No va por ahí.
Cuando digo que quiero politizar la escuela, me refiero a la oportunidad de crear experiencias de aprendizaje que permitan la reflexión y la acción sobre problemas comunitarios, con el mensaje a mis estudiantes de secundaria, que si bien no podrán votar en dos semanas, sí tienen derecho a evaluar, proponer y hacer.
Así que los puse a observar, investigar y redactar cartas a las candidatas y candidatos.
Una respuesta
La primera sorpresa que se llevaron mis estudiantes es que nadie les contestó. Bueno, una sola excepción. A una alumna de El Grullo que reflexionó sobre la falta de maestros en escuelas públicas, Claudia Delgadillo de Morena le regresó esta línea que hasta memoricé: “la educación es muy importante para nosotros, la vamos a atender”. El resto hizo mutis, ni fu ni fa.
Pensé en disculparlos, están ocupados y no utilizamos ningún canal personalizado para hacer llegar las cartas. Todo a las cuentas oficiales y desde las cuentas personales.
Pero recién Jorge Rocha, académico del ITESO, explicó el sistemático desdén de políticos de todos los niveles a participar en foros universitarios, y asumí que su silencio también es discurso: desprecian la posibilidad de hablar de una agenda que no sea la propia.
Así que les dejo aquí, y si alguien conoce a alguien candidato por favor le dice, que a los estudiantes les preocupan los siguientes temas: la conservación natural, incluso si eso representa regular a las empresas.
La seguridad, con el enfoque de reconocer la diversidad y el respeto a grupos como la comunidad LGBT+ y los derechos de las mujeres incluida la legislación del aborto.
A nivel local les preocupa la mala calidad de los servicios públicos y serán una generación que hará de los derechos laborales, una causa política que moverá el sistema: bajos sueldos y sin prestaciones, no serán moneda de cambio del desarrollo económico.
No van a votar en dos semanas, pero sí son una voz valiosa.
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