Por José de Jesús Guzmán Mora, Cronista de San Gabriel, Jalisco.
Autlán de Navarro, Jalisco, 5 de junio de 2022. (Letra Fría). En la historia del pueblo de San Gabriel, Jalisco, han ocurrido diversos fenómenos meteorológicos, que han dado como resultado pequeñas o grandes tragedias.
Citemos aquel fatídico 5 de junio de 1885; en esa fecha el pueblo de San Gabriel fue testigo de una de las tragedias que aún se recuerdan; las zonas dañadas por el desbordamiento del Río Salsipuedes fueron la calle que hoy lleva el nombre de “Av. 5 de Junio”, (en memoria de aquel trágico suceso); la calle “Miguel Montenegro” hasta encontrar el arroyo de “San Diego” detrás del templo del Santuario y la antigua “Plaza del Comercio”, que quedó llena de lodo, animales muertos y restos de árboles. El puente principal resultó severamente dañado.
La prueba verídica de aquel histórico día se tiene en el testimonio del joven Paulino de la Cruz, de dieciocho años de edad, quien el día siete de junio de dicho año, manifestó ante don Tomás Zúñiga, Director Político y encargado del Registro Civil, que sus padres doña Juana Larios, de cuarenta años de edad, murió ahogada por la creciente del río del 5 de junio y cuyo cadáver fue encontrado en una playa junto al rancho La Rosa, y que aún faltaba que apareciera el cuerpo de su padre don Lorenzo de la Cruz, de cincuenta años de edad, que pereció en el mismo percance; ambos fallecidos eran originarios de Atoyac, Jalisco.
Una vez pasada la contingencia de aquellos lejanos días, los comisionados por don José Morett Pinzón, Alcalde Municipal de San Gabriel, para que se reparara el puente, fueron don Mariano Morett Pinzón, don Primo F. Villa Michel y el Dr. Ygnacio V. González Montes de Oca. Fue necesario levantar un muro de contención, en donde hoy está situada la “Cruz de la Playita” y su prolongación por la calle “Mercado” y el consiguiente Galápago del lado norte en ambos lados del puente protegiendo el tramo de las calles “Independencia y “Concordia”.
Un segundo embate del río que sufrió la población y el “Puente Montenegro” fue durante los días 19, 20 y 21 de octubre de 1890; en aquella ocasión las lluvias se prolongaron por más de cuarenta y ocho horas, el río salió de su cauce destruyendo parcialmente el galápago construido en 1885 en ambos lados del puente principal, alarmando gravemente al vecindario. Se tomaron las debidas precauciones y no hubo daños que lamentar, se informó al Gobierno del Estado el lamentable incidente.
También resultó dañado parcialmente el puente del “Salto de La Guadalupe”.
En Jiquilpan, muy cercano a San Gabriel, dañó casi todos los cultivos, en la comunidad de El Jardín y en Apulco dañó las huertas y tabernas; las poblaciones quedaron incomunicadas por el destrozo de los caminos entre San Gabriel, Tonaya y Tuxcacuesco.
Para reconstruir ambos puentes se formaron dos comisiones en el Gobierno Municipal; la primera, integrada por los señores Primo F. Villa Michel, don Esteban Ávalos Villalba quien era el Director Político, los ricos hacendados don Ramón Apolonio Pinzón y don Gerardo Zepeda Villa para reparar el puente de la hacienda de La Guadalupe.
La segunda comisión estaba formada por don José Severiano Soto Vázquez quien se desempeñaba como Alcalde Municipal, don Crescencio Curiel Vizcaíno, don Ygnacio Sedano Díaz de Santana y don Mariano Morett Vizcaíno, quienes se encargaron de las reparaciones del puente principal en San Gabriel.
En 1965 aproximadamente, hubo una creciente enorme en el caudal del río, en esa fecha murieron ahogados los hermanos José y Manuel Larios, originarios de la hacienda de Totolimispa, que se atrevieron a cruzar a lomo de sus caballos, la creciente los arrastró, a uno de ellos no se le pudo localizar.
Otro episodio fue el sucedido el 1° de julio de 1988; unos meses antes la autoridad municipal en turno mandó construir un vado en la margen del Río Salsipuedes al cruce con la calle “José Mojica”, que, debido a las fuertes lluvias en la serranía y el mal diseño y construcción de dicho vado, el río salió de su cauce provocando destrozos en varias casas, la construcción fue destruida al siguiente año y se colocó otro con más amplitud a ras de piso.
Durante septiembre de 2013, la “Tormenta Tropical Manuel”, elevó considerablemente los niveles de agua del Río Jiquilpan provocando inundaciones en las propiedades de quienes vivían cerca de sus márgenes, destruyó parcialmente el “Puente La Rosa” que comunica a la comunidad de Los Ranchitos.
La más reciente tragedia fue la del 2 de junio de 2019.
El reloj de la torre parroquial marcaba las cuatro de la tarde con cuarenta y dos minutos, o quizá un poco antes. Se celebraba en el interior del templo principal la misa de cuerpo presente del señor Marcos Espinoza Navarro alias “El seco”, fallecido un día antes, víctima de un infarto al corazón.
En la Unidad Deportiva Municipal “Efrén Rodríguez Valdivia”, se llevaba a cabo la inauguración de la Copa Jalisco 2019, con un encuentro de fútbol entre los equipos juveniles de Jilotlán de los Dolores y San Gabriel; había mucha gente congregada, era un día de fiesta deportivo y familiar.
Estaban en el citado evento el señor Bonifacio Villalvazo Larios, quien era el Presidente Municipal, su esposa Adelita Marrón Madrigal, Presidenta del DIF San Gabriel; también hizo presencia la C. Ydalia Chávez Contreras, Presidenta Municipal de Jilotlán de los Dolores y sus cercanos colaboradores, así como el C. J. Isabel Ramos Beatriz ex Presidente Municipal de San Gabriel. Hizo presencia la banda de guerra de la Escuela Secundaria Técnica No. 37 dirigida por el Mtro. Juan José Aguilar Jacobo para el momento de los honores a la bandera.
Todo empezó con la suspensión del servicio eléctrico, enseguida se oyó un grandísimo y prolongado estruendo; parecía que del límpido cielo brotara ese ruido ensordecedor que hizo preguntarse a toda la población: ¿Qué es ese ruido, qué se oye? ¿De dónde viene? ¿Qué está pasando?
La respuesta fue casi inmediata: ¡el río ha crecido!
De pronto Noé Meza Galindo, montado en su pequeña bicicleta, empezó a recorrer las calles paralelas al Río Salsipuedes –por la margen norte- alertando a la población.
- ¡Sálganse, háganme caso, ahí viene el río! ¡Sálganse!
Y así fue. Minutos después el pueblo se inundaba; las calles “Herrera y Cairo”, “Javier Mina”, “Mercado”, “Av. 5 de Junio”, “Gral. Jacinto Cortina”, “Concordia”, “Independencia”, “Miguel Montenegro” y sus perpendiculares junto con la “Plaza Juan Rulfo” sufrieron el embate de sus aguas frías y negruzcas; lodo, ceniza, troncos de árboles sacados de un solo golpe, animales muertos, vehículos flotando; muchísimas personas se vieron envueltos inesperadamente en una vorágine que no tenía fin.
El caudal del río invadió otras calles como las de “Evaristo F. Guzmán”, “Prisciliano Sánchez”, “José Mojica”, parte de la de “Alarcón”, “Bucareli”, “López Cotilla”, “Quintana Roo”, “Gregorio Torres Quintero” y otras más.
Las escenas superaron la ficción; en un instante los habitantes se vieron inmersos en una gran pesadilla. Las calles se fueron llenando de escenas increíbles. Sufrieron daños parciales los puentes peatonales así como el “Puente Liso” al cruce con la calle “Gral. Jacinto Cortina”, el “Puente Montenegro” que es el principal, y resultó muy dañado el “Puente Nuevo” por la calle “Bucareli”, así como pequeños puentes peatonales como el de la Calle “Alarcón”, el que cruza con la calle de “Prisciliano Sánchez” y el del parquecito por la calle “Marquina”.
Los daños materiales fueron cuantiosos, casas inundadas, derribadas, imposible de habitarlas más; vehículos destrozados, devastados por la fuerte corriente. Había en el ambiente un fuerte olor a lodo, humo, ceniza y agua podrida. Algunas personas fueron rescatadas de entre el fango y gran cantidad de ramas y árboles cortados o quemados.
El emblemático pirul cercanísimo al “Puente Montenegro” sucumbió a la fuerza de las aguas y cayó después de cien años de haber estado en la margen norte del río en el cruce de la calle “Evaristo F. Guzmán”.
Y lo insólito: ¡En San Gabriel no cayó una sola gota de lluvia!
El primer reporte de la autoridad estatal y municipal, decía que en las primeras horas de la tarde se había presentado una lluvia intensa en la parte alta de la Sierra de Apango generándose una crecida del arroyo “Agua Fría” afectando la cabecera municipal de San Gabriel en cien metros a ambos lados de la ribera del rio alrededor de las 17:00 horas, que se había reportado una persona fallecida y que había cuatro personas desaparecidas (un menor de edad, y tres adultos).
Se instaló un refugio temporal con cinco personas alojadas en las instalaciones de la Asociación Ganadera Local, se realizó el traslado de una persona en estado grave a Tolimán.
Se reportó material de arrastre en el kilómetro 78 de la carretera estatal Ciudad Guzmán-El Grullo.
Los barrios afectados en la cabecera municipal fueron Infonavit en Las Olas Altas, La Alcantarilla, El Puente Nuevo, El Santuario, La Quinta y La Sangre de Cristo. Se hicieron revisiones enEl Jazmín, La Croix y en Los García.
Las primeras actividades realizadas fueron las acciones de búsqueda y rescate, el brindar atención pre hospitalaria, garantizar la seguridad a la población y rescatistas, instalar refugios temporales, evaluación de daños y análisis de necesidades, saneamiento de viviendas e infraestructura afectada, envío de células de búsqueda y rescate en la zona de inundación en cabecera municipal y delegaciones y la instalación del Puesto de Comando en la Presidencia Municipal y en la Casa de la Cultura.
Dependencias participantes: SEDENA, CFE, CONAGUA, UEPCB, SADER, SAMU, DIF Jalisco, Policía Regional del Estado, UMPC de San Gabriel, UMPC de Sayula, UMPC de El Grullo, UMPC de Zapotlán el Grande, UMPC de Atoyac, UMPC de Tonaya, UMPC de Autlán, UMPC de Tolimán, Cruz Roja Sayula, Cruz Roja Zapotlán el Grande. Total: 144 elementos.
Dicen los que saben, que todo vino procedente de la Sierra de Apango, esa serranía que se vio envuelta en llamas dos semanas antes, lo que trajo el agua fue un gran cúmulo de árboles cortados por las manos del hombre, lodo negruzco y cenizas producto de los incendios de las últimas semanas, rocas arrastradas por la fuerza enorme del agua buscando sus cauces naturales.
El trágico saldo arrojó la pérdida de seis seres humanos, Gabriela Rivera García y su mamá doña María Guadalupe García Muñoz, la vecina de ambas doña Eloísa Rodríguez Sepúlveda de Cervantes que vivían por la calle “Bucareli”, doña Emilia Figueroa Román a la que se clasificó como desaparecida, nunca la encontraron; así como dos cuerpos no identificados que se trasladaron al Servicio Médico Forense (SEMEFO) de Zapotlán el Grande; se corrió fuerte el rumor de que dos camionetas llenas de trabajadores agrícolas de la región y de origen chiapaneco también fueron arrastradas por la corriente del río, nunca se supo más de ellos.
Afortunadamente fueron rescatados con vida gran número de personas, entre ellos, don Antonio Rivera Gómez y su nieto Kevin Raúl Rivera.
Hubo una gran pérdida de bienes materiales, puentes destruidos o dañados, mucha tristeza, gran dolor, consternación y angustia y una gran impotencia al ver como el río dejó más de setenta vehículos destrozados, ciento cuarenta y cuatro casas parcialmente destruidas, sin un solo mueble o utensilio de cocina; hubo desorden y caos en las primeras horas de aquella fatídica fecha.
Pese a todo, el pueblo fue muy solidario, hubo más de ochocientas cincuenta personas ayudando por todos lados; el gobierno federal, estatal y municipal hizo presencia y giró instrucciones para iniciar con lo primero, que era buscar y rescatar a los difuntos, localizar a los desaparecidos, limpiar las calles y las casas, restablecer el servicio de energía eléctrica y agua potable, señalar y proveer de albergues con agua, alimentos y catres, proveer de lo más necesario, evaluar los daños, elaborar proyectos de reconstrucción, construir tres gaviones para contener los escurrimientos.
Al paso de los meses, se reconstruyeron los principales puentes peatonales y vehiculares, la calle “Independencia”, se construyó en otro sitio la Escuela de Educación Especial, se creó un grupo de personas con empleo temporal, a los afectados se les dotó de menaje de casa, a los negocios establecidos se les entregó el apoyo económico suficiente para reemprender su oficio, con el paso de los años todo volvió a la normalidad.
Muchísimas personas e instituciones otorgaron invaluable apoyo a los damnificados.
El gobierno municipal actual, se ha preocupado por desazolvar los tres gaviones, así como el cauce del río, el retiro de trozos de árboles, y en general de todo el material sólido y pesado que obstruya el paso del río, que no tarda en aparecer, debido al temporal de lluvias que ya se aproxima.
Aún queda por rehabilitarse el “Puente Liso” al cruce del río y la calle “Gral. Jacinto Cortina”, del que existe la promesa de reconstruirlo en fechas próximas.
¡Es cuánto, que tengan buen día!
REFERENCIAS:
GUZMÁN Mora José de Jesús, Crónica de una tragedia en San Gabriel. (Los gabrielenses vivieron días de temor). Obra inédita, San Gabriel, Jalisco, 2021.
MA/MA