Por: Lauro Rodríguez
Tomatlán, Jalisco. 16 de enero de 2023.- (Letra Fría) Jalisco es uno de los 17 estados de México que tiene manglares. Y, la mayor parte de la superficie de mangle, está en la Costa Sur de Jalisco. Tomatlán es el municipio donde se concentra la mayoría de éste.
Los cinco municipios costeros que tiene el estado cuentan con superficie de mangle, algunos más que otros. Sin embargo, la extensión ubicada en Puerto Vallarta y Cabo Corrientes, en la Costa Norte, es mínima comparada con la que se encuentra en la Costa Sur.
De acuerdo con el Instituto de Información Estadística y Geográfica (IIEG) de Jalisco son 2 mil 597.61 hectáreas de mangle en la costa del estado. De estas, el 49.79 por ciento se concentra solo en Tomatlán al tener mil 293.35 hectáreas.
La Huerta es el municipio que le sigue en extensión al contar con 576.79 hectáreas de mangle, lo que significa 22.20 por ciento del total estatal. En Cihuatlán hay 548.38 hectáreas, el 21.11 por ciento. El resto, se encuentra en Puerto Vallarta con el 6.53 por ciento y Cabo Corrientes, con solo 0.37 por ciento.
Ecosistema costero, en amenaza
Los manglares son ecosistemas costeros que se pueden encontrar a lo largo de los países tropicales y subtropicales. México es uno de los cinco con mayor superficie de mangle. Son seis especies las que se encuentran en el país, pero hay cuatro con mayor presencia: el magle rojo, el negro, el blanco y el botoncillo.
“Los manglares proveen servicios ecosistémicos muy importantes, como la protección contra huracanes y control de inundaciones. Es una fuente importante de nutrientes para ecosistemas como los arrecifes de coral, además de la captura de gases de efecto invernadero, entre muchos otros (FAO, 2007)”, precisa el IIEG en su sitio de internet.
Cuatro especies de mangle están catalogadas como amenazadas de acuerdo con la NOM-059-SEMARNAT-2010. Cuando un maglar es invadido, se cataloga al ecosistema como maglar perturbado. De acuerdo con el IIEG, en Cihuatlán, La Huerta y Tomatlán hay al menos 49.52 hectáreas en esta condición.
Los cambios de uso de suelo para actividades agrícolas, pecuarias, construcción y turísticas, son las principales amenazas para estos ecosistemas costeros.
Edición: CAC