No perdamos el tiempo celebrando aciertos
o lamentando tropiezos; hay que seguir trabajando.
Es necesario abolir las vacaciones.
Salvador López Chávez.
La vida y obra de don Salvador López Chávez, es la historia profundamente humana de un compatriota esforzado y visionario que, desde una posición modesta, escaló las más altas cimas empresariales, creando la organización productora de calzado más importante del país.
Nació en el barriode las Olas Altas en San Gabriel, Jalisco, el 10 de agosto de 1915. Hijo de Aurelio López Núñez y Teresa Chávez. Su padre, Aurelio, tenía el oficio de zapatero, experto en la fabricación de calzado a mano.
Don Aurelio abandonó su terruño e instaló su taller en la calle de Independencia en Guadalajara, Jalisco. Su hijo Salvador solo cursó los tres primeros grados de su educación primaria. Por causas de la guerra cristera, no había seguridad ni garantías sociales, por eso tuvieron que abandonar San Gabriel.
Ya en Guadalajara, Salvador estudió inglés en una Academia cerca de su casa; a los dieciséis años de edad abandonó su hogar en busca de aventuras y experiencias. En su deambular estuvo como aprendiz en la Fundición Nacional de Artillería, en 1931, en la Ciudad de México.
Para 1936, ya en Estados Unidos de Norteamérica, trabajó en diversos sitios, viajó a Texas, donde trabajó en los campos algodoneros, después emigró a Detroit, Michigan; allí conoció la fábrica de automóviles, acumulando observaciones y experiencias y, al mismo tiempo, moldeando su carácter. En 1938, decidido a progresar, regresó a la Ciudad de México y trabajó en la Cooperativa Mecánico-Industrial que producía arados para los campesinos; entonces se le presentó la oportunidad de regresar a Guadalajara hacia 1939 en donde su padre continuaba con su taller.
Él vislumbraba el porvenir de la moderna producción de calzado, por ello renunció a la Cooperativa y con el dinero ahorrado y un préstamo, se incorporó al negocio de su padre. La fábrica de Calzado “Canadá” inició oficialmente sus actividades el 13 de julio de 1940 aprovechando el cúmulo de experiencias de don Salvador. Su domicilio estaba en la calle de Pedro Loza 130. Diseñó el logotipo de su marca, aprovechando el malinchismo de sus consumidores, pues el nombre de Calzado “López” no era tan atractivo como “Canadá”.
A mediados de 1960, Calzado “Canadá” ya exportaba su producción a los Estados Unidos, convirtiéndose en la primera empresa mexicana de carácter transnacional. Llegó a producir 40,0000 pares de zapatos diariamente.
Don Salvador fue uno de los fuertes impulsores para que se instalara en 1956 la Televisión en Guadalajara, quedando enseguida como Presidente del Consejo Administrativo de la empresa denominada “Televisión Tapatía” S. A. de C. V.
Calzado “Canadá” se consolidó como el consorcio zapatero más grande de América Latina, gracias a que desde su inicio, don Salvador se hizo cargo de la comercialización del producto y se propuso incluir en la industria todas las actividades complementarias. Tenía un afán constante por conocer, era lector asiduo de la revista Mecánica Popular y cuando tenía una duda, no vacilaba en investigar.
Además le encantaba adquirir cosas nuevas, sobre todo relojes y autos. Éstos últimos fueron su gran afición, compraba hasta los que estaban en mal estado, él los reparaba y modificaba. También era un gran corredor y utilizaba los autos para hacer publicidad a la empresa.
Quienes visitaron el Complejo Industrial “Canadá” inaugurado en 1972, junto al Presidente de Chile don Salvador Allende y al Ejecutivo Nacional don Luis Echeverría, conocieron la fuerza industrial de una empresa 100% mexicana que disponía de más de 300 tiendas propias y de 600 concesionadas, fundadas por el esfuerzo visionario de un gabrielense.
En 1974 se mudó al nuevo Jardín Industrial “Canadá”. Ahí construyó una clínica para su rehabilitación física y era frecuente verlo pasar en silla de ruedas por las líneas de producción de la fábrica. Procreó con su esposa Catalina Benavides de López siete hijos: Sandra, Lucía, Teresa, Marcela, Tomás, Carmen, Gabriela, y con su segunda esposa, a Aurelio y Laura López Rocha.
En 1970 fue nombrado Presidente de Cruz Roja Mexicana. Entre sus actividades podemos enumerar sus funciones como Presidente de la Cámara Nacional de Comercio de Guadalajara, de la Confederación Mexicana de Ejecutivos de Ventas y Mercadotecnia.
A causa de una caída, se lesionó la columna vertebral y el fémur. Tuvo que internarse en un hospital de la Ciudad de México y pronto se apropió de todo el piso para instalar oficinas y mantenerse activo.
En ese tiempo, fungía como Presidente de Cruz Roja Mexicana, y a pesar de su padecimiento, se reportaba ante el personal de esa institución. Se mantuvo tan dinámico que cuando se enteró de una tromba que cayó sobre Pachuca, Hidalgo, acudió para ayudar en los rescates. Enemigo de las vacaciones (llegó a decir que las iba a abolir), su máxima pasión fue siempre el trabajo. De este hombre, hijo de sus propias obras, quedan muchas lecciones ejemplares.
Don Salvador López Chávez fue el único empresario jalisciense que persistió en orientar sus inversiones hacia la expansión de su industria. Su estrategia consistía en dirigir todo el proceso productivo: desde la producción, hasta la distribución y comercialización
Igualmente dirigía todos los procesos que podían garantizar altas tasas de ganancia en la fabricación de calzado: huleras, tenerías, fábrica de pieles sintéticas, de suelas, moldes, hormas, pegamentos, fábricas de herrajes, hebillas, agujetas, hilos, un departamento capaz de elaborar maquinaria, fábrica de rótulos, de avisos luminosos y fábrica de muebles para las distribuidoras.
El éxito de su empresa consistía, en que don Salvador con su peculiar modo de ver las cosas, decía que él producía “… lo que le gusta al mexicano”. Llegó a tener una plantilla de 12,000 empleados y a producir entre sesenta y setenta mil pares de zapatos diariamente. Una calle de la perla tapatía lleva su nombre.
Murió en Guadalajara, el 21 de julio de 1976, siempre al pie del cañón como los buenos soldados.
Después de su muerte, su hija Sandra, estuvo al frente de esa empresa. En San Gabriel la calle “Av. 5 de Junio”, llevó su nombre de 1992 a 1998.
Hoy al cumplirse el 109° aniversario de su nacimiento, recordemos la recia personalidad de un gabrielense emprendedor, que empezó de la nada, y terminó como presidente y propietario de uno de los imperios zapateros más poderosos del mundo en el siglo XX, gracias a su visionaria actitud.
REFERENCIAS
- GUZMÁN Mora, José de Jesús, Personajes gabrielenses, inédito, abril de 2017, San Gabriel, Jalisco.