Autlán de Navarro, Jalisco.- Para las personas de las regiones Sierra de Amula y Costa Sur, quizá pasa desapercibido o desconocen los efectos de la Estación Científica de «Las Joyas», ubicada en la Reserva de la Biósfera de la Sierra de Manantlán, sin embargo este espacio de investigación es un motor de cambios de conciencia, conservación y un sinfín de servicios ecosistémicos, dijo en entrevista para Letra Fría, Judith Cevallos Espinosa, Jefa del Departamento de Ecología y Recursos Naturales del Centro Universitario de la Costa Sur (Cucsur) con motivo de haber ganado de Premio Jalisco 2024 en el ámbito científico.
El pasado martes (23 de julio), se publicó en el Periódico Oficial del Estado de Jalisco el acuerdo que da a conocer el dictamen del Consejo Consultivo para el Otorgamiento de Premios aprobado por el Ejecutivo, mediante el cual se otorga el “Premio Jalisco 2024”.
La Estación Científica “Las Joyas” pertenece al Departamento de Ecología y Recursos Naturales – Instituto Manantlán de Ecología y Conservación de la Biodiversidad (DERN – IMECBIO) del Cucsur (Antes Laboratorio Natural Las Joyas), que Judith Cevallos Espinosa tiene a su cargo.
Las generaciones de «Las Joyas»
La Estación Científica Las Joyas es un espacio de formación para cientos de personas, desde alumnado de la propia Universidad de Guadalajara, de otras instituciones educativas nacionales e internacionales e incluso pobladores locales que han participado en actividades en la estación.
“Hay grupos de visitantes -que no propiamente están desarrollando investigación científica- sino simplemente van a conocer y a vivir experiencias, que luego les van a permitir cambiar su perspectiva de lo que es la conservación de la naturaleza”, precisó la especialista.
Cevallos Espinosa, destacó que esta Estación Científica, enclavada en una cabecera de cuenca se ha mantenido lo más intacta posible, lo cual ha permitido que los ciclos del agua, la vegetación y la fauna se mantengan y esto tiene una incidencia en la vida de las personas en las zonas de población.
“Todos dependemos de alguna manera de los servicios ecosistémicos que está proporcionando la estación y a lo mejor al ciudadano común que está en los alrededores de la Sierra de Manantlán a lo mejor no están tan concientes, pero una vez que nos visitan, conocen y entienden las dinámicas de los ecosistemas y su importancia, entonces cambian su percepción”, agregó la jefa de departamento.
Influencia más allá de la reserva
También mencionó -al igual que lo hizo el profesor investigador Enrique Jardel– la importancia de «Las Joyas» en el proceso de creación de las Juntas Intermunicipales, que han propiciado el interés de gestionar de manera diferente los recursos naturales en pro de la conservación en un trabajo directo con las comunidades, que implica un beneficio para la población en general.
“Son 40 años de esfuerzo, para primero generar información de qué es lo que quiero que haya ahí, cómo funcionan estos ecosistemas y cuál es la forma en que podríamos conservar y eso trasciende hacia las otras zonas que no están en áreas protegidas, esta información que se ha generado en la estación ha permitido que se puedan apoyar las actividades antropogénicas”, narró Judith Cevallos.
«Las Joyas», orgullo de la comunidad universitaria
Judith Cevallos recordó que -como parte de su formación académica- ella fue una de las muchas estudiantes que transitó por la Estación Científica «Las Joyas» y hoy como funcionaria universitaria, este reconocimiento le genera orgullo y satisfacción.
“El premio es para todos los que hemos estado ahí realmente y de alguna manera yo también fui beneficiada en el sentido de que fui formada, entonces para mí es un orgullo el que tengamos esta oportunidad de ser reconocidos y que nuestra región esté orgullosa también porque como bien dice su nombre es una joya, una joya que todavía se conserva”, explica.