Por: Vianney Martínez Pérez.
Autlán de Navarro, Jalisco 03 de noviembre del 2020. (Letra Fría).- Los segunderos del reloj giraban imparablemente, un tic-tac resonaba repetidas veces al compás de los pasos de los transeúntes de la Alameda, un revuelo de gritos y risas infantiles; murmullos de pláticas ajenas; el alboroto, insaciable de atención, por parte de los vendedores: “pásele que hay fruta fresca, para el calor y jugosita de temporada”.
Entre el aire caliente y el brillo sobrexpuesto de las diez y cinco de la mañana, Cynthia Ramos Gómez se distinguió de entre la gente por ser la única que portaba cubrebocas, cargando una mochila más grande que su propio torso y caminando junto a su brillante bicicleta negra. Tímidamente se acercó y con una voz nerviosa dijo: “Me estaba preguntando si eras tú”.
Delicadamente acomodó su mochila sobre la gravita de una de las desgastadas bancas y después de los protocolos básicos de presentación, me invitó a conocer quién es Cynthia Ramos.
Nacida en el Grullo, Jalisco, desde pequeña siempre se destacó por su habilidad en las matemáticas y la física. Recuerda que probablemente su camino en la ciencia inició desde la preparatoria en las distintas olimpiadas. Más adelante cuando se convirtió en estudiante de Ingeniería Mecatrónica en el Centro Universitario de la Costa Sur, se unió activamente a clubes científicos, donde por pura casualidad se enteró de una oportunidad que en alguna ocasión se disfrazó de utopía: ir a la NASA.
Cynthia comprendió a partir de ese momento que frente a ella estaba uno de los mayores retos de su vida, quizá el más memorable. El camino no iba a ser nada sencillo, para empezar, necesitaba obtener uno de los 60 lugares disponibles dentro de la International Air and Space Program, organizada por AEXA, en Huntsville, Alabama, donde se realizará la estadía.
Con un brillo en sus ojos, la joven veinteañera, comenzó a relatar cómo logró convencer a los organizadores de que merecía uno de esos puestos. Sola, con los conocimientos aprendidos en la carrera y con una investigación de meses, realizó un ensayo donde explicaba su proyecto en el que propone a la automatización como una mejora en los satélites. Después, vía internet era necesario que Cynthia se contactara con la mexicana Alejandra Rocha, coordinadora de comunicación de AEXA, la cual, a pesar de ser su paisana, la entrevistó en una lengua extranjera.
De sus palabras se desprendió la felicidad al rememorar el inolvidable día en que su trabajo dio frutos.
– Estaba en clase de cálculo y entonces me di cuenta de que me llegó un correo a mi cel, yo no dejaba de sonreír; hasta el profe me preguntó si estaba enamorada […] le conté, dio por terminada la clase y me llevó con el jefe de departamentos, entonces, desde ahí recibí el apoyo incondicional de mis maestros, comparte Ramos.
Al ser la única seleccionada en la región por este mérito, su centro universitario se ha esforzado por hacer difusión de la noticia. Sin embargo, a pesar de estar a un año de distancia del evento, la futura ingeniera enfrenta un nuevo desafío: solventar los gastos necesarios para concluir esta aventura.
Con la mano algo temblorosa y volteando a ver su alrededor, abrió lentamente el cierre de su mochila e introdujo su mano, después, sacó ordenadamente un empaque de juego de ajedrez, un rompecabezas de La noche estrellada, dos barajas de UNO y una pequeña copa menstrual.
– Son 3 mil 500 dólares, ahorita ya llevo ahorrado 20 mil pesos de la venta de cositas orgánicas que tengo y juegos de mesa.
Con nerviosismo, escribe en una hoja de papel: número de cuenta: 20-01291190-05, clave interbancaria: 014342200129119054 y el número de tarjeta: 5579 0990 1362 5464; estos son los mismos donde cualquier persona que pueda y decida donar, lo haga.
– La verdad es que no me he animado a pedir dinero al gobierno de aquí, por eso de la congelación de cuentas […] la coordinadora de educación se comunicó conmigo, pero no me ha dado fecha para citarme con la presidenta, declara Cynthia en entrevista
Una pequeña parte de la maravillosa experiencia está sucediendo, ya que actualmente y a pesar de la pandemia, la grullense se encuentra tomando cursos en línea de ingeniería espacial como parte de su selección; en cambio, la segunda etapa ocurrirá de manera presencial, donde se dividirá a los chicos en equipos para enfrentar un plan secreto.
Niñas no se rindan, trabajen y luchen por ello. Está bien tener miedo, siempre estén seguras de sí mismas.
Melancólicamente las hojas de los árboles que yacían arriba de nosotras empezaron a moverse, con el constante choque del viento producían un sonido de paz y tranquilidad, distinto al del principio del encuentro. Algo de eso debió producir efecto en Cynthia, porque con una voz muy firme me miró para decirme.
– Las niñas en la ciencia somos minoría, pero lo importante es apoyarnos para crecer juntas, en mi salón somos tres chicas, a pesar de que digan que esto es para hombres, remató.
En un clic capturé el rostro de quien frente a mí causaba inspiración. Con reiterados agradecimientos ambas nos despedimos, ella echando a andar sus llantas por el piso naranja de la Alameda y yo viendo como emprendía su camino a alcanzar las estrellas.
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