Por: Página 3 | Alianza de Medios
Ciudad de México. 10 de mayo del 2023 (Letra Fría) .- El estudio titulado 10 de Mayo, de Martha Acevedo (colección Memoria y Olvido: Imágenes de México, Cultura/Sep, 1982), narra cómo se instituyó en México el Día de la Madre, de inspiración sajona, en respuesta a la movilización de mujeres y hombres de Yucatán que pedían educación racionalista en las escuelas y el derecho a la anticoncepción. Era 1922.
El Día de la Madre fue una reacción política, porque en aquellas tierras del sureste de México circulaba “un folleto inmoral relacionado con la maternidad causando una enorme indignación en todos los círculos sociales”, como escribió el director del diario Excélsior, Rafael Alducin, el 10 de marzo de 1922. Fue decretado el 13 de abril de 1922
Sabríamos años después que se refería a un texto donde se aconsejaba la manera de evitar la procreación, escrito por Margarita Sanger, fundadora de la política de planificación familiar.
El folleto “inmoral” -traducido por Alma Reed, una estadunidense quien llegó a Yucatán- se titulaba La Brújula del Hogar y era leído en las reuniones de mujeres, integrantes del Partido Socialista del Sureste, todas las semanas conocidos como los “lunes rojos”, que eran verdaderos cursillos de capacitación para la convivencia entre hombres y mujeres y de educación sexual.
Yucatán distinguido en nuestra historia, desde 1916, -por los 2 congresos feministas celebrados en Mérida- por abanderar los derechos de las mujeres, entidad donde se logró por primera vez el voto para las mujeres, con derecho a ser votadas.
En esos tiempos surgió el liderazgo de Elvia Carrillo Puerto, una lideresa feminista, política y sufragista mexicana, cuyo activismo le ganó el mote de Monja Roja del Mayab, -la primera escuela de niñas- en 1871 gracias a Rita Cetina y la primera agenda de los derechos de las mujeres en 1916. En ese año, el Gobierno del Estado de Yucatán, encabezado por el general Salvador Alvarado, respaldó a las mujeres en su búsqueda por obtener sus derechos.
Cuenta Martha Acevedo que, en 1922, Excélsior lanzó una campaña, llamando a parar semejante “ofensa”, -el contenido del folleto- contra la sagrada convicción de la madre. La iniciativa tuvo éxito: se creó así el Día de la Madre, resaltando la “naturaleza femenina”, contra la posibilidad de controlar los nacimientos. La iniciativa fue aplaudida por los sectores más conservadores, asustados con las marchas y las demandas. Inmediatamente la acogió con “emoción”, el secretario de Educación Pública, José Vasconcelos.
El día consagrado a la madre mexicana, lo reforzó la escritora chilena Gabriela Mistral, quien -invitada por Vasconcelos- escribió un texto llamado “Mujercitas Mexicanas”. Evidentemente, la celebración es espuria y conspira contra la libertad de decisión de las mexicanas.
Excélsior fue el promotor del festejo con concursos de escritura de cartas a la madre y con grandes festivales, en tanto el gobierno de Miguel Alemán Valdés construyó el Monumento a la Madre en 1949. La celebración nacional derivó en regalos y concursos, hasta 1971. Con la fecha 10 de mayo se celebra, también, en Guatemala y El Salvador.
La Repulsa
La Brújula del Hogar apuntaba a la izquierda y el 10 de mayo a la derecha, afirma Martha Acevedo. Su indagatoria fue un ejercicio histórico para saber el alcance de una construcción cultural, averiguar qué significa para las mujeres y para una sociedad que las identifica solo con la maternidad, obviando todo lo que realmente somos las mujeres: reproductoras de la fuerza de trabajo, potencial político, clave para la política demográfica, contribuyentes al desarrollo, seres humanos con derechos.
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