Autlán de Navarro, Jalisco.- Juan José Ávila Navarrete, es ingeniero en mecatrónica, actualmente estudia la maestría en Ciencia e ingeniería de materiales en el Centro Universitario de la Costa Sur (CUCSur) y trabaja en encontrar la fórmula adecuada para elaborar una pasta cerámica económica y amigable con el medio ambiente para hacer impresiones 3D y facilitar la vida de las personas.
En entrevista para Letra Fría, Juan José empezó por el principio básico, explicar qué es la impresión 3D, tridimensional o también conocida como fabricación aditiva.
Básicamente la impresión tridimensional en palabras de Juan José, es la creación de objetos físicos a partir de modelos digitales, que lo mismo pueden imprimirse de plástico, cerámica, metal, insumos comestibles y hasta biomateriales, estos últimos para la creación de órganos adaptables al cuerpo humano.
La técnica más accesible y socializada es la impresión en plástico, sin embargo actualmente las posibilidades de la impresión 3D son ilimitadas. Las primeras experiencias de esta técnica según un documento que compartió Juan José tuvieron su origen en el año de 1983.
¿Cómo se imprime una figura en 3D?

Hay distintas técnicas de impresión 3D, Juan José compartió detalles de una de ellas.
Primero a través de un software especial se hace un diseño, se pasa a un laminador donde se establecen los parámetros de velocidad, temperatura y retracciones necesarias; el archivo se pasa a una memoria Micro SD que se conecta a la impresora y empieza a trabajar.
Ya en la impresora, los filamentos de plástico -que son como hilos- se introducen en una boquilla que se calienta a 200 o 240 grados, estos filamentos se introducen por un extremo de la boquilla y sale por el otro lado más delgado, es el que forma las capas de la figura hasta que termina.
“La impresora empieza a trabajar y crea una capa, una vez que ya terminó salta, dependiendo de la calidad de la boquilla con la que estemos trabajando, salta y empieza a imprimir sobre ahí mismo, no hay un molde”, explicó Juan José.
Puede imprimirse cualquier cosa imaginable, desde artículos ornamentales, juguetes, soportes de teléfono, mesas, prótesis para humanos, perros, utensilios de cocina, juegos, piezas para automóviles, entre muchos otros.
Los insumos para una impresión 3D pueden ser líquidos, solidos, polvos.
“La impresión 3D puede llegar a ser tardada, puede variar de una hora hasta siete días, es trabajo continuo, la mandas a imprimir y empieza a trabajar hasta que termine… están diseñadas para imprimir día y noche, 24/7”, expresó
A partir de que Juan José empezó a trabajar la impresión 3D decidió comercializar sus figuras y objetos, desde llaveros, juguetes hasta artículos personalizados dependiendo de las necesidades e intereses de quien lo requiera.
¿De dónde nació el interés por la impresión cerámica?

Juan José compartió que después de 4 o 5 años de aprendizaje para dominar la impresión tridimensional en plástico, quiso ir más allá y se dio cuenta que para ello debía experimentar con otro material, la cerámica.
Los usos y alcances del plástico y la cerámica en la impresión 3D son muy distintos, para el especialista, el hecho de que la cerámica soporte el calor da muchas otras posibilidades de creación.
“No quedarte en el límite, ir más allá de lo que se puede, si la impresión 3D tiene los materiales esenciales que son el plástico, la cerámica y el metal, porque conformarte con uno, avanza con todo lo posible”, expresó Juan José Ávila.
Al preguntarle sobre su vivencia comercializando los objetos elaborados con impresión 3D, Juan José dijo que ha sido una gran experiencia y que no le gustaría especializarse en la fabricación de algo en particular, porque siente que limitaría sus posibilidades creativas y de ayuda.
“Siento que si me voy por una línea estoy desperdiciando el potencial que tiene la impresión 3D, realmente esto es para ayudar a la gente, facilitar la vida de las personas”, compartió Juan José.
Los claroscuros de la impresión 3D
En palabras del estudiante de maestría, la impresión 3D es un mundo maravilloso, pero también es un dolor de cabeza, porque es indispensable dominar la técnica para fabricar los objetos tal y como se quiere.
“El proceso de impresión 3D es complicado, pero lo vale cuando una vez le encuentras la forma, es algo asombroso y por eso entré por la parte cerámica para compensar las limitaciones que tiene el plástico”, reconoció Juan José.
Por otro lado, la impresión 3D en cerámica es costosa, para dar un ejemplo, Juan José comparó los costos con el plástico. Un kilo de filamento ronda los 300, 400 pesos y alcanza para imprimir 10 dragones; un kilo de cerámica cuesta 700, 800 pesos es de importación y alcanza para imprimir dos o tres dragones.
Las impresoras más sencillas de plástico cuestan alrededor de 2 mil pesos y las mejores, 40 mil pesos; para cerámica las más sencillas están entre 10, 12 mil pesos y las más cara alrededor de 80 mil pesos.
Por eso su tema de tesis de la maestría -además de aprender a trabajar la impresión cerámica- es elaborar una pasta cerámica de bajo costo y amigable con el medio ambiente, planteó que pudiera llegar a tener 10 kilos de pasta por 600 pesos. Para ello están trabajando con componentes como caolín, cemento y la cal.
Para las personas que le hayan gustado los objetos en 3D o quieran hacer un pedido especial pueden contactar a Juan José a través de las redes sociales en su perfil de Instagram.
Excelente reportaje, ya hasta me anime a comprarme una impresora. Saludos !!