Por: Aime Jean | Bajo el arcoíris
Autlán de Navarro, Jalisco. 05 de septiembre de 2022. (Letra Fría) Redes Sociales, septiembre de 2022, en esta semana el compañero columnista, Licenciado Carlos Efrén Rangel publicó en este portal su columna, “Rigor con pelos de colores”, una aportación que aborda el reciente comunicado emitido por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) donde resalta lo siguiente: “deben ser respetados los derechos a la educación y al libre Desarrollo de la personalidad en las instituciones escolares”. Derivado de que del 3 de enero al 15 de agosto han sido 487 estudiantes de secundaria, preparatoria y universidad a quienes se les ha negado el ingreso a los planteles por traer su cabello largo o tenido.
El debate en redes sociales se desató a raíz de esta publicación y en mi opinión fue muy nutrido, agradable, intenso, y en solo un par de ocasiones, agresivo.
Voy a partir desde mi opinión particular. Me parece que un estudiante con edad para cursar la secundaria y posterior, debería de tener la libertad absoluta de elegir su imagen, accesorios, piercings, tatuajes, color de esmalte de uñas, maquillaje, longitud de su cabello, el corte, y por qué no, el tinte si es que cambiarse el color natural de su tono lo hace sentirse mejor.
No olvidemos que todo menor de edad es orientado por su familia, en primer lugar, y las escuelas ayudan a su educación, mas no deben de cargar con la responsabilidad de criar a los estudiantes. Los valores se adquieren en casa, y si es en ésta donde se les otorga libertad, en mi parecer el plantel no debe de bloquearles el paso hacia el desarrollo de su imagen, a la par de su personalidad.
Elegí este tema para esta semana pues va de la mano con la comunidad LGTB, sobre todo con los que nos identificamos con el sexo opuesto al asignado en nuestra acta de nacimiento.
Es en la etapa de la secundaria (y en algunos casos mucho antes), en la que nos damos cuenta de estas preferencias, y voy a hablar como dicen en mi pueblo, “como me fue en la feria”.
Al entrar a la secundaria deseaba tener el pelo largo, en casa me permitían un largo a la oreja, pero en la escuela no, desde que ingresé recibí llamadas de atención, y me molestaba que un maestro me señalara por traer mi pelo “largo”. Otro maestro tuvo la calma de citar a mi papá para decirle “que yo me juntaba con puras niñas, que mi comportamiento no era normal y que tenía que hacer algo al respecto”.
Una persona me dijo no creer que esto me causara un trauma. Lo que esta persona desconoce es todo el conflicto que generó entre mi padre y yo esa simple cita. A mí me causó muchísima tristeza, depresión, baja autoestima, y para mí es un trauma.
También me dicen, “es que eso ayudó a forjar la persona que eres hoy”… probablemente, pero qué hubiera pasado si se me concede mi deseo. Nunca lo sabré.
Dos amistades cercanas comenzaron sus estudios en el ambiente de la belleza, yo no pude darme ese lujo. Mis compañeras de clase usaban accesorios, esmalte de uñas, la ropa de moda, se hicieron los famosos rayitos, se maquillaban, lo chicos podían ensuciarse hasta el copete jugando futbol, tener novias, conducir un vehículo, tomar alcohol, fumar, hacerle bullying a sus compañeros. Eso nadie lo veía mal, nadie dijo nada.
Me di a la tarea en estos días de consultar opiniones, y al instante me vino alguien a la mente que fuera todo un personaje precisamente en la secundaria. En muy poco tiempo después del ingreso a primer grado, me di cuenta que en otro salón de clases existía un chico que tenía los mismos gustos musicales que yo, y me encantaba su manera de hablar. Ya gozaba de algo de fama entre los estudiantes y ustedes se han de imaginar el motivo, vamos a decir que “era diferente al resto”. Demostraba mucha seguridad en sí mismo, se expresaba como se le daba la gana, sin rayar en lo ofensivo, como digo yo “tenía un sabor para decir las cosas”.
Nos hicimos amigos y aunque la vida nos llevó a radicar en lugares bastantes lejanos uno del otro, mantenemos nuestra amistad hasta este momento. Inmediatamente en cuanto elegí este tema para abordarlo me comuniqué con él para pedir su opinión. Su nombre Pedro Arturo Acosta. Su mamá también fue citada al mismo plantel educativo por el mismo maestro para dale la misma queja “su hijo se junta con puras niñas”. La señora le dejó en claro que ella sería la única encargada de educar a su hijo en ese aspecto y le pedía de favor que se limitara a dar su clase.
PA: “ Primero que nada le doy gracias a Dios por haberme mandado a mis padres, yo no tengo queja de ellos, siempre me apoyaron en todas mis decisiones, me dejaron vestirme como yo quería, me teñí el pelo, compré el calzado que quería, me puse la ropa que quería usar, la música que deseaba escuchar, y la verdad eso me ayudó mucho al ser como soy el día de hoy.
En cuanto a la escuela tengo muy mala experiencia por que fui maltratado, todo lo que me hubiera gustado hacer en los recreos y en cuanto a mi imagen, nunca me lo permitieron y eso me creó inseguridad. Creo que es muy importante dejar desenvolver y expresar a cada quien, no tiene nada de malo querer ser diferente, si dejaran ser como a uno le gusta, habría menos bullying y depresión. El ser diferente no impide que puedas llegar lejos y cumplir tus sueños. Espero que los chicos de ahora sepan aprovechar lo que a muchos de nosotros no nos dejaron hacer”.
Es en la entrada a bachillerato cuando por fin ambos tuvimos la oportunidad de acudir a clases con nuestra ropa preferida, el cabello como quisiéramos. ¿Qué nos pasó? Nada, contrario a todas las predicciones hechas por personas mal intencionadas, que decían que por expresarnos, acabaríamos mal, ya sea usando drogas, viviendo en la calle, sin oportunidades y bueno, una lista infinita de cosas horribles.
Hoy 20 años después, ambos somos personas con un trabajo estable, realizados en nuestro ambiente y viviendo cómodamente.
Regresando a la actualidad, podré opinar muchas cosas basándome en lo que me hizo falta como estudiante, mas no se compara con qué sienten los padres de familia actuales. Los tiempos cambian, y cada vez se respira más libertad en general, así que convoqué a mis amistades para pedirles su opinión y conseguí varias que quiero compartir de manera anónima porque así lo decidí.
Estas son las respuestas más interesantes y que me gustaría compartir con los lectores:
Opinión de un padre de familia: “Me da gusto y siento que es un avance que todos y todas sean aceptados en las escuelas por quienes son, por sus capacidades y no por una inclinación sexual. Creo que es nuestro trabajo el educar a nuestros hijos a respetar y a tratar a todos por igual, si mi hija me dijera que es su decisión tener una relación con alguien de su mismo sexo, ahí estaré para apoyarla”.
Opinión de una madre de familia: “Mi hija tiene 12 años, me preguntó si tenía algo de malo que le gustaran las niñas. Mi respuesta fue la más seria y calmada. Le dije que estaba bien mientras ella fuera feliz, en cuestión de imagen ella toma sus decisiones y yo las respeto, como mamá no le pondría trabas en nada, si ella es feliz yo también lo seré”.
Opinión de un padre de familia: “A mi hijo se lo pintamos con tinte vegetal, usa su cabello medio largo, su mamá a veces le hace una trenza, en la escuela no ha tenido ningún problema si no todo lo contrario, sus compañeros y maestros le han dicho que les gusta su pelo. Siendo más chico nos pidió hacerse un corte tipo cresta y se lo concedimos. Yo considero que mientras se sienta querido y apoyado por nosotros, mejor».
Las opiniones en redes siguen bastante divididas, pero quiero aterrizar el tema a los estudiantes LGTB, los cuales en etapa de adolescencia y con el apoyo de sus padres estarían en todo su derecho de poder elegir qué tipo de uniforme usar, peinado, accesorios, etc.
Me preocupa que se les niegue el acceso a las aulas, al momento estamos avanzando muchísimo en materia de respeto, y eso debería de incluir el respetar la manera en la que quieren ser vistos, el que esa persona se sienta cómoda, que acuda al plantel con ganas, a los 7 años una maestra me cantaba “las nenas con las nenas, los nenes con los nenes” y en mi inocencia no sabía lo que ella me trataba de decir, hasta mucho después me di cuenta.
Esto no puede seguir pasando, el mensaje va para las autoridades educativas y maestros. Les escribe un ser que fue agredido por elegir ser diferente al resto, actualmente me gasto un buen (de dinero) en terapias a causa de todo eso. Si esto puede ser evitado con tan solo apoyarnos, por favor háganlo, que se corte el hilo de que los que somos distintos tenemos que terminar mal, que nunca vamos a sobresalir. Esos son la mayoría de comentarios negativos que me he topado actualmente en estas benditas redes sociales, espero que ustedes educadores dejen huella positiva en sus alumnos, y sobre todo en los que son de mi gremio.
Enviando un saludo muy cordial y agradeciéndoles por su ardua labor al frente de las aulas educativas, sobre todo en estos pasados tiempos donde se les multiplicó el trabajo y la remuneración fue la misma, les extiendo todo mi respeto a quienes realizan esta actividad. Son muchos más los buenos recuerdos que atesoro de grandes maestros con quien tuve la fortuna de coincidir, sigan enseñando con todo el amor que requiere el educar al futuro de este hermoso país.
