Guadalajara, Jalisco.- La crisis forense es un fenómeno que va de la mano con la crisis de personas desaparecidas. El colectivo Por Amor a Ellxs reconoció que para las familias fuera de la ciudad es aún más complejo poder generar acciones de búsqueda. Sin embargo, hacen un llamado a romper el miedo y denunciar desapariciones.
El contexto de inseguridad se maximiza en sitios pequeños donde la familia sabe cómo fue o quién fue la persona que desapareció a su pariente. En muchas ocasiones, esto inhibe la denuncia por temor. Además, si en la ciudad hay trabas, revictimización y criminalización en las instituciones, en las regiones es aún mayor, lamentó Martha Morales, integrante del colectivo.
Ella lo vive. Busca a su hijo Marco Fregoso Morales desaparecido en Mazamitla desde el 7 de noviembre de 2015. Para su búsqueda se encontró con trabas como falta de personal en la agencia del ministerio público. Además, largas horas de espera para no ver avances en la carpeta de investigación, traslados hasta Ciudad Guzmán, donde está la delegación del IJCF. Sólo le decía que la información la darían en Guadalajara.
Lamentó que no avance el proceso de descentralización de la Comisión de Búsqueda de Personas del Estado de Jalisco (Cobupej) ya que es dónde han encontrado empatía en algunos funcionarios.
Por su parte, Esperanza Chávez, integrante del colectivo, hizo el llamado a denunciar las desapariciones. Reconoció el ambiente de inseguridad que se vive en los municipios fuera de la ciudad, pero precisó que si no se denuncia, poco se podrá hacer.
La semana pasada, el colectivo junto con el Centro de Justicia para la Paz y el Desarrollo (Cepad) presentó un informe sobre la crisis forense en las delegaciones del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF). En el documento evidenciaron que hay 87 cuerpos sin identificar en el Semefo de El Grullo.
MV