Autlán de Navarro, Jalisco.- A propósito del Día Internacional del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), el dato más reciente lo compartieron especialistas del Instituto de Psicología y Educación Especial del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS) de la Universidad de Guadalajara (UdeG), para señalar que en 2024 alrededor del 3.6 por ciento de niños con este trastorno recibieron atención adecuada, de acuerdo a un comunicado por el CUCS.
Según la coordinadora del Programa de intervención psicoeducativa a alumnos con altas capacidades y doble excepcionalidad del CUCS, María de los Dolores Valadez Sierra, de acuerdo a datos del Plan Nacional Anual de Trabajo de Fortalecimiento de los Servicios de Educación Especial 2024, en México atendieron a 39 mil 467 niños con TDAH; de éstos, 3.6% correspondieron a Jalisco.
Aunque poco a poco han incrementado las consultas para niñas y niños con TDAH, estudios internacionales del 2019 reflejaban que en Latinoamérica menos del 7% de los infantes recibían tratamiento farmacológico y menos del 23%, tratamiento multimodal.
Las y los niños con TDAH manifiestan dificultad de focalizar, poner atención, mantener la retención y alternar actividades, explicó Elizabeth de Alba Villegas, Coordinadora del Programa de intervención a alumnos con TDAH del CUCS.
Estos factores deben presentarse por un tiempo prolongado y pasar por la revisión de un especialista que elabore un test para un diagnóstico preciso.
Es importante dijo, que la detección ocurra antes de los 12 años para poder tener un mejor tratamiento que les permita a las y los niños, un mejor desarrollo psicosocial.
TDAH afecta más a niños que niñas
La especialista Elizabeth de Alba precisó que de acuerdo a los datos que existen, en México hay mayor incidencia del TDAH en niños (hombres).
“A partir de agosto de 2024 y lo que va de 2025 en el instituto hemos tenido 2 mil 76 servicios, de los cuales 373 fueron niñas, y mil 703 niños; realizamos intervención grupal, individual y trabajamos de la mano con los padres”, añadió Elizabeth de Alba.
Agregó que aunque los papás están más interesados cada vez en ayudar a sus hijos e hijas, en realidad son los maestros quienes en primera instancia suelen darse cuenta de que algo no anda bien con los procesos de socialización y aprendizaje de los niños y niñas.
Finalmente, María de los Dolores Valadez Sierra detalló que muchas veces los padres de niñas o niños con TDAH o algún otro trastorno neurodivergente suelen señalar que no es necesario continuar con terapias o esquemas de acompañamiento; sin embargo, estos sí son importantes para el buen desarrollo psicosocial de los menores a lo largo de su vida.
Faltan datos, información y concientización
A nivel estatal y aún más municipal resulta complicado y casi imposible que existan datos certeros de la población tanto infantil, como de adolescentes y adultos que viven con TDAH. Según lo han mostrado otros temas sociales o de salud pública la ausencia de estadísticas merma la posibilidad de generar esquemas de atención más efectivos.
Leza vive en Autlán y desde niña empezó a manifestar diversos síntomas relacionados con TDAH, sin embargo a falta de un diagnóstico vivió malos tratos, regaños constantes, discriminación y burlas por ser una niña diferente a los demás.
“Siempre fui la floja de la escuela, la que no ponía atención, la que se distaría con una mosca, que siempre estaban sus papás en el kínder o la primaria recibiendo quejas, porque no me interesaba por las mismas actividades que mis compañeros”, recordó.
Conforme empezó a crecer en la etapa de la adolescencia y la juventud, tuvo muchos problemas principalmente con la ansiedad social, tenía también lapsos de depresión al punto de pensar en quitarse la vida, hasta que en una de sus crisis llegó a la Unidad del Instituto Jalisciense de Salud Mental (SALME) en Autlán y ahí fue que recibió atención especializada de inmediato.
“A la edad de 37 años fui diagnosticada con Trastorno de Ansiedad Severa, Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad, Trastorno del Sueño y no me acuerdo que otra cosa, pero lo que ha afectado primordialmente mi vida ha sido el TDAH”, contó Leza.
A partir de que ella recibió el diagnóstico, la mejoría en su vida ha sido significativa, ella considera que la medicación y las terapias literalmente le salvaron la vida, aunque al principio tuvo mucho miedo de depender de los medicamentos, «andar como zombie», pero eso nunca ocurrió, ha sido todo lo contrario.
Un diagnóstico que le transformó la vida por completo
“Desde que me diagnosticaron e inicié mi tratamiento psiquiátrico hasta el día de hoy, puedo decir que estoy bien, que estoy viva, que tengo trabajo estable, hago lo que me gusta, estoy con mi pareja, puedo salir a la calle y hacer cosas que antes no hacía, puedo dormir”, reconoció ella.
Para Leza, las principales barreras en Autlán para una persona con TDAH es la falta de opciones en el servicio público para atenderse, puede ser a través de SALME (pero se tardan mucho las citas) o definitivamente a través de un particular, porque espacios como el Instituto de la Mujer de Autlán prácticamente no atienden cuestiones de mujeres neurodivergentes; en el área de psicología del Hospital Regional de Autlán es muy complicado tener una cita, igual que en SALME, tanto en atención psicológica como psiquiátrica.
No hay grupos, asociaciones y las redes de apoyo que existen las han construido las mismas personas que viven con este trastorno, atención especializada sí hay, pero no es tan simple acceder a ella.