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Seis descripciones de Autlán en 500 años | Parte 2: Entre piratas, frailes y haciendas

Guillermo Tovar Vázquez comenzó, hace dos semanas, una breve serie en la que nos habla sobre algunas descripciones que han hecho de Autlán en los cinco siglos que han pasado desde La Conquista. Hoy, en esta segunda entrega nos comparte dos textos escritos en el siglo XVIII, cuando nuestro pueblo ya estaba consolidado no solo como un asentamiento de traza y costumbres españolas sino incluso como cabecera de alcaldía mayor, cuya jurisdicción iba desde el Puerto de la Navidad hasta el cerro de Ameca.

Por Guillermo Tovar Vázquez, cronista municipal de Autlán | Historias de plaza pública

Autlán, Jalisco.- Hace dos semanas comenzamos una breve serie de tres textos en la que comentaremos algunas descripciones que se han hecho de Autlán en estos cinco siglos que han pasado desde la Conquista. La primera entrega la dedicamos a dos de las primeras descripciones conocidas, realizadas en los años inmediatos a la llegada de los españoles y que muestran los trascendentales cambios que se generaron a partir de ese acontecimiento.

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En esta segunda entrega hablaremos de dos textos escritos en el siglo XVIII, cuando nuestro pueblo ya estaba consolidado no solo como un asentamiento de traza y costumbres españolas sino incluso como cabecera de alcaldía mayor, cuya jurisdicción iba desde el Puerto de la Navidad hasta el cerro de Ameca.

La primera descripción es de 1743, el año en que se cumplían dos siglos de que en Autlán se asentaron definitivamente los franciscanos, dando con esto el primer paso para el establecimiento del pueblo como lo conocemos hoy. Fue realizada por el alcalde mayor de Autlán y capitán de guerra del Puerto de la Navidad, Lázaro López Galindo, para cumplir con la instrucción que le fue enviada, lo mismo que a todos los alcaldes mayores del virreinato, por el virrey don Pedro Cebrián y Agustín, de enviar a la capital del virreinato una relación detallada de su alcaldía. El virrey, a su vez, cumplía con un mandato de la Corona, expedido en real cédula fechada el 19 de julio de 1741, en el sentido de levantar datos socioeconómicos, geográficos y de todo tipo, a detalle, de todas las provincias de América.

El Colegio de Jalisco, en el número 17 de la colección Descripciones Jaliscienses, publicó esta relación, junto con las de las alcaldías de Amula, Purificación y la provincia de Ávalos, de cuya publicación tomo los datos que enseguida comento:

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APYSA

Don Lázaro López Galindo comenzó su trabajo el 16 de mayo de 1743, describiendo la cabecera de la alcaldía y saliendo a recorrer los principales pueblos que la componían. Acaso por la casi nula población de la Costa o por evitar los rigores del clima de esa temporada, el alcalde no fue a esa parte de su jurisdicción, sino que llamó a comparecer a Pedro de Cásares, a José de Fonseca y a Juan de Fonseca, quienes tenían por oficio el de correo entre el Puerto de la Navidad y la ciudad de México, encargados de llevar a la capital de la Nueva España el aviso de la llegada de la Nao de China a costas americanas. Ellos le dijeron que, por su experiencia, creían que el Puerto de la Navidad estaría de la ciudad de México a unas 120 o 125 leguas, y a 35 leguas de Autlán.

Según estos informantes, la Costa era tierra caliente y no poblada, a excepción de las temporadas en que las personas acudían a hacer sal o cuando se enviaban centinelas a vigilar por la sospecha de que hubiera “gente enemiga del galeón de Filipinas” merodeando en sus aguas. De lo temible de la temporada de huracanes nos habla la afirmación de que “así que las aguas entran, se despuebla todo y se sale la gente, por ser la tierra inaguantable”.

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Cuipala

Del pueblo de Autlán el alcalde escribió que había seis familias de indios y poco más de cuatrocientas de españoles y castas, tanto dentro del pueblo como en los ranchos de sus alrededores. Dijo que los autlenses comerciaban entonces grana en torta y cultivaban maíz y frijol, siendo guardián del convento franciscano fray Felipe de Solís.

En la cercana hacienda de Ahuacapán, todavía en manos de la familia Gómez de Parada, se cultivaba la caña y se producían azúcar y panocha, y se criaba ganado mayor. Había otras haciendas de importancia, como Izcuintla, que merecieron estar en su reporte pero hoy ya no existen. Llaman la atención un par de afirmaciones sobre la gente de Autlán: dice el alcalde que la mayoría son gente “pobre y de poca substancia”, a excepción del dueño de la hacienda de Ahuacapán, y que no hay nadie que hable la lengua mexicana, “por ser todos ladinos”, lo que demuestra que para entonces ya la cultura indígena, que había sido tan fuerte y vigorosa, había desaparecido.

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El alcalde dedicó las siguientes semanas a visitar los pueblos de su jurisdicción: Zacapala, ya también desaparecido; Amilpa, al que encontró viviendo en una extrema pobreza; Ejutla, cuyos habitantes cultivaban la tierra por temporadas y salían a trabajar a las haciendas, lo que no permitía imaginar el emporio educativo que sería apenas un siglo después; Tecolotlán y, por último, Ameca, que entonces estaba dentro de la jurisdicción de Autlán.

La segunda descripción la debemos al coronel don Antonio de Alcedo, capitán de reales guardias españolas, que la publicó en 1786 en su monumental Diccionario geográfico histórico de las Indias Occidentales o América. En la sección dedicada a Autlán, el coronel refiere los límites de la alcaldía mayor, que colinda con Sayula, Ahualulco y Guachinango, cayendo todavía Ameca, donde hay minerales de oro que se explotan de forma artesanal, dentro de su jurisdicción.

Alcedo repite el dato de las cuatrocientas familias de españoles y castas, con pocos habitantes indígenas, además de referir que el clima de Autlán es caliente y fértil: dice que aquí, además de la existencia de diversos árboles frutales, se cultiva la caña y se produce azúcar, no solo en la hacienda de Ahuacapán sino en varios trapiches ubicados alrededor del pueblo. También se produce “algo de grana en torta” y se cultiva maíz y frijol. Para entonces, la Costa seguía despoblada, pues el autor menciona que se puebla de tiendas de campaña cuando los vecinos y foráneos acuden a comprar las cosechas de sal; el peligro en la mar seguía vigente, puesto que “los milicianos del pueblo” vigilaban la Costa cuando había noticia de piratas o se esperaba el paso de la Nao de China, entre enero y febrero de cada año.

Ninguno de estos autores menciona algún disturbio social o alguna inconformidad expresa entre la población, por lo que ellos refieren se podría imaginar a la autlense como una sociedad estable, bien asentada y en paz. Era la época de mayor estabilidad del virreinato, cuando ya todas sus instituciones estaban en marcha, previo a las reformas borbónicas. Eso sí, la riqueza se acumulaba en pocas familias y en un polo de desarrollo muy bien definido, con grandes espacios prácticamente abandonados y con actividades económicas temporales. Aunque pasaron poco más de cuarenta años entre ambas descripciones, no hubo cambios importantes en el pueblo de Autlán y su jurisdicción, a diferencia de lo que ocurrió en el siglo XVI o lo que pasa en la actualidad.

Aunque estos informantes no nos dan explicaciones sobre la vida cotidiana de la gente de la región, lo que nos dicen nos permite imaginar que ésta giraba alrededor del trabajo, que podía ser de autoconsumo o para un patrón, y de la Iglesia.

Fuentes:

  • Alcedo, Antonio. Diccionario geográfico histórico de las Indias Occidentales o América. Consultado en la Biblioteca Digital Hispánica de la Biblioteca Nacional de España, el 17 de mayo de 2023 (http://bdh.bne.es/bnesearch/detalle/2709268).
  • La provincia de Ávalos y las alcaldías mayores de Autlán, Amula y la Purificación 1743. Colección Descripciones Jaliscienses, El Colegio de Jalisco, 1996.

Cronista honorario de Autlán por la Asociación de Cronistas Municipales del Estado de Jalisco desde 2015 y cronista municipal desde 2018. En abril de 2017 ingresó a la Benemérita Sociedad de Geografía y Estadística del Estado de Jalisco con el trabajo La construcción de la carretera Autlán-Purificación en 1930.
Correo: culturautlan@gmail.com

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