El órgano interno más grande de nuestro cuerpo es el hígado, el cual cumple diferentes funciones como: purificación de la sangre ya que nos ayuda a eliminar toxinas, la producción de bilis que nos ayuda en la digestión de las grasas, almacenamiento de energía de reserva, nos ayuda a la coagulación sanguínea, entre otras funciones.
La Asamblea Mundial de la Salud propuso celebrar el día 28 de julio como el Día Mundial contra la Hepatitis, la cual se puede describir de forma simple como la inflamación del hígado. Esta celebración tiene como objetivo concientizar e informar sobre las hepatitis virales, las cuales, como lo menciona su nombre son causadas por un virus. Existen diferentes razones por las cuales se puede desarrollar hepatitis, como por consumo excesivo de alcohol, enfermedades autoinmunes, algunas toxinas, y por su puesto por virus.
Entre los virus que pueden causar hepatitis están: Hepatitis A, Hepatitis B, Hepatitis C, Hepatitis D y Hepatitis E. Los tipos hepatitis A y E, se debe principalmente al consumo de agua o alimentos contaminados. Mientras que los tipos de hepatitis B, C y D se transmiten principalmente por sangre u objetos contaminados con sangre o fluidos de personas con estos virus. En México dentro del esquema de vacunación para bebés y niños pequeños, se les aplica vacuna para hepatitis A y B, por lo que es importante cubrir las dosis que el médico indique.
Síntomas y riesgos
Los síntomas para hepatitis pueden variar dependiendo el tipo de virus (A, B, C, D o E) y puede existir personas asintomáticas (que no presentan síntomas), pero algunos de los síntomas principales que se pueden presentar son: náuseas, vómito, diarrea, coloración amarillenta en piel y/o ojos conocida como ictericia, dolor abdominal, fiebre, heces de coloración clara (amarillenta-grisácea), cansancio, falta de apetito. Para poder diagnosticar hepatitis es necesario consultar a un médico que, de acuerdo con la sintomatología, debe corroborar con algunos estudios de laboratorio.
Uno de los riesgos de presentar esta enfermedad es que pueden derivar en daños considerables en hígado, como cirrosis. Sin embargo, si se toman medidas que puedan disminuir el riesgo de infección, disminuimos las probabilidades de adquirir esta enfermedad. Algunas recomendaciones son las siguientes: si consumes alimentos en la calle, procura observar que las personas que los preparan tengan medidas de higiene adecuadas, que las personas que están en contacto con los alimentos se laven las manos constantemente, usen cubrepelo y cubrebocas, que el establecimiento este limpio, libre de moscas u otros insectos, que los alimentos que te sirvan estén en buen estado (no huelan mal o tengan un color diferente al habitual), que los alimentos como las salsas no tengan burbujas y huelan bien.
Recomendaciones
Otras recomendaciones son consumir agua potable, lavar y desinfectar alimentos en casa, como frutas y vegetales, cocer bien los alimentos como las carnes, lavarse las manos antes y después de ir al baño, así como antes de comer.
Otra forma de adquirir hepatitis es por medio de agujas infectadas, por lo que hay que tener precaución si nos realizaremos un tatuaje o una perforación, también se puede contagiar por transmisión sexual y transfusiones sanguíneas no autorizadas por una institución médica.
En cuanto a la alimentación, se debe adecuar dependiendo si la persona tiene otras enfermedades y de la condición en la que se encuentre el hígado, pero podríamos decir de forma general que hay que cuidar la cantidad y calidad de las grasas que se consumen, para evitar sobreesfuerzo del hígado, de esta misma forma, evitar alimentos ultraprocesados, alcohol, exceso de azucares y sal. Se debe de procurar estar hidratados, consumir frutas y verduras, así como proteínas de buena calidad bajas en grasa, y carbohidratos de forma moderada (no en exceso). Siempre es recomendable una dieta personalizada basada en el estado de salud de cada persona.
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