The Trevor Project es la organización más grande en atender a juventudes LGTB+ para la prevención del suicidio.
Con más de 25 años de que fue fundada en Estados Unidos, surge de la inquietud de un grupo de jóvenes que hicieron un cortometraje acerca de un chico llamado “Trevor”, aunque no era basado en una historia real, la realidad es que jóvenes LGTB se quitan la vida al no sentirse aceptados en su núcleo familiar.
Estos chicos pusieron al final del corto un número telefónico con la intención de ayudar a quien estuviera pasando por una crisis y así fue que surgió esta bonita labor que ya tiene presencia en México.
Es así como está organización lanza este manual, a manera de ayuda a las juventudes diversas, tratando de aligerar ese paso tan importante que es “salir del clóset”.
No puedo aunar mucho en el tema, ya que como me lo han externado “es que tú nunca conociste el clóset, no sabes lo que se siente“. Efectivamente, nunca tuve novia, nunca vestí de manera masculina, nunca jugué deportes ni nada rudo o que me ensuciara, desde que tengo memoria, sin embargo el transcurrir de los años sí me han permitido ver casos donde este tema es crucial y afecta de muchísimas formas la integridad de lxs nuestrxs.
Tenemos el caso de personas contentas y en armonía con su cuerpo, su sexualidad, su fisonomía, rasgos, es fácil identificarlos, se ven radiantes y ese es el objetivo principal de este manual, ayudarte a que vivas en plenitud.
Por la otra parte y en mi círculo cercano, las personas que no han logrado validarse frente al resto viven con vicios, con relaciones tóxicas, sobrepeso, pésimos hábitos, conflictos, por mencionar algo.
Y es que para qué nos hacemos los que vivimos en Oz, aún en 2024 muchxs están experimentando rechazo, pero te quiero compartir algo que siempre tuve presente en mi adolescencia cuando pensaba que toda mi vida sería sufrir, sufrir y más sufrimiento…. Me agarré del amor con mis mascotas, mis perros y mis gatos, me ayudaron a sobrellevar esas complicadas situaciones con mi familia.
A mi me tocó lidiar en los 90’s-00’s en un pueblo de 3 mil habitantes, y en mi salón de clases yo fui la única afeminada, y única en mi familia también, ahora volteo al pasado y me río, pero en aquel entonces sí la pasé muy mal.
Me llené de acné, me enchueque mis dientes de puro apretar la mandíbula mientras dormía, y todas esas sensaciones se fueron liberando poco a poco. Me ayudó mucho viajar y conocer más personas como yo, ahora con esta gran apertura de redes sociales, imagino ustedes gente joven tienen mayor facilidad de buscar ayuda y de empaparse del tema, no existe motivo para sufrir, ya no.