“TETOS”, el monaguillo del silbato

Héctor Manuel Guerrero Rosas nació el 27 de agosto de 1961 en Autlán de Navarro, Jalisco, adonde ha vivido sus 56 años. Héctor es mejor conocido como “Tetos”, mote que le asignaron desde muy pequeño los niños de su barrio al no poder pronunciar su primer nombre.

Le llamaban “eto”, posteriormente le agregaron la letra T y con el tiempo él mismo agregó la “s” para completar el apodo por el que ahora se le conoce.

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Tetos es el séptimo de ocho hermanos, seis hombres y dos mujeres, fruto del matrimonio entre José Guerrero Guerrero, originario de El Tepehuajey Josefina Rosas Villegas, originaria de El Grullo, quienes ya fallecieron.

Uno de sus pasatiempos favoritos es la lectura (de 1cualquier tipo). Él se considera una persona consagrada a Dios, por lo que se enfoca principalmente en la lectura de la biblia y las cosas espirituales. Desde temprana edad fungió como monaguillo.

Fue seminarista en casa, en el Seminario Mayor de Autlán por tres años, mientras que a la par estudiaba en la Escuela Preparatoria Regional de Autlán y por la tarde asistía al seminario.

Tetos estudió en la Facultad de Agronomía en Autlán, pero tuvo que abandonarla para dedicarse a otras cosas cuando sólo le faltaban dos meses para concluir. “Exactamente aquí en Autlán inauguraron la Facultad de Agronomía y pues era la única y ahí entré. Sólo me faltaron dos meses, me salí porqué hubo otras indoles de la vida y ya me dedique más al deporte”.

Para él, el fútbol es el deporte que más placer le da a su vida. Es su única pasión. Debido al poco ingreso económico en su hogar, desde muy joven se vio en la necesidad de estudiar y trabajar; en el campo en la cosecha de jitomate, como almacenista y comerciante.

Dentro de sus múltiples trabajos también atendió un cervecentro y una licorería que él mismo estableció.

Uno de sus logros ha sido la aceptación de la gente que lo rodea (amigos y familia) por lo que fue y por lo que ahora es: “Sobre todo hay una cosa, es esencial, que la gente te acepte como lo que eres. Es muy difícil quela gente te acepte en la acción como eres, independientemente en lo que fui o lo que soy, es la aceptación”.

Tetos, actualmente escribe para un semanario local y sigue silbando partidos de fútbol en cinco ligas municipales: La Liga Infantil, la Sabatina (de 30 años), la Dominical, la Diamante y La Centenario de oro (de 50 años), además de algunas ligas en el municipio de El Grullo.

El árbitro es el intruso del que todos piden la cabeza. “Tarjeta en mano, alza los colores de la condena: el amarillo, que castiga al pecador y lo obliga al arrepentimiento, y el rojo, que lo arroja al exilio. Al árbitro todos lo odian. Siempre recibe la rechifla, jamás lo aplauden. Todo el tiempo galopa, deslomándose como un caballo, este intruso que jadea sin descanso entre los veintidós jugadores; y en recompensa de tanto sacrificio, la multitud aúlla exigiendo su cabeza”, reza un texto de Eduardo Galeano, en su libro “El Fútbol a Sol y Sombra”.

En Autlán, en los años 80’s se creó el primer” Colegio de Árbitros Único de Autlán”. Conformado por silbantes como; Pascual Flores” El Escopeta”, “El Guti Salazar”, “El Panadero “Vivian y “El Calmadito”: En el año de 1986, Tetos silbó su primer partido debido a que el árbitro oficial del encuentro no se presentó. Recuerda que una de las personas que se encontraba dentro de la cancha preguntó; ¿Quién quiere pitar el partido? Inmediatamente Tetos, levantó la mano para ofrecerse a ser el verdugo y ejecutar su poder absoluto con gestos de ópera.

En ese debut, después que finalizara el partido, algunas personas le comentaron sobre sus habilidades y el conocimiento de las reglas del arbitraje.

En 1992 Tetos decide meter solicitud al “Colegio de Árbitros Únicos de Autlán” para integrarse a las filas de los silbantes del municipio. Ya dentro del Colegio de Árbitros, comienza a ver las irregularidades dentro del grupo y decide fundar el “Colegio de Árbitros Autlense”:”La misma gente optó en que yo fuera su presidente y mejor hice un colegio nuevo y les dije que quien quisiera irse conmigo sería bienvenido y se vinieron la mayoría”.

Actualmente los 40 árbitros que conforman este colegio tienen entre los 19 y 56 años de edad. Algunos son chavos, estudiantes de la Preparatoria Regional de Autlán y del Centro Universitario de la Costa Sur. Tetos dice que de esta forma el colegio sigue activo y los chavos se ayudan económicamente en sus estudios.

Tetos, cuenta con 31 años persiguiendo la pelota que corre de un lado a otro entre pies ajenos.

LF.

(Este contenido fue publicado en la edición número 3 del impreso de Letra Fría en octubre de 2017, por el periodista Arodi Sevilla)

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