Esta semana, Oscar Cárdenas aborda las consecuencias ambientales de la pandemia, haciendo uso de cifras y estudios científicos para responder a la pregunta: ¿es positivo el impacto ambiental del coronavirus?
Por: Oscar Cárdenas Hernández
Autlán de Navarro, Jalisco. 7 de abril de 2020. (Letra Fría) ¿Cuál es el impacto ambiental que ha tenido el coronavirus SARS-CoV2? ¿El impacto ambiental puede considerarse como positivo o negativo? ¿Es posible medir tal impacto?
Con la reciente pandemia de la enfermedad por coronavirus iniciada en 2019 (COVID-19), causada por el virus coronavirus 2 del Síndrome Respiratorio Agudo Grave (SARS-CoV-2), muchas de las actividades humanas han tenido que detenerse o reducirse drásticamente, lo que ha tenido efectos sobre el ambiente a nivel regional y global.
En este sentido, podríamos lanzar las siguientes interrogantes: si el COVID-19 es malo para la realización de actividades productivas, y las actividades productivas son nocivas para el ambiente. Entonces, dado que la situación actual reduce las actividades productivas humanas ¿Es el COVID-19 bueno para el ambiente?
Muchos científicos se han hecho esta misma pregunta y han comenzado a estudiar el efecto de la pandemia sobre diferentes componentes del ambiente, principalmente la atmosfera, de la cual es relativamente fácil y rápido obtener datos e información con las herramientas tecnológicas de las que disponemos actualmente, como es el caso de los sensores remotos.
Los sensores remotos son instrumentos que nos permiten obtener información sobre objetos o áreas a distancia, y están instalados típicamente en aviones o satélites. Estos instrumentos registran la energía que se refleja o se emite desde la superficie de la Tierra y nos brindan datos sobre la superficie de la Tierra, sobre los océanos, y también sobre las condiciones atmosféricas del planeta.
¿Qué ha sucedido con la atmosfera en nuestro planeta después de la declaración de pandemia por COVID-19? Un caso es el de China, país en el cual el cese de la fabricación y el transporte provocó una caída en los niveles de contaminación del aire tan dramática (de aproximadamente un 25 %) que se puede observar la escasez relativa de bióxido de nitrógeno y bióxido de carbono en el aire desde el espacio.
La mayor parte del efecto provino de una fuerte caída en la quema de carbón, que aún proporciona la mayor parte de la energía en China. El carbón se usa para calentar hogares en áreas rurales, pero también para alimentar plantas de energía e industria.
Actualmente se pueden ver reducciones similares en las emisiones de otros gases como el Bióxido de carbono (CO2) en otros países, al reducirse la cantidad de personas que viajan de sus hogares a sus trabajos y viceversa; sin embargo, en algunos países esa parte de la energía que se está ahorrando al permanecer en casa, se utiliza ahora para calentar o enfriar los hogares, o para permanecer conectados a internet.
Entonces, ¿el COVID-19 será bueno o malo para el medio ambiente? Como muchas otras cosas sobre el virus, no podemos conocer su efecto final sobre el clima hasta que la pandemia haya seguido su curso. Y al igual que con el efecto del virus en la salud humana, su efecto final sobre el clima depende en gran medida de cómo lo manejen los gobiernos.
De esta manera, esta crisis nos obliga a reconsiderar nuestro comportamiento hacia el ambiente. Con suerte podremos aprovechar esta oportunidad colectiva para reevaluar, como sociedad, si realmente necesitamos cambiarlo.
¡Nos leemos en la próxima entrega, manténganse sanos y en casa!
#TómateloEnSerio, #QuédateEnCasa, #SanaDistancia
LL/LL
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