Por: Pie de Página | Alianza de Medios
QUINTANA ROO.- La actividad turística y urbana, así como la descarga de aguas negras en la exclusiva zona hotelera de Cancún han contaminado todo un sistema lagunar –colindante con un Área Natural Protegida–, al grado de cambiar químicamente la composición de sus aguas y deteriorar su calidad, lo cual representa un riesgo a la salud humana y una amenaza para los humedales y arrecifes de coral del lugar, coinciden dos estudios científicos recientes.
Aguas negras, metales pesados como cadmio, evidencias de restos fecales como enterococos, altas concentraciones de nutrientes como nitritos, nitratos y fósforo, además de cafeína –prueba fehaciente de descargas residuales ilegales–, fueron algunos de los hallazgos de varios científicos en el Sistema Lagunar Nichupté, ubicada en Cancún, la ciudad más joven de México con apenas 52 años de vida.
Al filo de la década de los 60, luego de recorrer por vía aérea cientos de kilómetros de costa mexicana, un grupo de banqueros expedicionarios dio con el sitio imaginado: una fina franja de arena blanca entre el Mar Caribe y una prístina laguna. Aquella comitiva conformada de personal del Banco de México, que buscaba fundar en el país una nueva ciudad con vocación turística con el propósito de atraer divisas del extranjero, decidió que aquel lugar era el indicado para crear el primer Centro Integralmente Planificado de México.
A la planeación se le sumó la Secretaría de Hacienda y el Infratur, hoy Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), quienes elaboraron decenas de estudios justificativos: de demanda, costo beneficio, prospecciones y hasta ambientales.
Como aún no existía la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) ni los proyectos de Manifestación de Impacto Ambiental, en 1971, Antonio Enríquez Savignac, quien se desempeñaba como delegado fiduciario de Infratur, solicitó al Instituto de Biología de la UNAM un estudio sobre los posibles impactos que provocaría un polo hotelero en la zona, especialmente sobre la laguna Nichupté, rodeaba de la franja de arena de 30 kilómetros que ahora conocemos como zona hotelera y a donde ya se han levantado 201 hoteles.
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