El día de hoy, Alan Arenas reivindica la figura de Helen Keller, activista y escritora norteamericana que, a pesar de haber sido una persona sordociega la mayor parte de su vida, superó numerosos obstáculos sociales en favor de los derechos civiles.
Por: Alan Arenas
Autlán de Navarro, Jalisco. 6 de enero de 2020. (Letra Fría) En las últimas fechas he observado y me he involucrado en el mundo de las personas conocidas como “discapacitados” —un concepto que no me agrada para nada—. Y digo que me he involucrado “en su mundo” porque así lo ha decidido la sociedad. Es decir, desde que los tratamos distinto, desde que les catalogamos en un concepto, desde que les damos un espacio exclusivo para ellos, les estamos dando un mundo distinto al nuestro, y vivimos en una falacia realizando acciones con el afán de incluirlos cuando realmente hacemos lo contrario.
Si vamos más allá de nuestras necesidades y somos un poco más observadores nos daremos cuenta de cómo hemos hecho que las personas que tienen distintas condiciones se acoplen a un mundo que no está diseñado para ellos. De este modo ellos realizan las tareas con doble esfuerzo a diferencia de los demás.
Sin embargo, a pesar de todos los obstáculos que les hemos puesto para su desarrollo personal y profesional, hay personas que han sobresalido en distintos ámbitos. Por ejemplo, Jamie Brewer, actriz y la primera mujer con síndrome de Down en pisar la alfombra roja, o Nick Vujicic, actor y conferencistas; pero entre todos ellos, la persona que ha capturado mi atención es Helen Keller.
Ella perteneció a una época en la que, por el simple hecho de ser mujer, la sociedad te ponía limitantes, y aunado a esto, ella era sordociega. Nació en Alabama, en Estados Unidos, en el año de 1880. Lugar y tiempo de extremismo puro que, no obstante, no fue suficiente para detenerla.
A pesar de haber perdido la audición y la visión debido a una enfermedad a temprana edad, esto no la detuvo para superarse. Después de sobreponerse a la depresión por su enfermedad, se graduó de la escuela secundaria en Cambridge; Keller ingresó en el Radcliffe College, donde se convirtió en la primera persona sordociega en obtener un título universitario.
Después se desarrolló en distintas áreas; Keller se convirtió en una activista y filántropa destacada y recaudó dinero para la Fundación Americana para Ciegos. Pero sus roles como escritora, oradora y activista política fueron en los que más destacó. En este último fue promotora del sufragio de la mujer, los derechos de los trabajadores, el socialismo y otras causas relacionadas con la izquierda, además de ser una figura activa de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles tras cofundarla en 1920. En 1924, se apartó de la actividad política para enfocarse en la lucha por los derechos de las personas con discapacidad y realizó viajes por todo el mundo ofreciendo conferencias hasta 1957.
En 1968 Keller falleció a los 87 años mientras dormía: hoy, su trabajo es reconocido a nivel mundial, tanto que el expresidente Jim Carter declaró en 1980 que el día de su natalicio sea conmemorado como el Día de Helen Keller, en memoria de su lucha y éxitos a lo largo de su vida, la cual ha sido objeto de variadas representaciones artísticas, tanto en cine, teatro y televisión, destacándose particularmente The Miracle Worker.
Así como ella hay una lista extensa de personas que han roto los obstáculos dispuestos por la sociedad para salir adelante. Por ello es importante cambiar conceptos e ideas para que el mundo sea viable y accesible para todos.
LL/LL
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