Por: Guillermo Tovar Vázquez
Autlán de Navarro, Jalisco. 21 de octubre de 2022. (Letra Fría) Hace un par de semanas la Escuela Preparatoria Regional de Autlán celebró el aniversario 47 de su integración a la Universidad de Guadalajara, como dependencia directa de esa casa de estudios. Esa integración, que se formalizó el 4 de octubre de 1975 con una sesión del Consejo General Universitario celebrada en la explanada de la prepa, fue precedida por algunos pasos previos, entre ellos, la donación a la Universidad de Guadalajara del terreno que ocupaba la escuela y que pertenecía al municipio de Autlán.
La donación fue solicitada al Ayuntamiento por el patronato que administraba a la preparatoria, aclarando que era esa la condición que imponía la Universidad para que la prepa fuera aceptada como dependencia universitaria.
El Ayuntamiento celebró una sesión extraordinaria para discutir exclusivamente el asunto de la donación el día 2 de junio de 1975, en la que todos los regidores estuvieron de acuerdo en concederla, con el ánimo general de beneficiar a la juventud de toda la región y de hacer historia al facilitar el inicio de la descentralización de la Universidad de Guadalajara, puesto que la preparatoria de Autlán sería la primera dependencia universitaria fuera de la capital de Jalisco.
Las palabras del regidor Manuel León Guzmán, quien además era miembro del patronato de la preparatoria, resumen muy bien estas intenciones. Dijo que “significa el primer paso de la descentralización de la Universidad de Guadalajara, y por tal razón este hecho pasará a la historia de la Educación Superior de Jalisco y de dicha casa de estudios”; además de que “con ello estamos beneficiando a todos los jóvenes estudiantes de Autlán y de la región de la Costa que se ven marginados de los centros de estudios porque carecen de los recursos económicos para sostener sus estudios en la Universidad de Guadalajara”. Todos los regidores esgrimieron argumentos similares, lo que se reflejó en la votación, a favor de la donación de forma unánime.
Pero poco después vendría una nueva petición preparatoriana, esta vez desde la dirección de la escuela. Se trataba de la donación de un terreno municipal más, ahora el que se encontraba entre el Centro Escolar Chapultepec y la carretera a Guadalajara, que actualmente ocupa el Centro Universitario de la Costa Sur. Para discutir esto fue necesaria otra sesión extraordinaria de Ayuntamiento, que se celebró el 17 de agosto de 1975 y que tuvo similares resultados que la del 2 de junio: se aprobó por unanimidad la donación del terreno a la Universidad de Guadalajara, como una ampliación de la preparatoria y para que ahí se construyeran aulas, laboratorios e, inclusive, “alguna otra escuela que dicha institución estime pertinente”. Como sabemos, ahí se construyeron las instalaciones de la Escuela de Agricultura y, en nuestros días, los que acogen las actividades del CUCSur.
Pero para que la donación se pudiera realizar, antes había que conseguir la autorización del Congreso del Estado, misma que se concedió por decreto 9244, expedido el 2 de octubre de 1975, apenas dos días antes de la celebración de la mencionada sesión del CGU, y fue publicada en el periódico oficial El Estado de Jalisco el sábado 11 de octubre de 1975. El Artículo Tercero del decreto expresa, por cierto, que la donación es para que la Universidad desarrolle en esos terrenos exclusivamente actividades de enseñanza de educación media y superior. De esta forma, pues, el municipio de Autlán cumplía con la condición que permitía la presencia de la Universidad de Guadalajara en la región, con los beneficios sociales, culturales y económicos que ya todos conocemos, a casi medio siglo de distancia.
En el expediente del decreto 9244, que se encuentra en el Archivo del Congreso de Jalisco, podemos consultar todos los documentos relacionados con esta donación, incluyendo un reporte de la Delegación de Hacienda en Autlán. Ahí se encuentran los antecedentes de estos terrenos y sus colindancias, que abundan en datos curiosos: fueron adquiridos por el municipio a la señora Gertrudis Santana viuda de Villaseñor en 1943, llegando la propiedad municipal hasta la actual avenida Carlos Santana. El límite poniente de estos terrenos era la Calle Nueva, antes calle del Cangrejo y actualmente Clemente Amaya.
Es decir, se compró toda la manzana entre las calles de Independencia Nacional, Clemente Amaya y Carlos Santana. Pero lo más interesante es que esta compra excluía, expresamente, el terreno que ahora ocupa la Plaza Cívica, espacio que había sido vendido por la señora Gertrudis el 3 de noviembre de 1937 a la Junta de Cultura Física, una organización ciudadana que dedicó ese terreno a la práctica organizada de diversos deportes, hasta que el gobierno municipal decidió construir ahí la plaza, sin respetar el derecho de la Junta. Los propietarios defendieron su terreno de la expropiación de facto por las vías legales que estaban a su alcance, pero nada impidió que la plaza fuera levantada.
Fuente:
- Expediente del decreto 9244, consultado en el Sistema de Información de Procesos del Congreso del Estado. www.congresojal.gob.mx
