El 19 de abril de 1909 nació, al parecer en Ejutla, el pintor autlense José Atanasio Monroy. El artista que llevó los ambientes, los colores y los tipos de Autlán al mundo.
Para recordarlo (también) en el día que cumpliría 115 años, dedicaremos este texto a enlistar algunos de los lugares de Autlán que fueron significativos en la vida de don Atanasio. Desde sus primeros días de vida hasta su muerte.
Algunos de estos sitios se conservan, aunque otros han desaparecido, a causa del progreso.
En entrevista concedida al profesor Fausto Nava González, Monroy afirmó haber nacido en Ejutla. Aunque “después de algunos días de nacido” fue traído a vivir a Autlán, puesto que su padre había muerto cuatro meses antes.
Las casas que habitó
La primera casa de su familia que recuerda don Atanasio, ya en Autlán, hoy ya no existe. Estaba en el actual cruce de las calles de Mariano Abasolo y Placeres, justamente esa casa hacía bocacalle en la entonces llamada calle Honda.
La casa fue modificándose con el tiempo, al grado de que al momento de la entrevista con el profesor Nava (década de 1980) ya solo quedaba un cuarto. Hoy ya no hay rastros de ella, puesto que la calle Abasolo se prolongó hacia el norte, para comunicar a las nuevas colonias de ese rumbo con el centro de Autlán. En esta casa, siempre según don Atanasio, murió su señora madre, doña Manuela Rodríguez.
Su segundo domicilio habría estado muy cerca de este punto, pues Monroy recuerda que vivió en el barrio de Los Placeres, en una casa donde funcionaba una escuelita rural, dirigida por don Higinio García, en la que daba clases una de sus hermanas y donde el niño Atanasio aprendió las primeras letras. Frente a esta casa había una de las pilas de distribución del agua que traía el acueducto de Ayutita.
Estas dos casas estaban muy cerca del templo y el jardín de Las Montañas, al que don Atanasio llama “mi barrio” en la ya referida entrevista.
Elementos como la pila de piedra, el templo y la finca que ocupa hoy el Asilo de Ancianas sobreviven de la época en que don Atanasio vivió aquí.
Más de su vida en Autlán
Frente a la Catedral, en una casa antigua que todavía es propiedad de la familia Colmenares, funcionó durante mucho tiempo la biblioteca municipal. Antes de eso, en la década de 1910, según los recuerdos de don Atanasio, estuvo la escuela en la que el futuro pintor concluyó sus estudios de primaria. Ahí recibió clases de personajes como María Mares, Chayo Michel y Petra Horta. La casa se conserva, aunque ya modificada y en no muy buenas condiciones.
En la esquina de las calles de Venustiano Carranza y José María Morelos, donde hoy está el estacionamiento de la Presidencia Municipal, operaba en los tiempos de don Atanasio el hotel Colón.
En ese lugar el niño Atanasio Monroy conoció a Pedro Zamora, dejando en él una impresión muy fuerte. Según le contó al maestro Nava, al pasar una noche frente al hotel, Atanasio se asomó por una de las ventanas, en el momento en que el bandolero volteó a mirar hacia afuera. Atanasio describiría a Zamora como un hombre de “pelo alazán ´como alacrán de Durango´” y de “mirada impresionante… imborrable”.
En su primera juventud, don Atanasio también cultivó el arte de la música, tocando el saxhorn en la banda municipal que dirigía el profesor Feliciano García. Con ella, Monroy participó en las serenatas del jardín Madero, hoy Constitución, donde hoy se siguen celebrando serenatas los domingos, con otro tipo de música.
Por la fecha en que se compuso la obra, a Monroy le pudo haber tocado estar en el estreno de la marcha Viva Autlán, de Clemente Amaya, hacia el año 1920.
Los pasos de Atanasio
En 1925 el joven Atanasio marchó a la ciudad de México para estudiar en la Academia de San Carlos, gracias a una beca que le ayudó a conseguir el violinista autlense Salvador Higareda. No volvería a radicarse en Autlán sino hasta principios de la década de 1990. Sin embargo, vendría en diversas ocasiones a su pueblo a exponer su obra de caballete.
En 1943, durante el Congreso Eucarístico Mariano Interparroquial, expuso en el local que ocupaba la tienda La Oriental, en el cruce de las calles de Mariano Escobedo y Antonio Borbón, que todavía se conserva y donde hay todavía una tienda.
Otra ocasión en la que Monroy expuso en Autlán, fue entre septiembre y octubre de 1974, durante la II Semana Cultural organizada por la delegación Autlán del Departamento de Bellas Artes del Estado. Esa exposición, que incluyó obra de Monroy, de Gabriel Lima, de José Ibáñez y de otros pintores autlenses, fue inaugurada el 29 de septiembre en los pasillos de la Presidencia Municipal.
A este mismo edificio vendría don Atanasio pocos años después, ahora ya no a exponer sino a pintar un mural. En la administración municipal 1977-1979, presidida por don Gabriel Lima, le fue encargado a Monroy un mural para el cubo de la escalera de la Presidencia Municipal. Teniendo ya el permiso para pintarlo y el presupuesto para los materiales, el pintor estuvo aquí para preparar su obra.
Sin embargo, al conocer el boceto del que hubiera sido su cuarto mural y segundo en Autlán, los ediles dieron marcha atrás al permiso y el proyecto del mural abortó.
Antes, en 1945, don Atanasio ya había pintado aquí su primer mural, en el vestíbulo del Centro Escolar Chapultepec, por encargo del gobierno estatal que encabezaba el general Marcelino García Barragán.
Los últimos años
A su regreso a Autlán, luego de más de seis décadas de vivir en las ciudades de México y Guadalajara, Atanasio Monroy ocupó una habitación de la finca en la que funcionaba la Escuela de Artes, en la esquina sureste de las calles de Guadalupe Victoria y Santos Degollado.
Ahí vivió unos años el más importante pintor autlense, al mismo tiempo que se formaban niños y jóvenes en diversas disciplinas artísticas. La casa ya no existe, fue demolida en 2016 para ocupar su espacio con un estacionamiento público.
Sin embargo, sus últimos años don Atanasio los pasó en casa de su amigo don Carlos Mardueño, en la última cuadra de la calle de Ignacio Allende, en el rumbo oriente. En estas dos fincas don Atanasio siguió pintando, ahora con su mano izquierda, debido a las secuelas de la embolia que le paralizó su lado derecho.
El último lugar que ocupó en vida este notable pintor fue el Sanatorio Autlán, que ocupaba entonces una finca, hoy desocupada, en la calle de Corona Araiza, entre Nicolás Bravo y Gómez Farías. Ahí fue atendido por su amigo el doctor Nabor de Niz y por la enfermera María de Jesús Gaviño hasta su muerte, ocurrida durante el Carnaval de 2001.
Fuentes:
- Entrevista realizada a José Atanasio Monroy por el profesor Fausto Nava González, como parte de sus actividades curriculares en la materia de Paleografía en la Universidad de Guadalajara, con el maestro José Luis Razo Zaragoza.
- Lima Velásquez, Gabriel. Nació para pintar, imprenta Sericolor, Colima. 2011.
