Hace 60 años, a inicios de septiembre de 1964, en México también se vivía un fin de sexenio. El presidente saliente, Adolfo López Mateos, fiel a su costumbre de viajar, estuvo varios días en el estado de Jalisco durante ese mes, donde inauguró algunas obras que se mantienen vigentes.
Su gira incluyó a Autlán y El Grullo, donde estuvo el día 9 de septiembre de 1964, realizando las tareas que comentaré enseguida.
El presidente, según la prensa de la época, llegó a Autlán a las 15:20 horas, acompañado por el juchitlense Juan Gil Preciado, quien trabajaba como gobernador de Jalisco. Ellos estrenaron el pavimento de la carretera federal 80 que, inaugurada en 1935, recién había dejado de tener tramos de terracería.
Esto no lo dice ningún periódico, pero imaginamos que la comitiva presidencial transitó con menos dificultades de como lo hacemos nosotros, los usuarios de esa misma carretera de diez sexenios después. Lo que sí se dice es que fue recibida por “muchos millares de gentes”, que habrían formado vallas al paso del presidente. La cifra puede resultar exagerada, además de imprecisa, si tenemos en cuenta que para 1960 la población total de Autlán rebasaba por poco los 27 mil habitantes.
Ya en Autlán, el presidente López Mateos realizó tres tipos de trabajos: visita a obras en proceso, inauguración de otras (todas relacionadas con la educación) y actividades sociales.
Aunque el Centro de Capacitación para el Trabajo no. 8, también conocido como Escuela de Agricultura, ya había iniciado su primer curso el día 1 de septiembre anterior, bajo la dirección del profesor Jesús Benito García Castillo, López Mateos visitó el lugar donde se construía su sede, encontrando un avance importante en la obra. Esta escuela es la actual Escuela Secundaria Técnica #7, conocida popularmente como la ETA y esas aulas, talleres y laboratorios levantados en 1964 siguen en servicio.
Las inauguraciones de obras fueron más numerosas. La primera fue la del edificio de la Escuela Preparatoria Regional de Autlán, que contaba con “cuatro aulas, dirección, biblioteca, auditorio, tres laboratorios y servicios, con capacidad para 200 alumnos”, según reporta el diario El Informador.
Esta prepa era administrada por un patronato desde enero de 1960, que en cuatro años logró la construcción de su propio edificio, en un terreno donado por el Ayuntamiento de Autlán. El edificio que inauguró el presidente es el mismo que hoy ocupa la secundaria J. Jesús Velázquez Gómez, a la que todos llamamos la Tecos, y sigue en cabal funcionamiento.
Otra inauguración fue la de la nueva sede de la Escuela Secundaria por Cooperación No. 12, que hoy se llama oficialmente Manuel López Cotilla. Esta finca, que hoy ocupa, ampliada, la delegación Autlán de la Cruz Roja Mexicana, tenía entonces tres aulas, dirección, pasillos de distribución y algo sumamente importante e innovador: patios de deportes, nombre con que se asienta en la nota periodística a lo que hoy llamaríamos canchas de usos múltiples.
Es importante porque entonces escaseaban en Autlán las instalaciones especializadas en la práctica de algún deporte y la secundaria tenía un buen equipo de basquetbol, que competía en la liga local.
La escuela del barrio del Agua Fría ya funcionaba desde dos años antes de la visita de Adolfo López Mateos, según informó el presidente municipal, Jesús Velázquez Gómez, en sesión ordinaria de Ayuntamiento celebrada el 8 de septiembre de 1962.
Sin embargo, el presidente de la República inauguró sus nuevas instalaciones en su visita de 1964, que ya contaban con seis aulas capaces de atender a 300 alumnos. En su inauguración se le impuso a esta escuela, además, el nombre de Centro Escolar María Mares, con el que sigue atendiendo a los niños que viven hacia el poniente de Autlán.
Antes de retirarse de la escuela María Mares, López Mateos inauguró de forma simbólica las obras realizadas en Casimiro Castillo, La Huerta, Cihuatlán, Tomatlán, Talpa de Allende, Mascota y Puerto Vallarta, un poco a la manera de aquel obispo de Guadalajara que, según la leyenda, echó la bendición a todos los habitantes de la Costa desde el hoy conocido precisamente como Puerto del Obispo, para evitar la fatiga de andar esas tierras calientes.
Luego de esta febril actividad, le fue ofrecida una comida al presidente y sus acompañantes en el Casino Autlense, el lugar al que se tenía que llevar a los visitantes distinguidos que llegaban al pueblo.
De aquí partieron hacia El Grullo, mientras el presidencial estómago digería el alimento ofrecido por las fuerzas vivas autlenses, para abordar el avión presidencial que llevaría a los visitantes de regreso a Guadalajara.
En esta visita a Jalisco, Adolfo López Mateos inauguró obras emblemáticas, como la avenida que lleva su nombre en la ZMG, el monumento de Las Águilas en Zapopan y las obras de reconstrucción del teatro Degollado que dirigió el ingeniero Ignacio Díaz Morales y que incluyeron la colocación del altorrelieve Apolo y las nueve musas, obra de Benito Castañeda, en el tímpano del pórtico.
Fuentes:
- Libro de actas de sesiones de Ayuntamiento de 1962. Archivo Histórico Municipal de Autlán.
- Medina Lima, Ernesto. La educación en Autlán a vuelo de pájaro, hasta 1960, publicada en la segunda edición del libro Crónicas de Autlán de la Grana, Jalisco. Guadalajara, 2005.
- El paso por Juchitlán. Nota publicada en el diario El Informador del 10 de septiembre de 1964, pág. 1.
- Apoteósica inauguración del Teatro Degollado. Nota publicada en el diario El Informador del 9 de septiembre de 1964, pág. 1.