Por: Oscar Cárdenas
Autlán, Jalisco. 14 de mayo de 2019. (Letra Fría) “Con un sentido reconocimiento a quienes luchan por sofocar los incendios forestales con el nivel de riesgo que esto representa, aun a costa de su propia vida” la LXII Legislatura del Congreso del Estado de Jalisco aprobó el 11 de mayo de 2017 el decreto por el cual se declara el 12 de mayo de cada año como el “Día Estatal del Combatiente de incendios Forestales”.
Esta iniciativa se presentó para honrar a 9 brigadistas voluntarios que fallecieron en el combate de un incendio forestal el 12 de mayo de 1986 en el Área de Protección de Flora y Fauna de Sierra de Quila, ubicada en el estado de Jalisco.
A nivel internacional también se celebra el “Día Internacional del Combatiente Forestal” el 4 de mayo de cada año. Este homenaje surgió en diciembre de 1998, a raíz del fallecimiento de cinco combatientes pertenecientes a una brigada forestal en un incendio forestal ocurrido en Linton, Canadá.
Y es que estas fechas coinciden precisamente con el periodo de sequía o estiaje en nuestra región, y durante el cual es frecuente observar incendios en los bosques de las montañas que circundan a nuestra ciudad.
Los incendios forestales son ocasionados por fenómenos naturales o por acciones humanas. Entre los primeros tenemos a los incendios causados generalmente por la acción de los rayos durante las tormentas eléctricas. Los incendios causados por la acción humana son más comunes, y se pueden presentar de manera intencionada, por negligencia o de manera accidental.
De acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (SEMADET), para el 2018 los incendios forestales en el estado de Jalisco de origen natural representan un porcentaje mínimo con respecto a los incendios ocasionados por actividades humanas.

Los incendios intencionados generalmente se asocian a quemas agrícolas no autorizadas o al aclareo de superficies forestales para el establecimiento de pastizales. En algunos casos se deben también a rencillas entre particulares e inclusive a procesos de urbanización y de especulación de precios en el mercado de productos forestales. Los incendios ocasionados por la negligencia o de manera accidental incluyen aquellos generados por el mal manejo de quemas agrícolas, fogatas y quema de basura, entre otros.
Independientemente de la causa del incendio, estos atraviesan por tres fases principales: iniciación, propagación y extinción. La primera fase se refiere precisamente al inicio del incendio. En la etapa de propagación el incendio forestal crece sobre la superficie forestal, y su tamaño e intensidad depende del tipo y cantidad de combustible que se está quemando. Por último, el incendio se extingue ya sea por causas naturales (lluvia o nieve) o por la acción humana con actividades de control.
Existen tres tipos de incendios forestales: superficiales, subterráneos y de copa (Figura 2). Los incendios forestales superficiales, como su nombre lo indica, avanzan consumiendo el combustible que se encuentra en la superficie del bosque, que incluye la hojarasca, ramas y troncos caídos. Los incendios de copa avanzan quemando precisamente las copas de los árboles. De los tres tipos de incendios, el de copa es el más destructivo, llegando a arrasar grandes superficies de bosques.



Los incendios forestales subterráneos son muy peculiares, ya que avanzan por debajo del terreno consumiendo las raíces y otros combustibles que se encuentran bajo la superficie. Este tipo de incendio es más común en lugares con suelos porosos y generalmente calcáreos, aunque también pueden presentarse en lugares con otras condiciones de suelo.
Independientemente del tipo de incendio, siempre generan un impacto sobre el ambiente e inclusive, en algunos casos, sobre las poblaciones humanas. Este impacto puede ser positivo o negativo, ya que en algunos casos los incendios forestales generan condiciones de hábitat favorables para la fauna silvestre al crear espacios donde se desarrollan plantas que ofrecen alimentos a aves y mamíferos, incrementando la riqueza biológica de dichos espacios.
Sin embargo, es importante resaltar que, aunque los incendios forestales forman parte de los procesos ecológicos de nuestro planeta, la frecuencia y la intensidad de estos se ha incrementado en los últimos años, por lo que resulta indispensable contar con una estrategia para su manejo, de tal forma que podamos lograr la conservación de nuestros recursos naturales.
¡Nos leemos en la próxima!