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El último atraco en Tepito

Jesús Medina García nos comparte detalles de un asalto sufrido en la Ciudad de Méxio, concretamente en Tepito y cómo logró salir de esa situación.

Especial

Como a las 11 am en plena calle armados, me querían meter a un mendigo pasillo de vecindad y que me iban a súper madrear…y puras de esas.

Tuve mucha suerte, pues previendo eso, un fajo de billetes gordito lo eché en una bolsa.

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JRA

Otro fajo flaco a otra. Un malandro de cada lado, caminando rápido, uno me aprieta del brazo y amenaza: vacíate las bolsas del pantalón puto…y si te quedas con algo. Te vamos a dar una santa putiza.

Me resistí a meterme al callejón, al tiempo que les decía: –

– sabes qué hijo, te voy a dar todo lo que traigo y ya ahí muere ya no manchen…ya estuvo …en buena onda me cae…

– órale pues cabrón de volada.

– el problema era que ya no recordaba en qué bolsa del pantalón estaba cada fajo de dinero, pues mi tirada era sacar todo de una bolsa, dárselos y echarme a correr, había mucha gente….

– entonces. que crees que pasó.

-llegó la policía?

No, en mis aventuras no hay lugar para policías…ni soldados. Sucede que metí mi mano izquierda al bolsillo hasta me aplasté un testículo de la fuerza y rapidez con que lo hice, pero era parte de la estrategia, del plan de escape, de la misión imposible.

Así que le puse en la palma de la  mano los billetes, unas tres canicas hermosas de las llamadas «tiritos», dos tornillos que si les cercenabas la cabeza y los pulías en cualquier torno,  y le  ponías a los trompos de madera esa nueva pieza…uf…bailaban mucho mejor…Creo un chicle motita también…..en lo que se les caían las canicas de las manos, se aborazaban con el fajito flaco de billetes…me eché a correr…..en medio de la fayuca, tenis Nike, grabadoras Panasonic, yombina y tinta china, mota, ropa, y una gran variedad de mercancías.

Caminé y caminé hasta llegar a la catedral, en la calle de Donceles el puritito corazón de la vieja y misteriosa Tenochtitlan, ahí  me senté a descansar junto a las personas desempleadas que están con sus letreritos mal hechos: Electricista….Albañil, Pintor….Estudiante de Letras de la U de G,…Doctora en Letras U de g….Domador de amas, ..Padrote profesional, Chica del talón, huachicolero, tameme, suripanta, feminista trasnochada, y así… me senté en el piso junto a ellos, que gusto que les di el menor fajo de billetes, lástima de mis tiritos…observé que varios de esos colegas discretamente chupaban, fumaban tabaco y cannabis, y ahí como a las dos de la tarde de ese jueves santo viviendo aún mi Odisea …me sentí como si hubiese regresado a Ítaca. Y obvio, lo que buscaba, lo que dejé en Ítaca ya no me correspondía ni existía más bien lo dijo el poeta Gadafi.

Pues frente al templo mayor, sentado con mis congéneres, loosers como yo. Prendí un cigarro apenas le había dado las tres cuando una muchacha como de mi edad, muy descuidada pero aun así bella, se acercó y abriendo sus ojazos me dijo al oído: – me das—

Hey…

Ese es el relato de mi última vez que fui a Tepito,

Bueno, los monólogos son muy buenos cuando estás sólo a las cuatro de la mañana en la azotea de tu casa, observando el firmamento. Además, bien que sabes que no estás solo, en realidad, cuando danzas, pero te concentras en las sombras que reflejas en la pared, eres un esclavo más viendo reflejos de sombras falsas las cuales debido a tu ignorancia consideras que es la realidad.

Esta azotea es territorio de los que se fueron sin despedirse, los que nadie despidió. Acaso Sombras sin decir Adiós. Pescados vivos que peces fueron, hierro sobre madera es la historia, sucesión de puntos la existencia…arroyos de temporal nuestras vidas.

Hoy se presenta una conjunción de cuatro planetas y la sexi mama Luna, Un sumerio – Druida, observador del firmamento, un azteca Flechador del Cielo. Lo celebran.

El Maestro Eratóstenes concentrado, les comenta sonriendo: no inventen…observen, analicen. Discutan y entonces sí…cuenten.

-Eso déjalo para tus estudiosos jóvenes sibaritas. Acá el relato lo escuchan todos, con alguna bebida, con fuego, danzas, música, búhos y lechuzas…y en el fondo de la laguna el Dios Eterno concentrado en lo que es real, y no en lo que está en la superficie. En el fruto y no en la flor.

Eso le respondió un pescador al filósofo. Pienso volver a Tepito. En cuanto pueda…

tepito

Historiador y escritor. Ha publicado en diversas revistas, medios y modalidades. Es profesor investigador titular de la Universidad de Guadalajara.

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