Por: Rosa Eugenia García Gómez | Las Carrilleras de Adelita
Zapotlán el Grande, Jalisco.- Rieleras y juanes esta semana supimos cómo el premio Nobel de Economía se le otorgó a Claudia Goldin, una investigadora estadounidense centrada en el análisis histórico de la brecha de género cuyos estudios han explicado cómo a pesar de la participación de las mujeres en el mercado laboral desde hace siglos es apenas en esta época que las diferencias se empiezan a superar.
En los 55 años de la historia del premio en esta categoría esta es la tercera vez que se le otorga a una mujer, y es la primera que se da a una en solitario. La circunstancia de la forma es tristemente paralela a la del fondo.
Las diferencias evidentes entre los ingresos de los hombres y las mujeres persisten a pesar de la evolución social en materia del reconocimiento de la equidad de género. Los hallazgos a lo largo de la vida académica de Claudia Goldin indican que las diferencias salariales no sólo se deben a cuestiones de discriminación, sino a las expectativas de los empleadores respecto del tiempo que su trabajador o trabajadora tiene disponible para trabajar.
Si bien desde los años ochenta las mujeres avanzaron en sus niveles educativos, superando incluso a los hombres, esto no generó una mejora en la percepción de salarios para las mujeres, pues los jefes tienden a sobrevalorar a los empleados que permanecen durante más horas en sus espacios de trabajo, y esos, por la construcción cultural y social de los roles de género, son los hombres.
A las mujeres se les asigna el rol del hogar. Con los hijos, atendiendo a los padres o a los miembros de la familia enfermos, -o sea, el desarrollo de su responsabilidad no acaba con los años-, y aunque las mujeres se han hecho su espacio en el ámbito laboral, el papel cultural que se construyó para ellas las relaciona con la casa y el trabajo sin pago económico.
Por otra parte, el 11 de octubre se conmemoró el día de la Niña y la ONU y otros organismos internacionales decidieron centrarse este año en la brecha digital que enfrentan adolescentes y niñas. De los 2 mil 200 millones de personas en el mundo de menos de 25 años que no tienen acceso a internet en su casa, la mayor parte son niñas.
Mientras que de acuerdo a estudios de ciberviolencia, más de la mitad de 14 mil niñas de 31 países han sido acosadas o recibido abusos a través de medios digitales. Otro dato que abunda en la desigualdad de género es que en los países de ingresos medianos y altos, sólo 14% de las niñas que destacan en las ciencias y las matemáticas aspiran a trabajar en los ámbitos científicos o ingenierías, en comparación del 26% de los niños de circunstancias similares.
No puedo cerrar los tiros de estas carrilleras sin hablar sobre la consternación que me genera los estragos del huracán Lidia en Autlán y otros municipios de la costa de nuestro estado. Mi reconocimiento por las labores que las mujeres de la zona han emprendido para recuperar sus espacios de trabajo y que esta mañana como la previa y las que vienen continuarán porque su convicción nos les permite detenerse.
MV