Autlán de Navarro, Jalisco.- Productores y jornaleros (aplicadores) de fertilizantes, pesticidas y herbicidas, han naturalizado la intoxicación por químicos, al grado de que ya lo consideran parte del oficio e incluso muchos no están dispuestos a usar los equipos de protección porque resultan incómodos, dijo en entrevista para Letra Fría el activista, promotor agroecológico y maestro en Agroecología, Cultura y Desarrollo Endógeno Sostenible, Rodolfo González Figueroa.
En sus experiencias, andanzas y contacto con productores locales y jornaleros hay diversas historias de intoxicación que ha escuchado, que afectan a niños, adolescentes y personas mayores que trabajan en la aplicación de pesticidas.
“A partir de recorridos, vistas de campo, muchas pláticas con productores en sus parcelas y por el antecedente laboral que tengo en el territorio, en la región, es para mi algo grave que no está visibilizado como se debería… es algo tan cotidiano y común, que no porque sean (intoxicaciones) leves hay que ignorarlas”, comentó Rodolfo González.
Las intoxicaciones ocurren en las parcelas de jitomate, chile, maíz, caña donde comúnmente los jornaleros y productores al aplicar algún pesticida salivan mucho, les duele la cabeza, sienten mareos, pero al segundo o tercer día se les pasa, lo tienen completamente normalizado.
Por otro lado, de parte de las autoridades en los municipios no existen campañas informativas, preventivas o incluso donde doten de equipo de protección a productores y jornaleros que aplican pesticidas químicos para disminuir los riesgos en su salud.
No disminuye el uso de pesticidas
Aunque en la región y de manera muy particular en municipios como El Limón se trabaja para promover las prácticas agroecológicas, la realidad es que no se ha disminuido el consumo y aplicación de pesticidas en las parcelas.
“Los químicos siguen apareciendo abrumadoramente a la venta, desreguladamente, muchos de ellos prohibidos en otros países y en México se siguen vendiendo y aplicando por lo menos 13, 15… sin ninguna medida de protección, precaución y eso sin contar el tema de los residuos”, expresó González Figueroa.
El impacto contaminante de los pesticidas afecta a los productores o jornaleros al momento de aplicarlos, a la tierra y los mantos acuíferos donde se utiliza, a las personas que consumen los productos cosechados en esas parcelas y al medio ambiente en general, por la disposición final de los envases de estos pesticidas que no tienen un tratamiento adecuado.
“Los envases se tiran a los arroyos, se queman, muchos productores en la región tienen su puño de botes de pesticidas, a la orilla de la parcela, en una esquina y les prenden fuego, no se les hace un triple lavado, no se llevan a un centro de acopio que antes había, no lo hay y esto es grave”, denunció Rodolfo González.
El especialista, dijo desconocer con precisión si en el sector salud existe una estadística de casos de intoxicación, el problema es que los productores lo tienen tan naturalizado que no siempre acuden a atención médica, cuando se les presentan ciertos síntomas derivados de la aplicación de plaguicidas.
Indispensable cambiar el paradigma y actitud personal
Como parte de su labor de promoción de la agroecología en la región, Rodolfo González dijo que están conscientes que hay productores que no van a dejar de aplicar químicos en sus parcelas, en esos casos buscan al menos promover el uso de equipo de protección y apliquen los químicos de acuerdo a las indicaciones para evitar intoxicación.
González Figueroa reiteró, que es indispensable que las autoridades hagan campaña de concientización para el cuidado, prevención y manejo de los pesticidas en los cultivos; porque aún con todas las labores de promoción agroecológica, hace falta mayor conciencia entre el sector que sigue aplicando pesticidas.
Los productores aparentemente persiguen el rendimiento de sus cultivos que implica un beneficio económico, están dispuestos incluso a sacrificar su salud por lograr la mejor venta, sin embargo, existe un desconocimiento de las prácticas alternativas de siembra, porque hay métodos altamente productivos, que no dañan el suelo, ni la salud de quienes lo trabajan, pero hay que cambiar la forma de pensar para producto alimento en lugar de mercancía, compartió Rodolfo González.
“Se puede equilibrar la producción de alimentos con el rendimiento alto y el cuidado del ecosistema es posible, pero culturalmente estamos en la desmemoria general, ya no nos acordamos y muchos productores dicen yo no voy a sacrificar media hectárea para poner árboles frutales o diversidad de alimentos, cuando en realidad lo que está sacrificado son las 18 mil hectáreas de caña y no sé cuantas de agave, pero es como cambiar la lógica”, agregó el activista.
