Los días pasan y la vida para la comunidad wixárika y tepehuana de San Lorenzo de Atzqueltán, en el municipio de Villa Guerrero, no mejora.
Siguen con el temor de convivir con sus agresores que de forma reiterada los amenazan; el hecho más reciente ocurrió hace dos meses.
El 19 de agosto de este año, un grupo de comuneros estaban trabajando en la construcción de un centro cultural tepehuano y fueron hostigados como amenazados, por el cacique José Flores Sánchez.
Este hecho lo hicieron público a través de un comunicado, señalando a quien le dicen La Polla, quien llegó cuestionando la construcción que hacían por mandato comunal. Ellos respondieron que llevara su cuestionamiento a tribunales agrarios, pero replicó: “esto no se arregla con tribunales, se arregla levantando y secuestrando”.
Justo estos delitos, secuestrar, desaparecer y devolver con duros golpes, es a lo que los pueblos indígenas en Villa Guerrero se han tenido que someter, en algunos casos, en otros, al desplazamiento forzado, por defender el territorio.
Para la comunidad esta es sólo una de las muchas amenazas que los atormentan a diario.
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