Por: Pie de Página | Alianza De Medios
Si bien la construcción de oleoductos y los derrames de petróleo tienen impactos altamente visibles en sus comunidades y entornos vecinos, el impacto silencioso del metano ha obtenido menos cobertura mediática. Esto, en parte debido a la falta de datos robustos. Hasta hace poco, detectar metano ha sido como boxear en la sombra contra un oponente invisible. Pero eso comenzó a cambiar en 2019 con la llegada de satélites capaces de detectar emisiones de metano desde el espacio.
Durante los últimos tres años, los satélites han registrado 17 fugas masivas de metano sobre la infraestructura mexicana de petróleo y gas, una prueba más de que las emisiones de metano, uno de los principales impulsores del calentamiento global, serían mucho más altas que las estimaciones oficiales del gobierno.
Fugas de metano en México captadas por satélites. Foto: Kayrros
Entre 2019 y abril de este año, un satélite detectó enormes plumas de metano – inodoras e invisibles a simple vista – que fueron emanadas desde gasoductos que atraviesan la ciudad desértica de Mapimí en Durango, según datos recopilados por la empresa de geoanálisis Kayrros, que fueron entregados en exclusiva a Climate Tracker.
El satélite también registró 12 fugas de este gas en ciudades de Veracruz y Puebla, donde las escuelas, casas y restaurantes conviven con los pozos petroleros y gasoductos que surcan la zona.
De hecho, Climate Tracker pudo comparar las coordenadas proporcionadas por Kayrros a través de las imágenes del satélite Sentinel-5P (perteneciente a la Agencia Espacial Europea), con mapas de la infraestructura energética del gobierno mexicano para identificar las potenciales fuentes de las emisiones, las empresas responsables y las comunidades cercanas.
De esa forma, se constató que las emisiones suman 1.915 toneladas de metano por hora (t/h), equivalentes al uso anual de energía de 6.030 hogares o al consumo anual de gasolina para 10.316 automóviles. Pero las fugas podrían ser mucho mayores, ya que cada evento emisor podría durar horas o incluso días, mientras que la cobertura de nubes y la humedad presente en las zonas de detección limitan la capacidad de la imagen satelital.
La fuga más grande, un evento de nueve días sobre gasoductos cerca de Mapimí, es incluso mayor que la tasa de emisión detectada durante una liberación récord de una plataforma marina de la empresa estatal Pemex. Científicos de la Universidad Politécnica de Valencia reportaron emisiones de metano de 100 t/h de la plataforma Zaap-C durante varios días en agosto, mientras que los penachos de Mapimí oscilan entre 99t/h y 372 t/h.
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