Muchas personas que han visitado el pueblo y municipio de San Gabriel, Jalisco, el terruño donde nací, me han preguntado cuáles han sido las razones por las que este lugar es un semillero de tantos personajes -hombres y mujeres- ilustres. Hablamos de hombres de la talla de don Blas Galindo Dimas, fray José Francisco de Guadalupe Mojica, Juan Rulfo, Ernesto Primo Villa Michel, don Juan Díaz-Santana, entre muchos otros.
Mi respuesta a tal cuestionamiento ha sido siempre la misma: la razón principal fue el tipo y modelo de educación que recibieron aquellos personajes destacados; era una educación de calidad, aunado a las buenas costumbres, la honestidad de sus padres y la preparación adecuada de los maestros que coincidieron en San Gabriel en el último cuarto del siglo XIX y principios del siguiente.
La gran mayoría de preceptores (como se les llamaba en ese tiempo) fueron contratados por la autoridad municipal y los padres de familia; había maestros que llegaron de Sayula, Guadalajara, Zapotlán, Tequila, Zacatecas, y los gabrielenses de Alista, Jiquilpan, y San Gabriel; mismos que encontraron un edifico escolar ya inaugurado el 12 de septiembre de 1876 por la autoridad municipal.
Fueron testigos de ese suceso los señores Ramón Apolonio Pinzón, Jesús Ruiz de Velasco Castellanos, Juan Cervantes, Santiago Ruiz de Velasco Castellanos, Juan E. Morán Michel, Francisco M. Michel, Clemente Vargas, José María M. de Herrera y el Director Político don Crescencio Curiel Vizcaíno.
Dicha escuela estaba en el sitio que actualmente ocupa el edificio de la Casa de la Cultura “Enrique Trujillo González” en la calle Mariano Morett No. 15.
Fueron maestros en su tiempo (1887-1920) don Pioquinto Cuevas Fregoso, don Luis Becerra, Rafael Castellanos, Julio Vargas, José María Gómez Padilla, Pedro Cuello, José Ma. Aguilar Reinoso, Francisco Castillo, José Ma. Dionisio Padilla Plazola, Lucio Comparán, Antonio Cárdenas, Nicolás Sánchez, José María Becerra, Manuel Zemeria, Teodoro Michel, Julián Flores, Julio Cano Curiel, Andrés Preciado, Pedro Ambrocio, Antonio J. Aldapa, Miguel Ceballos, Gregorio Sánchez Guzmán, Yldefonzo Vidal, José Sóstenes Plasencia, Jesús Menéndez.
Así como Ricardo Figueroa, Ysaac Ramírez, Leonardo R. López, Gregorio Vargas, Enrique Ojeda, Evaristo F. Guzmán, Raymundo L. Villalvazo, Germán Madrueño Palacios, Bonifacio Oseguera, Patricio Figueroa Rodríguez, Efrén Fregoso, Crispín Oceguera, Anastasio G. Alatorre, Leopoldo Dávalos Meza y Apolinar Z. González.
Fueron preceptoras doña Santos Anguiano López de Preciado, doña Refugio S. Rodríguez, María Dueñas López, María Concepción Figueroa, Tomasa Ynestrosa, Teresa Muñoz, Pudenciana Cervantes Chávez, Mercedes Rosas, Sebastiana Moreno, Rosa Preciado, Francisca Vargas, Ángela Preciado, Teófila Ortega, G. Rodríguez, Ramona y Ma. Guadalupe Michel Argote.
Había por aquellos tiempos escuela de niños y niñas en San Gabriel, así como en Alista, Apango, Jiquilpan y más tarde en la hacienda de La Guadalupe.
El Semanario “El Gabrielense”, era una gaceta que apareció -cada domingo- a partir del 7 de agosto de 1887; el responsable era don Juan C. De la Torre. Dejó de aparecer al año siguiente.
Durante su lectura registré algunos pensamientos y temas educativos que, me parecieron de primordial importancia, tales como los siguientes:
Ejemplar No. 2 del 14 de agosto de 1887. Página 4. En dicho Semanario hay un anuncio que a la letra dice:
“LA PURÍSIMA”
Escuela Particular de Instrucción primaria para niños y adultos.
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El director de este establecimiento ofrece publicar cada mes para satisfacción de los padres de familia y estímulo de los alumnos, una noticia en que se hará constar el grado de adelanto de cada uno y la calificación que obtuviere en el reconocimiento ó examen particular sobre las diversas asignaturas que cursan, se les sujetará mensualmente conforme a los estatutos del propio establecimiento.
Profr. Evaristo F. Guzmán. Director, No. 13. Calle de Zaragoza.
Ejemplar No. 3 del 21 de agosto de 1887, página 1 y 2. El verdadero progreso de un pueblo debe tener por fundamento la instrucción, ésta debía de dar al pueblo instituciones libres, la equidad el equilibrio social, proteger el comercio y las artes, conservar la moralidad de sus habitantes y cultivar la inteligencia. Los Ayuntamientos no han podido cumplir con el establecimiento de escuelas primarias en las poblaciones pequeñas por carecer de fondos económicos. Los gobiernos estatales o departamentales no han hecho mejoras en los últimos 30 años; algunas escuelas se han tenido que clausurar por algún tiempo, ya que los Preceptores en ocasiones no se les pagan.
El gobierno se ha hecho carga de la instrucción primaria dando el primer paso a la regeneración social. Es deseable el hecho de que se difundan los conocimientos más indispensables para que hasta la última clase de la sociedad conozca sus derechos y deberes. El General Ramón Corona da claras esperanzas -al frente del gobierno estatal- de que se cumplirá la “enseñanza obligatoria” por haber buen presupuesto y pago puntual a los “sacerdotes del saber”.
NOTICIA. Se han matriculado 90 niñas en la Escuela, en cambio, los niños están de vacaciones pues no tienen Preceptor.
En su Secc. Editorial, páginas 1 y 2, encontramos lo siguiente:
Editorial
El verdadero progreso de un pueblo debe tener por fundamento la instrucción, atendiendo á que no hablamos solo del progreso material sino principalmente moral, en que consiste la grandeza de ese mismo pueblo y es la que lo estimula para marchar á la perfección.
De aquella nacen, como de su fuente los manantiales, las instituciones libres y todos los demás principios que se apoyan en la equidad; aquéllas que tan indispensables son para guardar el equilibrio social; para proteger el comercio y las artes, como también éstos para conservar la moralidad de las acciones en la conducta pública y privada de todos los miembros de la sociedad.
¿Podrá el hombre, sin principios, sin la menor noción de sus deberes, ahogar los del mal, abrigados en su corazón? No; además, es una verdad incuestionable que el elemento fundamental de una sociedad, proviene de la instrucción primaria que reciben los asociados; elemento que á su vez descansa en el principio religioso.
La inteligencia abandonada y sin cultivo, es como diamante acabado de sacar de las minas; mientras se haya en las manos del rústico cavador es una piedra que apenas dá muestra de su valor á los peritos; pero luego que está en poder del lapidario, recibe diferentes cortes, le pule de mil maneras y le pone en estado de hechizar con sus brillos, conociendo todo su valor, se disputan su posesión con fuertes sumas.
A este modo decimos: que la inteligencia abandonada y sin cultivo, se haya sin valor; pero cultivada por medio de la instrucción primaria, llegará á más grandes estudios que la perfeccionen, viniendo a brillar de tal manera, que los que tienen cuidado de enriquecerla con toda clase de conocimientos, descuellan como gigantes sobre todos los demás hombres, que miran asombrados el elevado desarrollo intelectual á que puede llegar la capacidad humana. Esto fue lo que hizo exclamar al Dante en su sublime verso, conociendo á algunos hombres grandes, y principalmente a Moisés. ¡Mi espíritu se eleva al contemplarte!
Más a los Ayuntamientos á quienes ha estado encomendada, la instrucción primaria, no han podido llenar ese deber en las cortas poblaciones, por carecer de arbitrios con que hacer el gasto respectivo. No hay que hacernos ilusiones aparentando creer nosotros y haciendo creer á los demás, en ese progreso tan elogiado por algunos de nuestros colegas. ¿Qué habían hecho hasta ahora nuestros Gobiernos en favor de la instrucción?
Se nos dirá, que perfeccionar modificando unos, suprimiendo otros y poniendo en vigor nuevos artículos en los distintos reglamentos que nuestros Gobernantes al recibir el poder han decretado; pero sea cual sea la diferencia entre la enseñanza actual y la de hace 30 años por ejemplo, no lo notamos. Entonces como ahora, la falta de pago a los Preceptores y por lo mismo clausurados los establecimientos, sucede en épocas más o menos largas en todos los municipios del Estados. Los pueblos están de plácemes desde que se vio el presupuesto de egresos, en el que el Estado, se encargó de pagar a los Preceptores, impartiendo á aquellos ese auxilio tan necesario para que la juventud salga de la ignorancia en que se halla al presente.
Hoy pues, que el Gobierno se ha hecho cargo de la instrucción primaria, nos congratulamos porque es de hecho el primer paso hacia nuestra regeneración social. Amantes del verdadero progreso, deseamos ardientemente que se difundan siquiera aquellos conocimientos más indispensables para que hasta la clase última de la sociedad, conozca sus derechos y llene sus deberes.
Hoy nos alaga una esperanza tanto más grande cuanto que siendo más puntualmente pagados, trabajarán con más constancia los sacerdotes del saber. Tiempo es ya de que nuestro Gobierno, cumpla con rigor lo que tantas veces ha dejado de cumplir, “… la enseñanza obligatoria”. Tiempo es ya también, de que los hechos hablen, viniendo á probarnos que las esperanzas que concebimos al advenimiento del Señor General Corona, al Gobierno, no fueron ilusorias.
La redacción
En la página 3 del mismo ejemplar, se encontró la siguiente nota:
La Escuela de Niñas. Con verdadero placer sabemos que, el número de niñas que se han matriculado en éste establecimiento, asciende á 90; en cambio los niños disfrutan de unas largas vacaciones. No teniendo Preceptor ó persona alguna que se encargue de su educación, se dedican solo á los ejercicios militares, que es la parte del Reglamento ó la instrucción que más les agrada.
En la Calle Bustamante, las más tardes se reúnen los muchachos á poner á prueba sus dotes militares apedreándose; en cuyas batallas, sacan los transeúntes la peor parte.
También en la página 2 y 3, hay inserto el siguiente artículo:
Gacetilla. Excitación Patriótica. Muy próximos están ya los días 15, 16 y 27 de Setiembre, en los que debe celebrarse el aniversario del glorioso Grito de Dolores y el de la triunfal entrada del inmortal Iturbide á la capital de la República.
En las actuales circunstancias estamos muy convencidos de que no es dado á las autoridades de esta Villa, el disponer unas fiestas dignas de la grandeza del día y del entusiasmo del pueblo; más esperemos de ellas, que si la función no puede ser espléndida y costosa, sea popular é ilustrada, y sobre todo, que no se celebre exclusivamente el 16, pasando el 27 como un día en que la nación no tuviera un recuerdo de que enorgullecerse, ni un deber de gratitud con que cumplir.
Justos admiradores de los grandes hombres que con un valor heroico y una prudencia extremada consumaron en 1821 la obra difícil de la independencia nacional, no pensamos que los que sacrificaron en ella su vida, sean menos dignos de alabanza, ni creemos que nación alguna se desdeñara en contar entre sus héroes, a un Iturbide, así como á Hidalgo, Allende, Morelos y Mina que la emprendieron.
La nación toda celebra su memoria y la fiesta del 27 de Setiembre excita al entusiasmo de todos los mexicanos. Veríamos con dolor, que la Cabecera del 2° Departamento del 9° Cantón del Estado de Jalisco, no diese muestras públicas de estar unísona en tales sentimientos.
LA REDACCIÓN
Es cuánto, que tengan buen día.
Referencias
GUZMÁN Mora, José de Jesús; La educación primaria en San Gabriel, durante los siglos XIX, XX y XXI. Versión electrónica, inédita; San Gabriel, Jal., diciembre 2021, Págs. 378.
EL GABRIELENSE, semanario, publicado en San Gabriel, 1887-1888; 24 ejemplares, documentos originales. Archivo particular de José de Jesús Guzmán Mora.