Por Martha Verónica Guerreo Aranda | Hipatia @22
Autlán de Navarro, Jalisco. 09 de noviembre de 2022. (Letra Fría) A pesar de que algunas mujeres tuvieron una participación activa en los movimientos de la independencia y la revolución no tenían la oportunidad de participar en la elección de gobernantes, es decir, no podían acudir a las urnas para ejercer el derecho como ciudadanas y votar.
Después de una larga lucha que se fue gestando a partir de 1923 en el marco del Primer Congreso de la Liga Panamericana de Mujeres, al que acudieron feministas de todo el país y que, por acuerdo, se consideró enviar al Congreso de la Unión una petición para hacer efectiva una igualdad de derechos políticos entre hombres y mujeres.
En el año de 1937 durante el gobierno de Lázaro Cárdenas a través de una iniciativa que fue aprobada por diputados y senadores se intentó reformar el artículo 34 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos para solicitar el sufragio femenino y la posibilidad de obtener cargos de elección popular, sin embargo, no se hizo la declaratoria de Reforma Constitucional.
Por lo tanto, fue hasta el año de 1953 cuando el entonces presidente Ruiz Cortines promulgó las reformas constitucionales para que las mexicanas gozaran de la ciudadanía plena y pudieran ejercer su derecho al voto. Aunque fue hasta 1955 cuando acudieron por primera a las urnas.
El pasado 17 de octubre se cumplieron 69 años desde que se promulgaron las reformas constitucionales para que las mujeres pudiéramos acceder a nuestros derechos como ciudadanas materializándolo a través del voto.
A lo largo de estos años se han realizado varias modificaciones en materia electoral para garantizar que las mujeres no solo accedan al voto si no que puedan tener una participación activa como representantes y puedan ser elegidas para ocupar puestos de elección popular en todos los niveles.
En estos 69 años algunas mujeres han logrado convertirse en presidentas municipales, gobernadoras y muy pocas en candidatas que se han postulado para la presidencia del país. Estoy segura de que no ha sido un camino fácil para las que deciden participar en la política, pues hay una gran cantidad de obstáculos y prejuicios en torno al desempeño que puedan tener las mujeres como dirigentes, además de los roles sociales que no permiten una participación igualitaria.
No comparto la idea de que por el solo hecho de ser mujer se garanticen algunos aspectos como la honradez, la rectitud, el fomento de valores o que cuando acceden al poder apoyen o beneficien a otras mujeres; contario a esto considero que hombres y mujeres pueden tener aciertos o errores en el ejercicio del poder y que su género no es garantía de que tengan un buen o mal desempeño.
En lo que si estoy cierta es que para las mujeres históricamente ha sido mucho más complicado ejercer la política, y que cuando una mujer accede al poder, sin duda, hay más posibilidades de que se puedan encausar algunos temas que beneficien a las propias mujeres. Por ejemplo, en el ámbito laboral, educativo, o familiar. Lo anterior se debe a que las mujeres compartimos contextos similares independientemente de nuestro nivel educativo, social o cultural.
Celebremos pues estos primeros 69 años, trabajemos por una sociedad igualitaria, y sigamos luchando para que se garanticen nuestros derechos como ciudadanas. Ninguna sociedad que se considere moderna puede dejar de lado a la mitad de la población. Las sociedades “democráticas” solo podrán serlo en la medida que garanticen que las mujeres también construyamos y contemos la historia.
Agradezco como siempre el favor de su lectura, los invito para que dejen sus comentarios, y, por último, espero que tengan un agradable día y nos encontraremos en la próxima emisión.