“Se ha comprobado que la música, como la clásica, ayuda activar la zona de la memoria mientras música como, la banda o el reggaetón no sirven, estos podrán actuar de una manera en el cerebro, pero no activándolos como lo hace la música clásica”.
Por: Alan Arenas
Zapotlán El Grande, Jalisco. 26 de marzo de 2018. (Letra Fría). – El hombre, en cuanto tuvo conciencia de comunicarse hizo música; nació con el lenguaje, con la oralidad, con la imitación de lo que le rodeaba; del corazón nació el tambor, de las aves y el viento las flautas; conforme el ser humano acrecentaba su niveles de aprendizaje, la música e instrumentos eran más complejos.
La música, es una marca de la identidad indeleble de cada una de las culturas. Cada una crea su identidad con base a las artes, costumbres y tradiciones que lo rodean y generan; estableciendo una serie de pensamientos que penetra a las mínimas estructuras de la mente de cada uno de los individuos que la conforman. En ella podemos encontrar la complejidad de pensamientos de cada sociedad, su cosmogonía, sus costumbres, emociones; y la forma en cómo entienden al mundo. Incluso Aristóteles enseñaba que la música imita directamente (es decir, representa) las pasiones o estados del alma. En pocas palabras, la música nos muestra cómo piensa la sociedad y sus individuos.
Pero por desgracia, en las últimas décadas, la industria musical se ha dedicado a promover productos con pocos aspectos que ayuden a los procesos de aprendizaje y comportamiento, a generar, a su vez, mensajes que promueven, la violencia, los excesos y lo más preocupante, la misoginia, como es el caso de la música de reggaetón o los narcocorridos. Estos aspectos son replicados altamente por las personas que escuchan este tipo de música, haciendo creer, socialmente hablando, que fuese normal este tipo de comportamientos.
Y tal vez nazca la pregunta ¿y por qué la gente consume este tipo de géneros musicales? Aunque hay muchas hipótesis; entre ellas destaca la falta de acervo cultural – que es muy importante- muchos musicólogos opinan que es por la simpleza del ritmo y las letra. Pues no hay mucho esfuerzo, por parte del cerebro, al decodificar los ritmos y la letra. Aunado a que la armonía repetitiva permite que el cerebro la absorba con facilidad. Pero un problema en esto es que el cerebro se acostumbra a eso, a decodificar y analizar estructuras simples y se habitúa; por ello las personas que oyen y escuchan continuamente este tipo de música, y al no ampliar opciones de géneros un poco más complejos se enfrentan problemas cognoscitivo básicos para el aprendizaje. Incluso, según el portal el ABC de la música y estudios de la Universidad de Santo Domingo, afirman que las personas que escuchan reggaetón, a diferencia de las que escuchan rock y jazz, tienen un 20 por ciento menos desarrolladas sus habilidades cognitivas.
En este caso; la música y el proceso de aprendizaje, estructuras mentales, van tomadas de la mano; es decir, la música influye directamente a la sociedad, diariamente es bombardeada con ideas, pasamientos que directa o indirectamente se quedan en el comportamiento.
Por ello, muchos pedagogos actualmente se enfocan a promover la variedad musical dentro de las aulas en todos los niveles; puesto que gracias a ella el cerebro se activa en gran parte, ya que al decodificar el lenguaje musical se activa las siguientes zonas: gracias al ritmo, la corteza frontal izquierda, corteza parietal izquierda, cerebelo derecho. Al tono, la corteza pre frontal, cerebelo, lóbulo temporal. Y al decodificar la letra, el área de Wemicke, Área de Broca, corteza motora, corteza visual y las zonas correspondientes a las respuestas emocionales.
Ante esto, el Maestro en Gestión Educativa, Edgar Oswaldo Magaña Espinoza, opina al respecto: “hay varios estudios que se basan en los decibeles de la música y el aprendizaje, donde se hace énfasis sobre el ritmo de la música, se ha comprobado que la música, como la clásica, ayuda activar la zona de la memoria mientras música como, la banda o el reggaetón no sirven, estos podrán actuar de una manera en el cerebro, pero no activándolos como lo hace la música clásica u otra, como el rock que tiene decibeles más complejos, y los jóvenes al estudiar, confunden escuchar cualquier tipo de música y no les va servir al generar mejores estructuras mentales , incluso el comportamiento.
Tengo una experiencia personal, en el metro, en algunas estaciones de Europa, ponían música clásica, lo primero que pensé fue: “que bien”, después me enteré que era para bajar la delincuencia. Y es lógico, pues la música de este tipo, con este tipo de decibeles ayuda a interiorizar, a pensar y escucharte; y a veces esto hace falta a la gente que se dedica delinquir.
Creo que es importante que las escuelas promuevan la música, más allá de lo que se hace tradicionalmente en las clases de música, que se vaya más allá; hay que ver, por ejemplo, Oaxaca. Muchos de los pobladores tocan algunos instrumentos y hay que ver qué es Oaxaca para México, es un ícono cultural. No hay una cultura donde la música no sea importante.
La música ayuda a muchas cosas para el ser humano, pues provoca aprender un segundo idioma, entender a una persona distinta a ti. Es importante que las escuelas promuevan la música y su estudio.
Ante todo esto, la música en la actualidad es usada más como una herramienta lúdica más que pedagógica. Si le prestamos más atención, tanto padres como maestros, a lo que escuchan las nuevas generaciones y nos enfocáramos para acercarlos a nuevas opciones musicales para su beneficio, en corto tiempo el nivel educativo y social, mejorarían.
*Este contenido forma parte de la edición impresa de Letra Fría del mes de febrero de 2018*