“El liderazgo del futuro requiere de un nuevo modelo basado en la creatividad, sensibilidad y comunicación. Las tres son características primordiales que poseen las mujeres y favorecen ampliamente la dinámica empresarial”
Ivette Mucharraz y Cano
Por: Veiruth Gama Soria
Autlán de Navarro, Jalisco. 03 de abril de 2022. (Letra Fría) Las mujeres que han trascendido en las instituciones alcanzando puestos directivos y de decisión, coinciden en sus respectivos testimonios sobre la ardua lucha, trabajo, esfuerzo y gran capacidad de resiliencia para lograr romper los “techos de cristal”.
El concepto de los “Techos de Cristal” se refiere a una metáfora que hace alusión al tope con el que se enfrentan las mujeres para poder alcanzar puestos de alta jerarquía en las organizaciones, instituciones o en los diferentes niveles de gobierno, debido, en gran medida, a la cultura machista que predomina en nuestro país, los estereotipos sociales y los roles de género asignados a las personas por su género, que proceden del entorno familiar, de la educación sexista y androcéntrica y de la sociedad en general.
De acuerdo a la CONAVIM, “las estructuras jerárquicas de las organizaciones públicas y privadas se rigen por reglas masculinas y el prototipo de empleado ideal sigue siendo el varón”, aunado al estereotipo que relaciona al directivo con el hombre y a la mujer se le sigue considerando como una trabajadora sin capacidad de mando y sin autoridad.
Los datos del Censo de Población y Vivienda, ofrece una selección de cifras que ilustran la situación de las mujeres en México en el tema de los puestos directivos para mujeres. Entre ellos destacan los siguientes:
- Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo-Nueva Edición, en el tercer trimestre de 2021, se estima que había 127.8 millones de personas en México. Las mujeres representaron 52 por ciento de la población (66.2 millones).
- En México hay 51.7 millones de mujeres de 15 años o más edad, de las cuales, cuatro de cada diez (22.8 millones) formaron parte de la Población Económicamente Activa.
- En 2020, a nivel nacional, por cada 3 hombres hubo una mujer presidiendo las administraciones públicas municipales.
- Nueve de cada diez mujeres mayores de edad están en desacuerdo con el prejuicio de que las mujeres tienen menos capacidad que los hombres en cargos directivos.
A estos datos se suman las estadísticas proporcionadas por el Centro de Investigación de la Mujer en Alta Dirección de la Universidad Panamericana, las cuales afirman que México tiene un rezago en la inclusión femenina en Consejos de Administración. Es el antepenúltimo país entre los miembros de la OCDE. Veinticinco por ciento de las empresas listadas en la Bolsa Mexicana de Valores no tienen mujeres en su Consejo. La tasa de incorporación femenina en Consejos es baja, apenas 0.9 puntos porcentuales entre 2019 y 2020. De acuerdo a la tendencia, hasta 2065 lograríamos la equidad de género en el órgano más importante de las empresas públicas.
Estos datos ponen en evidencia la desigualdad de oportunidades a la que nos enfrentamos las mujeres, pese a la representación que tenemos del más del 50 por ciento de la población, educación y preparación académica continua y la importante contribución económica que aportamos a nuestro país.
La igualdad de género es clave para el desarrollo de una sociedad y para contribuir en romper esta barrera invisible que impide a las mujeres llegar a escenarios de poder y toma de decisiones, es necesario que en las escuelas se refuercen la educación con perspectiva de género, en el gobierno, es imperante asignar los puestos directivos y de alto mando de manera equitativa a hombres y mujeres, así como la inversión en programas que fortalezcan a la mujer en el ámbito educativo, de capacitación y emprendurismo. En las empresas, proponer a las mujeres para ocupar puestos que tradicionalmente no son ocupados por ellas y que contribuya a que otras mujeres asciendan en la empresa. En el caso de los partidos políticos, es importante fomentar y fortalecer los liderazgos femeninos para romper los techos de cristal.
La cultura inclusiva, fortalece la construcción de una cultura social en donde todos y todas somos importantes y en donde tenemos algo importante que hacer.
Fuentes:

MA/MA
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