Por: Elden Eloy Chávez
Guadalajara, Jalisco. 05 de noviembre del 2021. (Letra Fría) Resulta excesivamente difícil y confuso el escenario político que se vive en Tlaquepaque, por lo menos, entre la mayor parte de la ciudadanía y la opinión pública se pregunta ocasionalmente la misma interrogante -alta en necedad pero legítima a la vez-, ¿Por qué necesitamos otra elección?
Lejos de desarrollarse como un ejercicio ampliamente democrático, su progreso ha sido caracterizado por constantes equivocaciones por parte de las autoridades electorales locales y el Congreso de Jalisco (quien le otorga legitimidad a la existencia del proceso extraordinario). Un primer conflicto sería la normativa de cuota de género, siendo una elección exclusiva a candidatas, cambiando las posibilidades de que candidatos que lograron legítimamente un espacio, por lo menos de regidor, se viera anulada su posibilidad de defender ese espacio legítimamente obtenido.
La competitividad no solo problematizó la organización interna de los partidos, los partidos que intentaron lograr el registro en 2021 o que lo perdieron, tenían la posibilidad de competir en Tlaquepaque, esto abre puerta a poner en duda sus supuestas desapariciones en el sistema de partidos.
Las condiciones del proceso extraordinario está lejos de ser optimista para que se dé en términos democráticos. Las mismas coyunturas han cambiado las posibilidades de que se viva algo aproximado a la elección ordinaria. Un buen ejemplo es el PRI, partido que en el Distrito 16 fue tercera fuerza electoral en elecciones municipales, dividiendo el voto opuesto a MC con Morena.
Esto no fue así en el Distrito 13 durante el mismo proceso, ahí Morena fue ligeramente más competitivo con MC. Probablemente fue el PRI el que ocasionó que la elección se cerrara tanto que favorece parcialmente a MC.
Lo que es un hecho es que esta efectividad del PRI está en peligro, debido a que su candidato a la elección municipal durante el proceso ordinario, Roberto Albarrán, se ha decidido unirse al equipo de trabajo de Citlalli Amaya, junto con otras figuras políticas del PES, Morena y Redes Sociales Progresistas.
Aunque la cuota de género no será una realidad en una competencia exclusiva de mujeres, la realidad es que se ha desarrollado un proceso de precampaña atípico, en donde la mayoría de los partidos no han tenido la certeza de salir a pedir el voto por el caos en la selección de candidatos. El desconocimiento es tal que no se tiene la certeza de garantizar la participación mínima para poder legitimar los resultados en las urnas.
La desestabilización de alianzas o definición de candidaturas demuestra una falta de certezas y garantías en el proceso de competencia durante precampaña, dando un claro pie de salida a favor de MC y sus recientes alianzas.
No se puede perder de vista que el INE no está teniendo mayor participación en el proceso y que las autoridades electorales locales están llamadas a no fallar, sin embargo, le están fallando ya al municipio de Jilotlán de los Dolores, al sur de Jalisco, en donde este municipio se encuentra bajo serias situaciones de inseguridad pública.
Veamos si las autoridades electorales locales no se les ocurre de nuevo cambiar las reglas de la competencia solo para favorecer a los partidos en el poder y que buscan formar mayoría en el municipio, o veremos si pueden garantizar la representación justa que le corresponde nuevamente a las fuerzas políticas que puedan competir.
EA/MA
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