Los Ayuuk siembra el fuego 

Esta crónica breve forma parte del proyecto, Amapola en Oaxaca: Sembradores en la niebla que fue realizado con el apoyo de la Fundación Gabo y la Open Society Foundations , gracias al Fondo para investigaciones y nuevas narrativas sobre drogas (FINND).

Antonio Mundaca

–¿Tienes miedo? ¿Tienes miedo? –me pregunta insistente Ismael, un niño de 8 años que está a mi izquierda junto a otras 30 personas alrededor de un círculo de flores.

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Frente a nosotros han decapitado una gallina y un guajolote criollo. Le han extraído la sangre en un balde limpio. Han echado sus cabezas en un hoyo en la tierra y mientras el cuerpo de los animales aún tiembla, les arrojan mezcal a lo que queda de sus picos.

Son las cuatro de la mañana. El pueblo Ayuuk de Santa María Tlahuitoltepec ha prendido fuego en el centro de la tierra. Un fuego sostenido por lajas de ocote. En las manos y la nariz se impregna el olor inflamable de su resina. Cada uno de los presentes hemos dicho frente a los otros nuestros deseos, hemos ofrecido nuestro respeto a los protectores de la casa , nos han dado pan, café, tortillas con salsa de chile guajillo y huevos hervidos, a los invitados a las fiestas católicas de la Ascensión. Nos preparamos para subir al cerro antes de que amanezca. Van a pedir a lo alto de la montaña, por la vida y la buena siembra. Serenos nos abren puertas hacia el otro lado del mundo.

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–Cuando celebramos algo importante aquí siempre ofrendamos gallinas –me dice Ismael con los ojos pelones. Antes del sacrificio, las gallinas fueron bendecidas. La mujer encargada del ritual puso los rostros famélicos de las aves frente a nosotros, y nos untó sus cuerpos evocando los puntos cardinales de la tierra. Al norte los dioses; al este y al oeste, la representación del plano terrenal; y al sur, el inframundo. Al círculo de flores blancas le sigue otro con flores de colores. Apenas el viento mueve la bandera mixe de tonos amarillos y púrpuras, un lienzo con el rosto del Rey-Dios Kondoy en el centro, rodeado de serpientes y cinco flechas que simbolizan los 500 años de resistencia a la invasión extranjera. No nos distraen el fuego y el frío, es el canto de los gallos y los perros que aúllan, es la hierba santa.

Los estertores de las aves desangradas se aquietan. Los Ayuuk rezan con respeto, apenas sale el sonido de sus bocas. Le piden perdón a los animales por haberlos entregado a los espíritus, ha sido una ofrenda a los dioses antiguos, una solicitud de permiso al cerro sagrado del Zempoaltepetl para subirlo tras dos años de pandemia.

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VERSIÓN EN ZAPOTECO

Rizibinny Ayuuk Gi

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Autor: Antonio Mundaca

Traductor: Zeferino Mendoza Bautista

–¿La ridxiibyu? ¿La ridxiibyu? –Rinniaabdiidxtee Ismael nà, te gule’ñ ni 8 iz ni zu kue’a kud zu ganaáy stékua 30 benny gabi’ganaáy ri giee.

Nez dulawún a gutiugdan te gienny bedydiídy né te bedyngul ni batia’wdan. Laain ni a beednédan xhreeñium le’ñ te bald naze’. Srékyza a bakaadan kiedum le’ñ te gedy law yu txikru duúby kaz kaniiby gidyladydum né rutxagadan nisgubádaaw kiedum zuúblluúkga ru’dum.

Rika tapen gukaáyin. A gulekydan gi garuúl galaáy gedxlyu bennydaaw bennygedx ni ribéz Tlahuitoltepec. Te gieés ruzinny beegaa kagi laazen. Laain ni begaa káka giin, rilliaatee guxhballaan xhteeñin né rixi’ga teeñin lezñaadan. Tubygaun ni rabézun réky rugieezi law dusa’un a badiiñún, a baniaabún galga’ galbain, a basa’nún te getxhtily, te kafé, get deeby xuubgiiñ txilkuúx né dzutbedy guuy té gukdiiñ law xhbaxuaan balláre’. Laain ni kagiu’geeñún té gazunéún kie dain aántsi garágeel. Sréky zétiiñdan galga’ galbain kie dain né galnazak ni taru zeedyub gaák. Naxeélylaaz ribézdan bennygedxki laain ni kaxhieélydan né kagiiñdan sté kue’ gedxlyu.

–Txi rieeñún te sa’ lany ree ragieeñgunun te bedygiídy –kanni ratxgalawzi Ismael. Txi gati’ gaátyxhiiw dïbedyki rusiakle’yxhgadan laadum. Biñeéty xunuax ni ruin rull le’yki bazuuban law bedy ladyrigiídyki dulawún guzlaa bazuuban laadum kani radxaan tuby biell law gedxlyu. Nez yaa kud ribéz Bidaaw, nez ruúp kue’den kani na law gedxlyu né nez gét kud ribéz tugul. Law nezki ribekydan giee ngiíts guzlaa réky naaw dïgiee nagiee. Laain ni ladygedx xhteeñ benny ayuuk rixuuydan gutsngiíts né guee. Kedyza rutxeeñdy luelki né galnallkixh, sullen ni niénzi zeeby tse’en na xhkal ribedxzi bedygaayki né txi rizubaan dïbekwki, ni zeeby xhtuxhin na balaxhguaaw.

A guzulaw kabez xhkal ripepdum dïbedyki. Laain ni dïbiñeéty Ayuuk rulldan le’y, kazi raluuy ribedxgueedan. Sréky rinniaabnadxundan law Bidaaw ni ribéz law da’, ñe’ bakuuki, laain ni ruuingundan tetiup dxaa té txitiiñdum galga’ galbain né galnazak xhteeñ ni za’tee xhbadxuaan dain nazakki té té gaáksunédanen txikruza té a gudeed tiup iz ni zé galgidxduúxh ni bazuin law gedxlyu.

Las crónicas completas en estos enlaces.

https://sembradoresenlaniebla.elmuromx.org/

https://especiales.piedepagina.mx/sembradores-en-la-niebla

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