Por: Lourdes Cano Vázquez.
Autlán de Navarro, Jalisco. 06 de junio de 2018. (Letra Fría).-En el día mundial del medio ambiente, es importante dejar de lado las campañas electorales de todos los días y reflexionar un poco sobre nuestro entorno. Hemos crecido en una sociedad a la que no le importa su medio ambiente, que se ha hecho de la vista gorda ante la destrucción constante del planeta, acostumbrada a abrir la llave y obtener agua limpia, no le preocupa saber cuánto contamina y que hace poco tiempo se ha dado cuenta del daño causado.
El problema nos rebasa y lo que hacemos en respuesta es menos que insuficiente ante los síntomas de desastre, que nos hablan de un colapso ambiental. Pocos son conscientes de la cantidad de basura que generan y a dónde se va; de la energía que consumimos y las consecuencias de su abuso. Nuestro paso por la tierra ha sido mínimo en temporalidad, pero masivo en destrucción; hemos acabado con sus recursos naturales para construir ciudades que día con día, generan necesidades cada vez más superfluas para una subsistencia, basada en producir y consumir cosas que eventualmente vamos a desechar.
Factores como el dinero y el mercado, influyen a tal grado en nuestro modo de vida, que ésta se ha vuelto prácticamente artificial; necesitamos agua embotellada, aire acondicionado, combustibles, envases plásticos, teléfonos inteligentes que se cambian cada dos años, ropa costosa y de mala calidad que se desecha cada temporada, consumimos papel, agua y energía de manera descontrolada y apenas nos damos cuenta de las consecuencias.
Son pocos los que han tomado consciencia sobre el severo problema que representa el deterioro ambiental; los polos se calientan, el agua escasea, la fauna se extingue y la falta de árboles asfixia las ciudades; no es poca cosa ver volcanes explotar, la tierra temblar o huracanes más potentes, el planeta reacciona ante los daños; no está de moda cuidar el medio ambiente, eso a diferencia del último iPhone, es una verdadera necesidad para la especie humana.
AJEM