El pasado viernes se llevó a cabo un homenaje póstumo al artista plástico en el Museo y Centro Regional de las Artes de Autlán. Durante la ceremonia, miembros del colectivo Los Autlecos compartieron sus experiencias y aprendizajes con el maestro.
Por: Mayra Vargas
Autlán de Navarro, Jalisco. 7 de octubre de 2019. (Letra Fría) El artista plástico Everardo Jiménez dejó varios aprendizajes entre sus alumnos, miembros del colectivo Los Autlecos, no solo en la parte artística, sino también en lo humano y espiritual.
Estos aspectos los confirma Cinthya Quintero, una de sus alumnas, quien señaló en entrevista para Letra Fría durante el homenaje póstumo al artista realizado este viernes en el Museo y Centro Regional de las Artes, que entre las enseñanzas del maestro están el ser honestos con su trabajo y ser originales:
“No solo se trataba del aspecto artístico, sino también en lo humano y en lo espiritual. Fue algo bastante completo lo que obtuvimos con él, porque nos enseñó mucho a luchar por lo que queremos, a lograr los espacios, a buscar, a trabajar para mostrar nuestro arte, que no es nada fácil en la actualidad porque los espacios no llegan a ti, tú tienes que estar buscando y gestionando. É nos enseñó a trabajar de esa manera, a ser honestos en lo que mostramos; todas estas obras son originales”.
Por su parte, el pintor y escultor autlense Hiram Villaseñor, quien también fue alumno del maestro, explicó que con él aprendió a contemplar el entorno, además de recibir un impulso de constante superación:
“Además de la contemplación de la naturaleza en todas sus facetas, en la cuestión grotesca o la muy bella, a él le gustaba mucho desde una flor muy colorida hasta el sapito que vivía en su casa; entonces digamos que se inclinaba por la representación de la naturaleza, pero con todas las técnicas con que se puede representar. Él decía ‘no hagan copias, ustedes aviéntense por cosas nuevas’, siempre impulsándonos a sacar algo que sintiéramos, gustos, ideas y demás”.
Víctor Alfonso Curiel, otro miembro del colectivo, comentó que todo lo que sabe de arte lo aprendió del maestro Everardo Jiménez, quien también le ayudó a apreciar sus creaciones:
“Para empezar, me enseñó todo lo que sé de pintura y sobre el arte; me enseñó a quererme a mí y a querer mi obra, porque cuando empecé con él dibujaba, pero a veces yo mismo no apreciaba mi obra. Él me enseñó a hacerlo y a ser una persona sencilla, a nunca negar a las personas que les debes de agradecer por el lugar al que has llegado y a lo que puedes hacer”.
LL/LL
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