Por: Álvaro Díaz | Verbum Plurithema
Autlán, Jalisco.- Sí, también en la charrería hay charros homosexuales, gays, y charros bisexuales, y charros con manerismos afeminados, y charros varoniles, atléticos, barbones, musculosos que en el sexo prefieren el rol pasivo con otros hombres, y charros creativos y sensibles.
El cantante Christian Chavez es eso, un cantante dando un espectáculo.
No es un charro, no usó su atuendo en un concurso oficial de charrería y tampoco en un recinto de charrería. Pero he aquí la reflexión…
Por el machismo tradicional y arraigado todo el tiempo se ha intentado (inútilmente) ocultar igual que se intenta tapar el sol con un dedo, pues eso ya es otra cosa.
Pero lo más triste es que estos charros homosexuales son o tienen que actuar como homofóbicos y se ven obligados principalmente a rechazarse ellos mismos y después a rechazar y criticar a otros charros que son más evidentes o atrevidos en su no heteronormatividad.
Es más absurdo aún que señalan y critican a otras personas que fuera del ambiente charro emplean elementos de la charrería para proyectar su creatividad artística. ¿Por qué? Pues por el machismo, por la homofobia y la homofobia interiorizada.
Sí, lo sé, en México esto prácticamente es común en todos los ámbitos.
Pero el charro y la charrería son los símbolos por excelencia del machismo, de la hombría, de la heteronormatividad, ¡qué pecado ser un charro homosexual!
¿Quieres ubicar a un charro gay reprimido? Entre los que más se escandalizan y enfurecen por un traje charro color fucsia, de entre esos, es probable que encontrarás.
En ocasiones más bien es compasión lo que siento por los hombres diversos que están fuera de la heteronormatividad y que nacen en el ambiente de la charrería, un ambiente bello en su tradición y cultura, pero a la vez sumamente tóxico en lo que a diversidad se refiere.
Los charros homosexuales o bisexuales sufren mucho, llevan sobre sus hombros un peso que les entorpece su felicidad y plenitud. ¿Qué hacen? Pues lo que hacen todos: o amargarse o llevar una doble vida… o tristemente acabar con su vida.
