Por: Pie de Página | Alianza De Medios
La segunda encuesta nacional consecutiva de salud y nutrición revela que la pandemia aumentó la brecha de la desigualdad: el mayor costo -económico y de mortandad- ha recaído en los hogares más pobres y el fragmentado sistema público aún debe enfrentar los retos de la precaria salud de la población.
Ciudad de México. 02 de agosto de 2022 (Letra Fría). El mayor impacto de la pandemia de covid-19 en México ha estado en la población más pobre y sin seguridad social. Esta conclusión, que parece una obviedad, tiene por primera vez un sustento documentado en una encuesta nacional.
La encuesta, que parte de un levantamiento de campo en más de 12 mil hogares, realizado entre agosto y noviembre de 2021, y evaluada por expertos del Instituto Nacional de Salud Pública a partir de la generación de más de 900 indicadores, es concluyente:
Los mayores niveles de mortalidad por covid se dieron en los municipios con mayores condiciones de pobreza, y en los estados que tienen mayor población en la informalidad y sin seguridad social. Ese sector también concentra el mayor aumento de gasto de bolsillo.
Además, los hogares cuyo jefe o jefa de familia tiene un bajo nivel socioeconómico son donde menos posibilidades hay de cumplir con las medidas de mitigación de riesgos (como el aislamiento social o las medidas sanitarias).
A eso hay que agregar que seis de cada 10 personas diagnosticadas reportaron secuelas después de un mes, y tres de cada 10 reportan secuelas persistentes.
Al presentar estos datos, la investigadora del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), Arantxa Colchero Aragonés, destacó la necesidad garantizar la cobertura universal de salud efectiva para la población sin seguridad social e invertir en la prevención para reducir la carga de enfermedad.
Lo que hay ahora, expuso la especialista, es un sistema de salud fragmentado, con recursos insuficientes, y una población ya vulnerada sobre la que está recayendo el peso de la pandemia.
Uno de los elementos que destaca la encuesta es que 70 por ciento de las personas se atendió fuera de la salud pública, sobre todo con médicos privados que tienen consultorios particulares, y en segundo lugar con médicos que trabajan en consultorios adyacentes a farmacias, lo que implica una sobremedicación.
“Es difícil evaluar a este sector porque no está regulado y está muy atomizado, hay una gran cantidad de proveedores de atención. Pero los que más preocupan son los consultorios adyacentes a farmacia (CAF) porque tienen médicos menos calificados e incentivos económicos para prescribir medicamentos”, dijo Colchero.
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